Análisis de Football Manager 2015
Necesita fichajes.
No me canso de recomendar Football Manager a mis amigos. Es de esos juegos que, si te apasiona el fútbol, no decepciona. Gusta a los que leen webs deportivas todos los días, a los que saben de memoria por cuánto dinero se ha fichado casi cualquier jugador de su equipo o a los que se ponen nerviosos si no ven los partidos del fin de semana. Es un juego para apasionados del fútbol, para los que disfrutan con los rumores, con las jóvenes promesas: para los que, en definitiva, somos entrenadores de bar y saltaríamos al campo, sin problemas, para hacer cuatro cambios y pegar un par de gritos.
Lo básico para entenderlo: no juegas ningún partido, solo puedes ver cómo se desarrollan y la gracia está en gestionar el equipo. Una de las novedades de FM2015 es que ahora, nada más empezar, puedes decidir qué tipo de mánager eres, si más de los de chándal o más de los de traje, si te gusta más estar sobre el césped o más en el despacho. Ya empezamos mal: esta decisión no debería tomarse a priori ni ajustando unas barritas y unos puntos, esto se demuestra a medida que juegas. ¿Y yo qué sé qué tipo de entrenador soy? ¿No es mejor que el juego te vaya analizando, recompensando y penalizando a medida que juegas?
A pesar de que FM2015 sigue siendo fabuloso hay unos cuantos detalles que le ponen la zancadilla y lo hacen un poco más farragoso de lo habitual. Podemos influir en el equipo de mil maneras distintas, pero nunca queda demasiado claro cómo hacerlo, hasta dónde llega la influencia de cada acción y, en demasiadas ocasiones, sentimos que estamos invirtiendo mucho tiempo en acciones innecesarias. Las ruedas de prensa, por ejemplo: si decidimos encargarnos de hablar con los periodistas perderemos horas y horas leyendo preguntas y haciendo declaraciones pero nunca sabremos qué efecto real tienen y, lo peor de todo, siempre salimos con la sensación de que ese efecto nunca será determinante. La mejor opción suele ser delegar en el segundo entrenador.
Pero si nos ponemos así, ¿por qué no delegar las charlas de antes y de después de los partidos? ¿O los entrenamientos, que son un lío? El juego te intenta ofrecer una cantidad enorme de posibles gestiones y quiere que profundices mucho en cada una de ellas, pero mide mal tu gestión del tiempo. Football Manager debería aprender a enseñarte qué es lo más importante y debería incluir varios niveles de profundidad en cada operación para que no caigamos en la tentación de delegarlo prácticamente todo. El Modo Clásico intenta ser una respuesta a esto, pero una muy mala. Es otro juego. En esta modalidad todo está mucho más simplificado, pero pierde su sentido a las pocas horas de estar con ella. Si pretende ser un modo para novatos, ¿no dejaremos de serlo a las 10, 15 o 20 horas de juego? Llega un punto en el que el Modo Clásico se queda corto y necesitas más, en el que querrías pasar al modo normal, pero no puedes. Yo lo jugaría, pero lo descarto porque sé que llegará el día en el que tendré que decidir entre perder ese equipo que tanto me ha costado conseguir y empezar una nueva partida en el Modo Normal. Esa es una disyuntiva muy fea para los que jugamos a Football Manager. ¿Para qué dividir la experiencia de juego pudiendo hacer un solo modo que vaya creciendo contigo? Football Manager 2015 se pasa de frenada. O es demasiado simple o es demasiado detallista; el objetivo sería poder ser ambos según avances en tu partida.
Pasemos a una de las novedades más importantes, el rediseño de la interfaz, que recupera la barra de navegación vertical que ya vimos en alguna edición anterior. Personalmente me gusta, es ágil y te deja saltar de un menú a otro sin demasiadas vueltas. Pero lo que es todavía mejor es el tutorial contextual, que te ayuda a tomar decisiones de una manera agradable. Cuando estamos definiendo nuestra táctica y alineación aparece un círculo al lado de cada jugador que nos indica si rinde bien o mal en esa posición, y también hay un código de colores que lo dejan muy claro. Además se agradece la posibilidad de matizar cada posición; ahora un centrocampista puede ser defensivo, ofensivo y de apoyo y asumir roles organizativos, de cobertura, de apoyo a la delantera... es una de esas opciones que encajan perfectamente con todos los que seguimos el fútbol habitualmente y que permite de una forma muy clara y visual que cada jugador haga el trabajo que tienes en mente.
Lo demás es muy, muy igual que en Football Manager 2014, con una estructura de pantallas y una distribución de la información prácticamente calcada. Las reacciones de los jugadores ante ciertos acontecimientos sí que son un poquito más realistas, y suelen pedirte reuniones a menudo para que les expliques cómo piensas llevar el equipo o qué rol tienes pensado para ellos. También el sistema de ojeo ha sufrido alguna mejora y se agradece muchísimo que puedas mandar a tus ojeadores a buscar solo gente con potencial de futuro, por ejemplo, o que cumplan unas características muy definidas. Por el contrario, una de las áreas que más trabajo necesita es el menú de fichajes, demasiado parco y sin accesos directos: ¿quién no busca a los jugadores que están punto de acabar contrato, a los transferibles de valor o a los que no tienen equipo y pueden rendir bien? Para encontrar chollos tienes que ponerle imagianación, y no entiendo por qué no le dan mucha más importancia a esta área. El pre-fichaje está bastante descuidado, al igual que las búsquedas: intenta encontrar a alguien por su nombre, que te saldrá una lista enorme de gente y deberás entrar uno a uno a ver si es el que buscas o no. ¿Sabéis cuántos "Sandro" hay en el mundo?
El motor gráfico del juego tampoco varía; entiendo que quieran mantenerlo simple y poco agradable visualmente para que el juego pueda correr en casi cualquier equipo, y me parece una decisión acertada. Sin embargo tampoco estaría mal una vueltecita de tuerca al asunto para que sea más bonito, más espectacular. Durante los partidos puedes dar instrucciones a tu equipo como que ataquen por las bandas o que presionen más o que adelanten la línea defensiva, por ejemplo, y cada una de esas decisiones implica renunciar a determinado estilo; no podemos pedirles que ataquen por el centro y por las bandas a la vez, por ejemplo, y Football Manager 2015 hace un buen trabajo indicándote qué efecto tiene cada instrucción que das. Lo que no convence tanto es el infinito énfasis que ponen en poder hablar con los jugadores: antes del partido, durante el partido, en la media parte, en la segunda parte, después del partido... es otra de esas cosas que no sabes muy bien para qué sirve, que es algo aleatoria y que complica la experiencia más que otra cosa.
Con todo, Football Manager 2015 sigue teniendo una de las bases de datos más impresionantes y cuidadas del mundo. Los jugadores evolucionan, con los años, con proyecciones realistas, y esto se debe a la amplia red de ojeadores que ayudan a evaluar a los miles de futbolistas del juego. Esto junto con la fórmula básica de toda la vida sigue funcionando, pero en FM2015 nos empezamos a dar cuenta de que se van quedando sin ideas. Han vuelto a poner un elemento de navegación que eliminaron hace unos años, han potenciado el modo Clásico -que era ya un error de base, un mal parche temporal-, el aspecto gráfico sigue siendo el mismo y los apartados que más se podrían mejorar, como los fichajes y el ojeo, no acaban de convencer ni de evolucionar. FM2015 es un enorme juego de fútbol que debe refrescarse la cara y aportar algo de ideas en el futuro si no quiere cansar a sus usuarios.