Skip to main content

Análisis de Wreckateer

Catapultas cabreadas.

Si no sois extraterrestres o personas muy desconectadas de la sociedad, el punto de partida de Wreckateer debería sonaros un poco... Veamos, por un lado tenemos una catapulta que podemos disparar y varios tipos de proyectiles con propiedades distintas; por el otro, una serie de estructuras que destruir y que a su vez están pobladas por unas criaturas feas y de color verde fosforito. ¿Os resulta familiar?

Bueno, dicho de esta manera podríamos pensar que el juego programado por Iron Galaxy en exclusiva para Xbox 360 es otra copia de ese juego de móviles… ¡Sí ése mismo que ya ha sido descargado más de 1.000 millones de veces. ¿Cómo se llamaba?

Dependiendo del tipo de proyectil, después de lanzarlo podemos seguir dándole efecto en el aire.

Disculpad que ahora no lo recuerde, pero vaya, estoy convencido de que sabéis a cual me estoy refiriendo. ¡Ése!

El caso es que en lo que se refiere a su mecánica no podemos decir que Wreckateer sea muy original. De hecho, también resulta muy parecido a otros títulos como el injustamente olvidado Boom Blox para Wii o Catapult King para dispositivos móviles. Pero más allá de su planteamiento, por fortuna - o por desgracia, según se mire - sí que dispone de una característica que lo convierte en un título único: es para Kinect.

En efecto, si eso de disparar aves malhumoradas y bolas de cañón usando solamente los dedos os parece algo superado, quizás os interese probar con lo que nos propone este estudio de Chicago, que no es otra cosa que simular con todo nuestro cuerpo el movimiento de cargar el cañón, apuntar y finalmente soltar la carga.

Ambientado en un mundo de fantasía medieval totalmente genérico nuestro objetivo como aprendiz de la compañía de derribos del reino es acabar con unos goblins que han invadido los castillos. ¿El fin justifica los medios? Por descontado, y si hay que destruir los castillos para conseguirlo pues se destruyendo y tan contentos.

"Aún con sus fallos Wreckateer es un título muy disfrutable gracias a su correcta (que no perfecta) detección de movimientos"

El caso es que más allá de este objetivo final, de sus 60 misiones y de sus seis tipos de proyectiles distintos, lo que realmente sorprende de Wreckateer es que funciona bastante bien a nivel de detección y precisión. Ni de lejos podríamos decir que nos detecta siempre bien - es inevitable no acabar maldiciendo las imprecisiones de Kinect en TODOS sus juegos -pero para lo que nos tiene acostumbrados este dispositivo de control gestual lo cierto es que Wreckateer está entre los juegos que mejor lo aprovechan.

En este sentido, el hecho de que la detección de movimientos funcione de forma bastante correcta logra que nos encontremos ante un título fácil de jugar pero difícil de dominar. De hecho, su sistema de progresión no nos obliga a acabar con los goblins sino a sumar cuantos más puntos a base de destruir castillos, casas, etc. El tema es que gracias a los citados seis tipos de proyectiles y a una serie de potenciadores que hay distribuidos por los escenarios se consigue que pasado el primer tercio del juego la cosa se ponga bastante peliaguda. Es entonces cuando necesitamos pensar en una buena estrategia para lograr el mayor número de puntos con los proyectiles asignados.

La nueva funcionalidad Avatar Fame Star nos dará recompensas para nuestros avatares y se estrena con este juego.

Hasta aquí todo es positivo, sin embargo Wreckateer también tiene sus sombras. Para empezar, como hemos de movernos hacia atrás para tensar la catapulta lo máximo posible y hacia los lados para apuntar, requiere que dispongamos de un área de juego muy grande delante del televisor. Después, a nivel de desarrollo de juego no podemos decir que sea muy variado y es por eso que puede acabar siendo un juego muy repetitivo si jugamos solos - aunque, por suerte tiene un multijugador por turnos - y, finalmente, tal como acertadamente apuntan en Polygon, a veces da la sensación de que el sistema de físicas cuando los proyectiles impactan sobre las estructura es algo aleatorio; es decir, en algunas ocasiones pensaremos que vamos a destruirlo todo y solo haremos un agujerito, y en otras en las que no tenemos esperanza de romper nada acabamos ocasionando una reacción en cadena que lo destruye todo. Creedme, aunque no dinamita la experiencia ese componente aleatorio acaba siendo un poco molesto.

No obstante, aún con sus fallos Wreckateer nos sigue pareciendo un título muy disfrutable, y esto es posible gracias a su correcta (que no perfecta) detección de movimientos. Esta característica, unida a ese componente físico que suponen hacer el gesto de usar una catapulta lo convierten en un divertido juego para partidas ocasionales con los amigos, pero al mismo tiempo también puede suponer un reto interesante decidirse a desbloquear sus 60 niveles de creciente dificultad. Es uno de los mejores juegos de Kinect que ha salido este año. Y bueno, a fin de cuentas, destruir cosas siempre mola.

7 / 10

También te puede interesar