Los peores juegos de 2013
Moteros, xenomorfos, zombis y otros desastres.
2013 no ha sido un mal año, desde luego. Me atrevería incluso a decir que ha resultado ser uno bastante bueno: hemos podido ver excelentes grandes producciones (Grand Theft Auto V, The Last of Us, BioShock Infinite, Super Mario 3D World, Tomb Raider), soberbios juegos independientes (Gone Home, The Swapper, Guacamelee, Papers Please, The Stanley Parable), una nueva generación de consolas e incluso un prometedor vistazo a lo que nos puede deparar el futuro con dispositivos como el Oculus Rift o la Steam Machine. Haciendo balance no ha estado mal la cosa, no.
Pero entre tanta joya también ha habido bastante ponzoña, para qué engañarnos. En este artículo hemos seleccionado los que, en nuestra opinión, son los diez peores videojuegos publicados en 2013, esos que no recomendaríamos ni a nuestro peor enemigo y que deberíais evitar bajo cualquier circunstancia. Pero no son los únicos; se han quedado fuera desastres como X Rebith, NBA Live 14, LocoCycle, Teenage Mutant Ninja Turtles o el inefable remake de Flashback, por poner algunos ejemplos, bodrios todos ellos que apenas sirven para echar unas risas. O ni siquiera eso...
Ride to Hell: Retribution (Xbox 360, PS3, PC)
Empecemos fuerte, con el que muchos medios han catalogado como el peor videojuego del año. Sobre el papel la idea de hacer una historia interactiva sobre una banda de moteros a finales de la década de los sesenta, combinada con el estilo grindhouse y la madurez de Sons of Anarchy, no sonaba mal, pero el resultado final es poco menos que un drama de proporciones épicas.
Retribution es drogas, sexo y rock 'n roll, pero mal entendido y en la peor de sus acepciones. Un juego literalmente roto en el que la ignominia alcanza tintes de un machismo surrealista que culmina con escenas de cama donde los protagonistas retozan completamente vestidos, como si sufriesen la delirante fobia a la desnudez de Tobias Fünke. Es también el producto de un desarrollo accidentado (iniciado en 2008, cancelado en 2010 y re-anunciado en 2013), que empezó siendo esbozado como un juego con mundo abierto para acabar recortado en una insípida experiencia lineal, y de una planificación desastrosa: sus creadores lo plantearon - de forma incomprensible - como una ambiciosa trilogía que completaban un título descargable (Route 666) y otro para smartphones (Beatdown).
Aliens: Colonial Marines (Xbox 360, PS3, PC)
Colonial Marines no sólo es uno de los peores videojuegos de 2013, si no probablemente también el más decepcionante. Tras seis años de desarrollo y con los derechos de una de las franquicias cinematográficas más atractivas, Sega y Gearbox sólo fueron capaces de producir un derivativo y aburrido shooter plagado de bugs y secuencias aburridas, un título que cumple a punto por punto el manual de las malas adaptaciones de películas al medio interactivo. Las cosas se torcieron tanto que incluso posee el que seguramente sea el momento más ridículo visto en un videojuego a lo largo de este año.
Por si todo esto fuera poco, Aliens: Colonial Marines también ha sacado a relucir muchas de las miserias y vergüenzas de esta industria. De sobras es conocida la polémica generada al compararse los vídeos previos al lanzamiento con el aspecto que tenía el producto final, la cual derivó en una class action suit por publicidad fraudulenta. Menos pública, en cambio, es la teoría - con sólido y preocupante fundamento - que apunta a que Gearbox se fundió el dinero destinado por Sega para Colonial Marines en el desarrollo de Borderlands y Duke Nukem Forever; un escandaloso fraude que todavía puede tener repercusiones. Pero de momento quien se ha llevado la peor parte - bancarrota y cierre incluido - es TimeGate Studios, el equipo encargado de intentar arreglar el desbarajuste creado por Gearbox durante varios años, mientras el gran culpable de este desastre, Randy Pitchford, se pasea sonriente por el plató de los VGX Awards. Show business en estado puro, vamos.
Fighter Within (Xbox One)
Fighter Within tiene el dudoso honor de ser, con diferencia, el peor juego del catálogo de lanzamiento de Xbox One... y teniendo como competencia títulos del calibre de LocoCycle o Crimson Dragon eso es decir bastante.
