Análisis de Football Manager 2013
El Clásico.
En todos mis análisis de Football Manager (y llevo analizándolo desde hace muchos años, creedme) siempre he hablado de la adicción delirante a la que te expones con este juego. Y siempre lo he visto como algo bueno: si un juego te mantiene pegado al monitor hasta la madrugada es que algo está haciendo bien.
En Sports Interactive, sin embargo, son consciente de las consecuencias menos románticas de todo eso: novias enfadadas y problemas de convivencia, madres que te acaban lanzando la zapatilla para que dejes la maldita maquinita, falta de tiempo por culpa del trabajo o de los estudios y hasta engordamiento por exceso de patatitas y donuts, que dicho sea de paso hacen muy agradables esas noches solitarias y épicas. Pero este es otro tema.
"Hay muchas novedades interesantes en FM 2013, pero la estrella -y la que lidia con lo anteriormente expuesto- es el modo Clásico."
Hay muchas novedades interesantes en FM 2013, pero la estrella -y la que lidia con lo anteriormente expuesto- es el modo Clásico. Vendría a ser una especie de versión lite; como el modo de siempre pero con algunos recortes. Yo escuché eso y me reí con expresión condescendiente: pobres aquellos que no entienden de qué va la cosa. Pero me equivoqué. El movimiento de Sports Interactive ha sido muy inteligente y en vez de hacer un modo para dummies han venido con una propuesta más directa, pensada para los que no utilizan ni utilizarán algunas de las capas que ofrece el juego. Han eliminado la suficiente profundidad como para que no se note demasiado y, en cambio, han facilitado el acceso una barbaridad.
Esto se explica mejor con ejemplos y repasando un poco qué han quitado y qué han puesto, así que vamos a ello. Los entrenamientos, por ejemplo, no son individualizados en esta modalidad clásica, sino que das una serie de indicaciones generales a todo el equipo, como qué tienen que trabajar y la intensidad con la que deben trabajar. No recibes tantos mensajes en la bandeja de entrada, los menús son más claros. El sistema de ojeo también se ha simplificado, y puedes delegar algunas funciones en la nueva figura del Director Deportivo. También se eliminan las charlas de antes, durante y después del partido, y hasta puedes simular resultados.
Digamos que, en definitiva, es como si delegases todos los trabajos secundarios y eliminases todas esas pequeñas opciones de matiz que no sabes bien cómo afectan a la partida. Si antes delegabas en tus asistentes con equipo bueno pues te fiabas de ellos y seguro que lo hacían bien. Si lo hacías con un equipo pequeño que tiene un staff pseudoamateur… te hacían cada trastada que era para mandarlos a Siberia de una patada. ¿Es un drama, este cambio? Para nada; de hecho estoy seguro de que muchos os volveréis a enganchar a la saga, si la habíais dejado, porque ya no os bombardean con tanta información y podréis seguir teniendo un control bastante exhaustivo de todo lo que pasa. Podéis fichar, reorganizar tácticas, dar instrucciones durante los partidos, hablar con la directiva, abrir nuevos mercados y todas esas cosas que tanto nos gustan. Antes, a veces, uno tenía la sensación de que Football Manager se había convertido en algo demasiado grande, algo que requería demasiada atención si querías triunfar.
El modo tradicional sigue estando ahí, por descontado, con todo eso que acabamos de decir que se ha eliminado en el Clásico y con algunas novedades más. El entrenamiento, por ejemplo, ahora se organiza alrededor de un calendario y es mucho más fácil de organizar.
Visualmente también ha dado un salto adelante, con unos menús más coloridos y vistosos, con detallitos de diseño que no le sientan mal y una forma inteligente de organizar la información. Entre partido y partido podremos navegar por noticias de interés, como resultados de otros equipos o movimientos en el mercado de fichaje, por una interfaz que recuerda a la que tendría una web de deportes.
"Para muchos, el Modo Clásico es como hubiese tenido que ser siempre Football Manager."
El motor del juego sigue siendo bastante justillo, pero ya sabemos a lo que vamos. Han añadido animaciones y perfeccionado algunos modelados, pero no esperéis nada que se acerque al realismo -y tampoco lo necesita demasiado, aunque es evidente que tiene que tender hacia ahí en próximos años-. Lo que sí que está muy bien es que las órdenes durante el partido son más ágiles y las opciones más extensas. Es especialmente útil poder leer en tiempo real los comentarios que te van haciendo tus ayudantes: que si el delantero centro no está muy cómodo porque no le llegan balones al pie, que si estamos desaprovechando las bandas… tú verás si les haces caso o no.
Football Manager 2013 es quizás la versión que más justifica su compra de estos últimos años. Han mejorado las competiciones online -ahora podemos jugar por Steam contra amigos, hacer ligas, competir contra ellos con los equipos que tenemos en nuestras partidas-, han añadido unos cuantos desafíos y han mejorado considerablemente el diseño general de los menús. Lo más interesante es, sin embargo, el sorprendente Modo Clásico: ahí tienes una razón para darle una oportunidad si nunca lo habías probado y te asustaba tanta profundidad o si lo habías dejado porque te requería demasiado tiempo. Ganar una Champions en un par de tardes es posible.