Attack of the Friday Monsters! A Tokyo Tale
Reviviendo nuestra infancia
Este análisis forma parte de la sección de Game Over.
¿A qué aspecto le damos más importancia en un videojuego? ¿A los gráficos? ¿A las mecánicas? ¿A la diversión que aporta? Hay muchas variables en las que fijarse a la hora de analizar un videojuego o al expresar nuestra opinión particular sobre el. Sin embargo, hay una variable que solemos evitar porque pocos títulos consiguen hacerla relevante: la capacidad de transmitir algún tipo de sensación, sentimiento o idea. Attack of the Friday Monsters! lo consigue como pocos.
En Attack of the Friday Monsters! encarnamos a un joven nipón, Sohta, en los años setenta, una época en la que la infancia de los niños japoneses estaba marcada por los "tokusatsu": series de televisión repletas de fantasía en las que uno o varios héroes tenían que hacer frente a horribles kaijus. Por un golpe de suerte nuestro protagonista acaba de mudarse a un pequeño pueblo donde se rueda un famoso show de televisión, así que cada viernes enormes monstruos aparecen en las colinas y prados colindantes. Desde los primeros momentos Millenium Kitchen se aleja del realismo de sus otros juegos para regalarnos la duda de si todo lo que vemos es una historia de ciencia ficción o la fantasía que la mente de un niño es capaz crear. ¿Son los monstruos reales o son parte de una planificada producción televisiva? Una duda que no abandonó mi cabeza durante todo el juego y que persiste una vez terminado, pero no solo eso: Attack of the Friday Monsters! parece estar contado siempre desde la perspectiva de un niño.
Lo más curioso es que este "filtro infantil" nos incita a realizar un ejercicio de regresión y, para introducirnos en la historia y disfrutar de lo que se nos narra, tendremos que ver el juego con los ojos de un niño para maravillarnos con la mágica simpleza de su argumento. Para añadir más sabor a la ecuación, la obra de Millenium Kitchen es toda una carta de amor al imaginario cultural japonés, especialmente a aquellos elementos que más aprecia el público televisivo juvenil: Desde los mencionados "tokusatsus" a los "sentais", pasando por la cinematografía "kaiju" o el anime. Es imposible jugar a Attack of The Friday Monsters! sin que te asalte algún pensamiento o recuerdo de una película del estudio Ghibli, alguna entrada en la filmografía de Godzilla o un capitulo de Gundam. Además, la narrativa del juego va fluyendo de la mano de una narradora que nos relata los acontecimientos y emociones de los protagonistas y cuya implicación en la historia es desconocida hasta el final del título. La forma en la que se utiliza la voz en off recuerda mucho a los clásicos narradores que podemos encontrar incluso hoy en los animes japoneses, aportando aún más a este sentido homenaje.
Hasta ahora podría parecer que para disfrutar del juego hay que ser un buen conocedor de la ficción y cultura japonesas, y desde luego ayuda mucho, pero no es del todo necesario. De hecho, en más de una ocasión la experiencia me trajo recuerdos de mi propia infancia, ya fuesen recuerdos propios o de la cultura que fagocitaba: juegos infantiles con amigos, películas ochenteras, la animación televisiva, etc. En un momento en el que la mayoría de desarrolladores enfocan la mirada retro hacia las mecánicas o el aspecto visual, es interesante ver a un estudio que la enfoca hacia los argumentos y la narrativa.
¿Qué queda para aquellos que no decidan entrar en el juego retrospectivo? Lamentablemente menos de lo esperado: una cortísima aventura gráfica cuya interacción entre los personajes, más allá del diálogo, se da en forma de simplón juego de cartas. Es increíble como un título que me ha aportado tanto a nivel emocional me haya decepcionado tanto a nivel jugable. Tan solo les habría faltado pulir más ese minijuego interno para, al menos, eliminar la sensación de "episodio de anime ligeramente interactivo" que el título te deja en algunos momentos. De hecho, dotándolo de mayor profundidad se habría alargado considerablemente la vida del título gracias a la "bonus stage" (el día siguiente a los acontecimientos que vive el protagonista), en la que podremos pasar el tiempo que queramos deambulando por el pueblo y jugando a las cartas.
Pero quizás no sea esto lo importante. Quizás, como comenté al inicio de este análisis, son esa sensaciones y los que debería tener en cuenta. Attack of the Friday Monsters! me ha vuelto a recordar que, a veces, hay algo más allá de la jugabilidad o los gráficos; algo oculto entre líneas y que apela a la subjetividad de cada uno. Son los sentimientos, pasiones y recuerdos de sus desarrolladores, expresados en forma de videojuego y compartidos con el mundo. Es una pequeña obra creada con mucho amor y uno no puede evitar jugarla con la misma pasión que nos transmite. Y como ya dije, eso es algo que pocos títulos consiguen.