Análisis de EA Sports UFC
Victoria por KO técnico.
UFC es una licencia que está claramente al alza; es el deporte que más está creciendo en el mundo, y en nuestro reciente viaje a Los Angeles lo pudimos comprobar. En nuestro apartamento teníamos televisión por cable y siempre había un par de canales que emitían combates en bucle. ¿Que vas a desayunar? Qué mejor que unas cuantas tollinas para acompañar el café con leche. ¿Que estás a punto de hacer la siesta? Duérmete con el sonido del crujir de las costillas. El boxeo parece ese tío lejano que cuenta batallitas de la guerra, y los MMA se están convirtiendo en el espectáculo de los jóvenes de hoy en día. De hecho, y es sorprendente, patrocinadores de primer nivel como Microsoft o marcas de tecnología esponsorizan a los luchadores de esta competición. Es impactante ver esos logos al lado de salpicaduras de sangre y caras deformadas. ¿Cómo han conseguido una expansión tan espectacular?
En la UFC compiten luchadores de todas las disciplinas, desde el kickboxing hasta el jiu-jitsu, y los combates son rápidos e intensos. En el boxeo siempre hay varios rounds en los que los luchadores miden a su oponente; aquí a los pocos segundos ya están sangrando. El octágono no da ni un instante de pausa, y en cualquier momento puede aparecer una patada voladora que deje KO al rival.
En cuanto a los videojuegos, los juegos de lucha de EA siempre suelen ser la vara de medir para saber cómo vamos en cuestión de gráficos en las nuevas generaciones de consolas. La saga Fight Night, predecesora de este UFC, ya nos impresionó hace unos años con unos modelados impresionantes y unas animaciones que hasta entonces no creíamos posibles. En UFC pasa lo mismo: gráficamente es de lo mejor que podemos encontrar, y los jugadores de nueva generación, ávidos por poner a prueba las nuevas máquinas, lo hemos visto como la excusa perfecta. Y no decepciona; cada cuerpo está modelado con un detalle exquisito, y desde el peso plumo al peso pesado podemos sentir cómo se agita cada músculo, podemos sentir cada golpe. EA no ha escatimado en detalles, y los luchadores tienen los peinados, tatuajes, patrocinadores... que tienen en la vida real. Las animaciones acompañan a los gráficos, y salvo algún que otro hiato no dejan de sorprender durante todo el juego. Lo más impresionante es cómo han logrado que los dos luchadores interactúen de manera fluída.
Este festín visual es sin duda lo más atractivo de UFC, y la guinda es esa patada o ese puñetazo que tumba al rival. Cada combate es una escalada de violencia llena de matices que explota en un instante de euforia. Primero empiezas a ver cómo se debilita el personaje del rival, cómo le van pesando esas patadas en el costado. Va más lento, se le abre un tajo en la ceja y comienza a sangrarar. Puedes notar que se acerca el fin. Y luego hay ese momento de claridad en el que te das cuenta de que ha bajado la guardia, y si consigues conectar un puñetazo sabes que caerá incosciente a la lona. El control ayuda y acompaña, no estorba. Con el stick izquierdo te mueves, con los gatillos esquivas y golpeas abajo y con los botones lanzas patadas y puñetazos. EA ha conseguido, también, simplificar un poco la parte más técnica de este deporte, como los agarres, el combate en el suelo y las sumisiones; esta siempre había sido la asignatura pendiente de los juegos de UFC de THQ. Al principio cuesta comprender cómo funcionan estas mecánicas, pero con un poco de prácticas te das cuenta de que es más fácil de lo que parece. Solo hay que buscar la posición dominante y ser un poco rápido cuando vas a someter al rival -o cuando te someten a ti.
UFC es fenomenal para jugar contra amigos en local, pero no tanto por internet. Los menús son en general poco agradables, y que no exista la opción de revancha no hace más que añadir tiempos de espera innecesarios. Los Campeonatos en línea están algo mejor estructurados, con una mecánica similar a las Temporadas de FIFA Ultimate Team, en las que vamos subiendo de división a medida que ganamos. Al final todo el mundo acaba eligiendo a los mismos luchadores, como pasaba en Fight Night, y se hubiese agradecido un matchmaking algo más fino para que las estadísticas de los luchadores no sean tan y tan importantes.
El principal problema del juego es, sin embargo, el modo campaña, el que debería ser el más cuidado. Fight Night Champion dejó el listón extremadamente alto y no esperábamos algo similar, pero es que lo que han hecho aquí no está a la altura de las expectativas. Es un modo carrera obsoleto, repetitivo y aburrido. Te creas un personaje y siempre, siempre, pasarás por lo mismo: luchas un combate, asignas puntos de habilidad, ves un vídeo, entrenas tres veces, luchas otro combate, asignas puntos de habilidad, ves un vídeo... durante la primera hora es entretenido, pero cuando ya dominas perfectamente todas las mecánicas lo último que quieres es pasar un minuto golpeando rítmicamente el cuadrado y el triángulo. Lo peor es que se te quitan las ganas de jugar: sabes que tras el combate, que es lo que realmente gusta, vas a tener que pasar por el calvario del entreno.
Asignar los puntos de habilidad tampoco es una tarea entretenida. En vez de mejorar el personaje en función de cómo luchas, que sería la evolución natural de este sistema, tienes que ir punto a punto eligiendo que sí más rapidez del puño derecho, que si más resistencia en el suelo... e ir potenciando las más de 20 áreas de tu avatar. Y si quieres potenciar tu personaje (al que le puedes poner tu cara vía Game Face, eso está bien, aunque deben mejorar el sistema, que sigue teniendo muchas limitaciones) para luchar online contra amigos no quieres desperdiciar los entrenos, porque a la larga será menos fuerte y estarás con desventaja. O sea que hay que pasar por el aro.
En general UFC es peor juego que Fight Night Champion, sobre todo por el fallido modo campaña de UFC. Sobre la lona os encontraréis unos combates viscerales y rápidos, pero también más técnicos; hay que aprender a dominar las mecánicas a la perfección si no quieres que te sometan al segundo de sonar la campana. Los combates tampoco son tan elegantes como en Fight Night, donde los parrys y los bloqueos tenían más importancia; aquí sientes que la potencia del personaje es, a veces, más importante que tu propia técnica. En todo caso es un buen juego de lucha. Un buen juego de lucha al que le hubiese venido bien algo más de trabajo en el diseño y un poco menos de confianza en los vídeos del presidente de la UFC dándote palmaditas en la espalda.