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Tumble

El boom de la construcción.

De entre el catálogo de lanzamiento más bien casual y social de PlayStation Move destaca especialmente Tumble, un videojuego aséptico pero que sabe aproximarse de forma inteligente a este nuevo control gestual. No es social, no está pensado para jugarlo con amigos y cervezas, y de hecho es casi mejor disfrutarlo en soledad y sin nadie a diez metros a la redonda. A veces te pone tan nervioso que podrías sentir la tentación de golpear indiscriminadamente a todo lo que te rodea.

Se trata de un conjunto de puzzles que se resuelven juntando, moviendo, apilando y explotando bloques de distintos materiales. Recuerda vagamente a Boom Blox o a Tower Bloxx, pero los de Supermassive Games, los mismos que han hecho Start The Party, han sabido darle entidad propia.

En los menús verás que hay varias zonas, que se desbloquean recopilando medallas. Las medallas son las recompensas que te dan en base al rendimiento a la hora de finiquitar cada pantalla: bronze, plata, oro... y algunas secretas, bastante complicadillas pero retantes y viciantes a partes iguales. Hay muchos tipos de retos. El más habitual consiste en apilar bloques, uno encima de otro, hasta conseguir cierta altura. Cada vez se va complicando más, porque reducen te dan menos estructuras planas y comienzan a lanzarte triángulos o piezas con ángulos difíciles. También es importante el material del que están hechos esos bloques ya que algunos resbalan, otros tienen más agarre, o pesan más...

Con estas mismas piezas han sabido generar unas cuantas pruebas divertidas y variadas. En algunas habrá que juntarlas todas para que ocupen el menor espacio posible, en otras tendremos que ir haciendo estructuras serpenteantes para evitar trampas, o colocar explosivos en castillos ya montados y tratar de lanzar cada porción lo más lejos posible. Incluso diseñar caminos para rayos de luz colocando espejos y cristales. Es original y relativamente largo; te llevará entre 5 y 10 horas acabarlo.

Los escenarios son muuuuuy asépticos. Demasiado.

Todo esto se hace evidentemente con el mando de Move. Los controles están bien ajustados y es fácil girar la cámara o moverte por el escenario para formarte un plano general de cada pantalla. De hecho es bastante importante pensar qué vas a hacer, sobre todo en niveles avanzados, antes de comenzar a construir: la dificultad, debido a lo exacto que tienes que ser, puede llegar a poner a prueba tus nervios.

Los objetos rotan agitando levemente el mando.

Move responde bien, aunque falla un poco cuando jugamos estirados –se queda algo corto por debajo-, y mide correctamente la profundidad y altura. Incluso la fuerza con la que desplazamos los cachos, que si no medimos bien puede desmontar nuestras épicas construcciones. Los 10€ que cuesta Tumble no nos parecen nada exagerados por lo que ofrece. Aunque el apartado gráfico es aseptiquísimo, casi de hospital –incluso da algo de pereza entrar en su mundo, es casi como meterte en una sala de espera- es un divertimento sencillo y de esos que siempre funcionan. Una buena forma de sacarle punta a Move a la espera de títulos más acordes a los gustos hardcore.

Tumble es exclusivo de PS3 y te lo puedes bajar de la PSN por 10€.

7 / 10

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