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Análisis Picross e2

Píxeles comunes.

Si hacerse un hueco en un género que cuenta con el beneplácito de la mayor parte del público ya es una tarea complicada, imaginaos el mérito que tiene mantener una saga de puzles durante tanto tiempo como Picross. Su estable flujo de ventas tiene mucho que ver con una genuina esencia de pasatiempo de lápiz y papel y un funcionamiento dirigido a ejercitar la lógica que puede resultar atractivo para cualquier persona. Es como el tentempié perfecto entre comidas, aquello a lo que recurres en esos ratos muertos en los que no sabes muy bien qué hacer.

Picross e2 se juega exactamente igual que sus anteriores entregas: debemos descubrir los bloques escondidos en una cuadrícula a través de los números asignados a cada fila y columna para revelar el dibujo que se esconde en ella. Si se indica un número 1, por ejemplo, significa que en algún lugar de esa fila o columna sólo hay un bloque; si pone 5, 2, significa que hay cinco y dos bloques, en ese orden. No es muy emocionante, pero sí bastante adictivo.

Resulta fácil -aunque se nos permite disfrutar de alguna pista en determinados lienzos- descifrar la imagen teniendo en cuenta los puntos en los que se cruzan las coordenadas, pero cuando el tamaño de la cuadrícula es superior el riesgo de error es más grande. El verdadero reto reside en completar el dibujo en un tiempo determinado. Un solo error puede sumar unos minutos vitales al contador, pero la mecánica no castiga tampoco al jugador ni le presiona para que termine antes; la cuenta es hacia adelante, no hacia atrás, por lo que puedes seguir resolviendo la cuadrícula aunque no hayas llegado al tiempo asignado.

La complejidad de los desafíos depende del modo de juego o nivel de dificultad elegido. Entre ellos el modo Micross es la novedad, en el que tenemos que resolver cuadrículas de 80x80 que están divididas a su vez en otras más pequeñas de 10x10. El modo Libre es más interesante para aprender las primeras lecciones, ya que no existe ningún contador y tenemos libertad total para equivocarnos.

"Picross es como el tentempié perfecto entre comidas, aquello a lo que recurres en esos ratos muertos en los que no sabes muy bien qué hacer."

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Era previsible, no obstante, que Picross e2 terminase sufriendo de un agudo síndrome de reciclaje de ideas que consigue que sea más repetitivo de lo que ya es. Se podría haber añadido más variedad o unos modos de juego con más gancho, una estética menos simple y aséptica, pero se ha optado por seguir fiel a la irreductible fórmula.

Los aficionados a la saga podrían acusar a la desarrolladora Jupiter de oportunista, de unos puzles menos inspirados y de no haber añadido ningún aliciente de peso que recomiende la compra de Picross e 2 por encima de su anterior entrega o de cualquier otra, y la verdad es que no les faltaría razón. Pero si os acercáis a él sabiendo lo que vais a encontrar, o si habéis devorado con voracidad todos los juegos de la saga y tenéis ganas de más, descubriréis algo nuevo a lo que recurrir en vuestros ratos muertos.

6 / 10

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