Juegos Indie: Metajuegos
Del humor a la introspección.
Repasando los juegos que se han incluido hasta ahora en los artículos Juegos Indie, me he dado cuenta de que la gran mayoría son más bien tristones. Como si los únicos creadores independientes fuesen una panda de personas deprimentes que emplean el desarrollo de videojuegos para expresar su angustia interior. El primer objetivo al planear esta entrega fue que los lectores dejasen escapar alguna carcajada, sin dejar atrás las reflexiones sobre la industria. Esta entrega de Juegos Indie se va a centrar en los metajuegos, pequeños juegos flash a través de los cuales se critica algunas tendencias de los videojuegos actuales no demasiado positivas.
Raitendo es uno de los autores más prolíficos en cuanto a parodias de otros juegos, particularmente del ala más artístico-gafapasta del indie. Tenemos versiones de Passage [Passage in 10 seconds], Execution [Execution], The Marriage [An abstract art game in 10 seconds], You have to burn the rope [You Have To Defecate Upon King Bhumibol], pullas para los creadores indie [Experimental Gameplay in 10 seconds] e incluso para la forma de tratar la muerte en los videojuegos [You only live once].
Los casos de Passage, The Marriage y Experimental Gameplay son muy similares en la forma, pero sobre todo en el mensaje. Las críticas no van tanto dirigidas al juego que parodian como al principal público que las consume que, muchas veces cegados por explicaciones prolíficas de los autores, eleva a los altares a cualquier obra que se salga de la habitual. La búsqueda del reconocimiento del videojuego como arte nos lleva en muchas ocasiones a sobrevalorar cualquier obra que incluya un mínimo intento de abstracción. Me incluyo en este grupo.
You only live once es el más interesante de todos. En videojuegos estamos tan acostumbrados a morir y cargar partida que nos olvidamos de su carga dramática. Lo primero que pensamos más de uno cuando murió cierto personaje en Final Fantasy VII fue: ¿por qué no usan una Cola de Fénix? Definitiva en prácticamente el resto de medios narrativos (si quitamos zombis, vampiros y similares), la muerte no es en el videojuego más que un pequeño bache en el camino. Este pequeño juego, en cambio, le da todo el protagonismo. Si perecemos y le damos a "Continue", veremos a la ambulancia acudir a por nosotros o a la policía tratando de esclarecer el crimen. La muerte es, ahora sí, el fin de nuestro personaje, aunque para el resto del mundo la vida continúe.
De los juegos parodiados, uno de ellos merece ser destacado por méritos propios: You have to burn the rope. El juego tiene cuatro reglas (la cuarta está escondida); si las sigues a rajatabla en dos minutos te habrás pasado el juego, llevado de la manita en todo momento. Al final, una cancioncilla con bastante menos encanto que Still Alive nos despedirá. La descripción del juego ya nos da una idea de hacia dónde se encamina la sátira: "Los juegos son tan difíciles hoy en día…"