Pero lo más nocivo del juego de Ubi, desastroso a todos los niveles, es el terrible golpe que asesta a la credibilidad de Kinect, un dispositivo que ya de por si es tremendamente controvertido entre los jugadores hardcore. Lo que aquí tenemos es un aburrido y mediocre juego de lucha que termina de derrumbarse por culpa de la implementación de un control gestual impreciso y tramposo, que refuerza esa sensación de que por mucho que mejore su precisión a la hora de jugar siempre resultará ser poco más que un gimmick inútil. Microsoft ha apostado muy fuerte por Kinect con su consola de nueva generación, pero un título tan lamentable como este es lo último que necesitaba de cara a volver a ganarse la confianza de un público reticente y cada más escéptico ante la viabilidad práctica de esta tecnología.
R.I.P.D. The Game (Xbox 360, PS3, PC)
Pese a contar con una interesante pareja protagonista (Jeff Bridges y Ryan Reynolds), un actor con carisma para ejercer de villano (Kevin Bacon), un director competente (Robert Schwentke, que venía de filmar la entretenidísima RED) y un para nada despreciable presupuesto de ciento treinta millones de dólares, R.I.P.D. resultó ser uno de los grandes fiascos producidos por Hollywood en 2013, recaudando apenas setenta y ocho millones en todo el mundo.
La cinta, tampoco nos engañemos, no era ninguna maravilla (un anodino pastiche de efectos especiales que mezclaba la estructura de Men in Black con las ideas de Ghostbusters), pero el juego resultó ser muchísimo peor. Imagino que Atlus quería aprovechar el supuesto tirón de taquilla en verano para ganar algo de dinero fácil, así que le encargó al pequeño estudio Old School Games un proyecto rápido pensado para tener tirón comercial: crear un shooter en tercera persona que estuviese listo para el estreno de la película en cines.
¿Y qué hicieron? Pues básicamente - y con todo el morro del mundo - coger su anterior juego (God Mode, que para más inri era bastante malo), cambiar las texturas, añadir un par de animaciones e incorporar el grafismo de la película. Se dice que R.I.P.D. The Game fue desarrollado en apenas tres o cuatro meses. Viendo el lamentable resultado final, es muy probable que así fuese.
The Walking Dead: Survival Instinct (Xbox 360, PS3, PC, Wii U)
Cuando de un juego no se enseña prácticamente nada hasta pocas semanas antes del lanzamiento uno puede - y debe - temerse lo peor. Y eso es exactamente lo que pasó con Survival Instinct.
El shooter en primera persona de Activision no tiene absolutamente nada que ver con la excelente aventura de Telltale Games publicada el año pasado; lo que en uno era fresco, inquietante y atractivo, en el otro es derivativo, insulso y aburrido. Un desarrollo muy poco inspirado y una de las peores inteligencias artificiales vistas en mucho tiempo ya son motivo más que suficiente para otorgarle un rotundo suspenso, pero el mayor de sus pecados es desaprovechar con tanto desdén una licencia interesante para producir con prisas un sacacuartos que trata de aprovechar el tirón de una de las series de moda.
Girl Fight (Xbox 360, PS3)
Girl Fight va más allá de ser un simple mal juego para convertirse en el ejemplo perfecto de muchas de las cosas que funcionan mal en esta industria: es deficiente en casi todas sus facetas, plagia sin tapujos a otro producto con cierto éxito (la saga Dead or Alive de Tecmo) y, lo peor de todo, hace gala de una misoginia exacerbada capaz de provocar un aneurisma a Anita Sarkeesian.
Que alguien en Majesco pensara que era una buena idea basar el atractivo de un juego de lucha casi exclusivamente en el sex appeal de sus protagonistas ya es de por si deleznable, pero que encima fracase miserablemente incluso en dicho objetivo es como para hacérselo mirar. De lo demás, mejor ni hablamos: un mal sistema de combate, exiguas opciones, IA inexistente, bugs y problemas en los gráficos y las animaciones son la guinda de un pastel caduco y rancio. Hace no mucho alguien lo definió como "un juego para cuñados". No iba mal encaminado, desde luego.
