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Artículo de coleccionista

Esas Cajas de Pandora que nos vuelven locos.

Irónicamente, este concepto es una contradicción en toda regla si se aplica al mundo de los videojuegos. Para empezar, una pieza de coleccionista pierde todo su valor si sale de la caja que mantiene intacta su atractivo; pocos jugadores siguen a rajatabla esta filosofía de conservación y optan por la descabellada idea de disfrutar con el título que han comprado -¡blasfemos! Por otra parte, en muchas ocasiones la distribución de los juegos es tan "limitada" que a los pocos meses las tiendas se ven atestadas de cascos de Spartan o de suvenires de Liberty City. Lo sucedido con la Caja de Pandora o la ola de pánico que se desató hace un par de años para encontrar un BioShock con figura de Big Daddy incluida son excepciones que confirman la regla.

Las compañías utilizan tres mecanismos diferentes para crear las ediciones especiales de sus nuevos títulos, cada uno con sus cebos propios para atrapar a sus presas. Por supuesto, la anterior afirmación sobrepasa descaradamente los lindes de la generalización, ya que en la mayoría de los casos las distribuidoras proceden a fusionar todos los elementos posibles de los listados a continuación. Por lo tanto, es conveniente pedir una captatio benevolentiae a los lectores para que perdonen este repaso tan poco concreto, pues haber optado por una enumeración más minuciosa hubiese acabado con la vida de los presentes por exceso de aburrimiento.

La versión española de la 'edición especial' de Devil May Cry 4 constaba de un libro de arte a dieta. Ah, y una funda muy bonita, eso sí.

Las ediciones de coleccionista más destacables por tamaño y contenido son aquellas que incluyen toda serie de extras como figuras u objetos relacionados con el título tan esperpénticamente efectivos que es posible que si hace un año a los futuros compradores de Modern Warfare 2 se les hubiera preguntado si iban a necesitar un casco de visión nocturna, éstos hubiesen reído a gusto por la idea estrambótica mientras que su cartera -sensata ella- ya habría iniciado una fiesta de despedida para algunos de sus inquilinos.

El batarang de Batman: Arkham Asylum, el disco de vinilo de BioShock 2, la caja de seguridad de Grand Theft Auto IV... Para el espectador ajeno -es decir, la paciente pareja del jugador- estos objetos son el paradigma de la inutilidad, mas el fan de la saga en cuestión ha sentido la llamada de la naturaleza porque dichos ítems bien apelan directamente a su fidelidad bien son íconos representativos de la franquicia de marras; rechazar una oferta tan jugosa sería una infamia imperdonable, sin importar que el tocadiscos del difunto abuelo ya hace tiempo que se ha ido a hacerle compañía a su dueño-"¡pe...pe...pero cariño, no me mires así, que Youtube está repleto de soluciones alternativas... tú dame un papel que vas a flipar!".

A veces las mejores ediciones híbridas -es decir, que combinan diferentes estratagemas- son las de los títulos más modestos. La desarrolladora CD Project mimó tanto a los primeros compradores de The Witcher que les permitió descargar gratuitamente los contenidos de la posterior versión ampliada.

No obstante, ésta no es la única razón por la que ese tipo de ediciones tienen tanto éxito. Si añadir la coletilla "de coleccionista" o "limitada" ya provoca que muchos pares de ojos cambien rápidamente su trayectoria visual para analizar dicho objeto -con las consecuentes fracturas de cuello que conllevará dicha acción, optar por otro tipo de términos como "de prestigio" -en el caso de Modern Warfare 2- o "exclusiva" -véase lo comentado con God of War III- acrecienta la sensación de adentrarse en un grupo elitista al que sólo accederán los afortunados poseedores de estas versiones. A su lado, el Club Diógenes era una reunión de marujas que fumaban con pipa.

Si estas ediciones sólo incluyesen el objeto correspondiente, es posible que la relación calidad/precio acabase por ahuyentar al público potencial. Por suerte, el jugador verá sus necesidades satisfechas con toda suerte de suplementos como libros de arte, DVD´s con el "cómo se hizo", o pequeñas bagatelas -mecheros, llaveros, figuras en miniatura... En este sentido, la nueva estrategia de las compañías ofrecen pocas contras para el consumidor ya que aunque éstas tengan como objetivo explícito asegurarse una cantidad considerable de reservas, al menos respetan a los compradores con productos ataviados hasta los topes.