Avance de The Great Ace Attorney Chronicles - Han pasado siete años y aun así, está extraordinariamente vigente
El magnífico y proficiente letrado.
Siete años después del lanzamiento original, en Japón, del primer título de la saga, y cuatro años después de la publicación de la secuela, la serie The Great Ace Attorney llega por primera vez a Occidente, rellenando un hueco muy notable y muy reclamado por los fans dentro de la franquicia de Phoenix Wright. Sin embargo, no encontraremos aquí a ninguno de los personajes emblemáticos de la saga: este spin-off, que igual que los primeros juegos vuelve a estar dirigido por Shu Takumi, nos emplaza unos siglos antes de los acontecimientos de los títulos principales. En concreto, nos traslada a finales del siglo XIX, en unas circunstancias que harán que el protagonista, Ryunosuke Naruhodo, y sus acompañantes viajen hasta Gran Bretaña para estudiar los procedimientos legales que se utilizan en el país inglés. Su propósito es traer de vuelta a Japón una serie de conocimientos e ideas que ayuden a Japón en el nacimiento de su todavía incipiente sistema judicial.
Para este avance, sólo podemos centrarnos en una parte de lo jugado: en concreto, los casos 1, 2 y 4 del primer juego, The Great Ace Attorney. No obstante, el relanzamiento - primer lanzamiento, en el caso de occidente - de los juegos, llamado The Great Ace Attorney Chronicles, contiene ambos títulos de la saga. De la segunda parte, eso sí, sólo podremos opinar más adelante.
A pesar de que el juego original, en Nintendo 3DS, utilizaba gráficos parcialmente heredados de las otras entregas de la portátil de Nintendo, en concreto de Phoenix Wright: Dual Destinies, el remozado gráfico que nos encontramos nada más arrancar el juego es más que digno de mención. Lejos del estilo cartoon en dos dimensiones que presentaba Phoenix Wright: Ace Attorney Trilogy Remastered, todos los personajes, escenarios y objetos del juego están modelados en un 3D muy bien resuelto para mantener el equilibrio entre las animaciones y estética clásicos de la saga y la nueva apariencia visual, más detallada, compleja y con mucha variedad de movimientos y expresiones. Tenemos que afearle, aunque esto sí era ya así en los juegos originales, una manera de avanzar el texto que puede resultar un poco extraña, especialmente para quienes estén acostumbrados a otro tipo de aventuras gráficas y novelas visuales. El texto viene con la opción de avance rápido desactivado, y las letras no aparecen de manera uniforme, sino que tratan de ir apareciendo en pantalla a distintas velocidades para acomodarse a la tonalidad con la que el personaje las está pronunciando. Esto hace, en ocasiones, que los diálogos aparezcan demasiado lento para nuestro gusto; pero, si activamos la opción de pasar los diálogos más rápido pulsando una segunda vez el botón de avance en medio de cada recuadro de texto, habrá frases concretas que pasen de manera tan veloz que terminemos por saltárnoslas sin querer.
Nos acabamos acostumbrando, pero es una pequeña fricción que existe a la hora de entrar a un título que, por otro lado, es exactamente tal y como nos esperábamos. Se han añadido, eso sí, otras opciones de accesibilidad: una función de historial bastante amplia que nos deja repasar diálogos anteriores que podamos no haber entendido del todo, o la posibilidad de continuar con la historia sin necesidad de resolver puzzles, presentar pruebas ni encontrar contradicciones en los alegatos de los testigos en los juicios. Simplemente podemos relajarnos y disfrutar de la historia que, al fin y al cabo, sigue siendo el punto fuerte de un juego que puede tener más de una década, pero que mantiene su narrativa ágil intacta.
Porque es así: la saga Ace Attorney puede llamarnos la atención por ser un simulador de juicios en tono de comedia de enredo, pero si tiene tanto éxito entre el público después de tantas entregas es por la manera en la que sus tramas saben desvelarnos misterios poco a poco, haciéndonos sentir parte de cada pequeño descubrimiento. Tanto el primer caso como los posteriores que hemos podido jugar son excelentes en plantear situaciones complejas que no tienen absolutamente ningún sentido para nosotros a priori, pero que acabamos interiorizando como si nos hubiesen sucedido a nosotros mismos; y, con la guía del juego y de nuestras propias deducciones, acabamos por encontrar todos y cada uno de los detalles que no encajan hasta que la panorámica se completa. Creo que es más que posible que quienes sean muy veteranos en la saga encuentren el principio un poco más lento de la cuenta, y vean venir determinados giros de guión, que siguen la estructura de algunos capítulos anteriores de otros juegos, pero The Great Ace Attorney será especialmente agradecido para aquellos que no sean tan familiares con las historias de abogados de Capcom.
Dicho esto, sí se agradecen una serie de cambios que aportan un poco de frescura a una fórmula ya más que explotada. Para empezar, hay diferencias estructurales: nos encontramos con los tradicionales episodios compuestos de una investigación y un juicio posterior, pero también otros capítulos que constan únicamente de una investigación, o únicamente de un juicio. No atarse necesariamente a la que había sido la dinámica clásica de estos juegos permite crear historias más autocontenidas, pero también obligarnos a entender y buscar contradicciones y pistas en todos los diálogos, muy rara vez siendo alguno de ellos superfluo. Las investigaciones también tienen su mecánica nueva: pronto conoceremos a Herlock Sholmes, una reinterpretación casi más excéntrica del personaje de Sherlock Holmes que es capaz de hacer un montón de deducciones, pero cuyas pesquisas tienden a ser un tanto inexactas. Así, Naruhodo acudirá al rescate para corregir las imprecisiones y, en conjunto, conseguir información más concreta sobre lo sucedido.
En los juicios, por otro lado, tenemos que convencer a más gente que al habitual juez. Hay, además, un juzgado popular compuesto por seis personas anónimas que votarán a favor o en contra de la culpabilidad del acusado según cómo de convincentes sean nuestros argumentos. Así, en muchas ocasiones nuestras herramientas para esclarecer la verdad no serán únicamente las declaraciones de los testigos, sino ciertas incoherencias en lo que este juzgado popular ha entendido que ha sucedido que nos pueden servir para arrojar luz sobre detalles que no hubiesen estado tan claros.
Al menos en lo que hemos jugado de momento, sí podemos sacar una pequeña pega: los personajes con los que interactuamos tienen un nivel variable de carisma. Tanto Naruhodo, el protagonista, como el fiscal principal, Van Ziek, son lo suficientemente memorables como para que el juego sea interesante sólo por seguirles la pista; no obstante, el propio Herlock Sholmes puede ser en ocasiones un poco histriónico de más, y la asistente de Naruhodo, Susato, alcanza muy difícilmente los niveles de complejidad y simpatía de su predecesora, Maya Fey. En cualquier caso, todavía nos queda mucha aventura por delante, y ambos personajes podrían mejorar sustancialmente en el resto del viaje. Como mínimo, si algo nos llevamos de este primer acercamiento es que la saga Ace Attorney sigue teniendo mucho potencial para contar nuevas historias, y que los años que han tardado estas entregas en salir fuera de las fronteras de Japón no han jugado, en absoluto, en contra de estos títulos, que son perfectamente jugables y más que disfrutables a día de hoy.