Star Trek: The Videogame (Xbox 360, PS3, PC)
Sin ser perfecta, la resurrección en la gran pantalla de la venerable saga Star Trek supuso uno de los grandes acontecimientos cinematográficos de los últimos tiempos. Respetando el material original de Gene Roddenberry pero adaptándolo a una nueva generación de espectadores, Star Trek (2009) tocaba todas las teclas adecuadas y arrasó - de forma muy merecida - en taquilla. El videojuego oficial, diseñado como puente entre esa película y su secuela de 2013, Into Darkness, hacía todo lo contrario: partía de una base totalmente inapropiada (el formato de shooter en tercera persona con coberturas) y se desmoronaba con un desarrollo mediocre aderezado por una cantidad exagerada de bugs.
A nosotros, obviamente, nos gustó más bien poco, pero a J.J. Abrams, el máximo responsable del reboot cinematográfico, le hizo aún menos gracia. Hace escasos meses el creador de Alias y Lost explicó que el equipo de la película se involucró en el desarrollo del videojuego, pero que abandonaron rápidamente el barco al ver que estaba predestinado a ser un desastre, calificando el resultado final como "emocionalmente doloroso" y dañino para la franquicia. No sabemos si realmente la taquilla de Into Darkness se vio perjudicada por el juego (lo dudamos, la verdad), pero sí podemos asegurar que Star Trek: The Videogame tampoco le hizo ningún favor.
Final Fantasy: All The Bravest (iOS, Android)
All the Bravest es algo así como el colmo de los colmos del mundo del videojuego: no sólo hace gala de lo peor y más repulsivo del modelo de negocio free-to-play, sino que también es un descarado ejercicio de sobreexplotación de una popular franquicia por parte de Square Enix (y los japoneses, de esto, saben un rato).
Aunque se promociona en la App Store y en Google Play como un "RPG táctil" y la descarga base es totalmente gratuita, en realidad se puede discutir incluso su catalogación al ser un producto diseñado única y exclusivamente con el objetivo de forzarte a hacer micropagos, con un planteamiento de nula profundidad que casi parece más propio de una tragaperras que de un videojuego. Es sibilino y tramposo, además, evocando de forma perversa la nostalgia de los fans usando pixel art y prostituyendo a los personajes míticos de la saga en un burdo intento de ganarse tu confianza.
Fast & Furious: Showdown (Xbox 360, PS3, PC, Wii U, 3DS)
Menudo annus horribilis para los fans de The Fast & Furious: a la desgraciada muerte en un accidente de tráfico de Paul Walker, uno de los protagonistas principales de la saga cinematográfica, se suma la publicación de un terrible producto de merchandising que mancilla el nombre de la franquicia con el que muy probablemente sea el peor juego de carreras de coches de 2013.
Con unos gráficos desfasadísimos que parecen propios de una PS2, una banda sonora machacona, malos actores de voz, bugs a mansalva y un modelo de conducción arcade deficiente, Showdown pasa a engrosar un puesto destacado en la extensísima lista de mediocres videojuegos basados en una licencia cinematográfica de éxito. Las películas podían gustarte más o menos, pero por lo menos eran entretenidas y contaban con buenos valores de producción. Showdown, ni siquiera eso.
Double Dragon II: Wander of the Dragons (Xbox 360)
Algún día alguien debería investigar cómo pudo acabar la licencia de uno de los beat 'em ups más icónicos y venerados de los ochenta, Double Dragon, en manos de un desconocido estudio coreano que tardó la friolera de tres años en desarrollar uno de los más lamentables videojuegos de todos los tiempos. No, qué demonios... alguien debería averiguar cómo es posible que este engendro se pusiese a la venta sin que nadie decidiera antes que lo mejor era cancelarlo, borrar el código fuente y eliminar cualquier rastro de su existencia.
A la hora de analizar un juego malo, uno de los grandes retos para cualquier redactor es buscar bajo esa pátina de mugre algo que pueda redimirlo en mayor o menor medida. A lo largo de estos años he analizado muchos títulos de suspenso, pero creedme si os digo que éste es el único caso en el que no he podido salvar absolutamente nada. Gráficos, animaciones, música, efectos, mecánicas jugables... todo en este videojuego es atroz (cuando no está directamente roto), impropio de un producto comercial que se supone ha pasado el proceso de certificación de Microsoft previo a la publicación en Xbox Live. Jugar a Double Dragon II: Wander of the Dragons es como asomarse al más oscuro de los abismos: no sólo es el peor juego de 2013, si no el toda la generación que estamos dejando atrás. Sí, en serio.