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Avance de D4

Cuando Swery encontró a Kinect.

En el evento preview de Xbox One en Londres, escondido en un rincón entre las estaciones de juego de Forza 5, Ryse y Dead Rising 3, había un invitado inesperado. Un título que ya desde su anuncio inicial en el pasado E3 2013 provocó algún que otro arqueo de ceja. Uno de esos videojuegos destinados a polarizar opiniones y generar controversia (especialmente viendo la reacción que despertó recientemente el apartado jugable de Beyond: Two Souls).

D4 (acrónimo de Dark Dreams Don't Die) tiene como protagonista a un detective, David Young, que trata de desenmarañar el misterio que rodea el asesinato de su mujer. Hasta aquí todo normal, pero empecemos a sumar otros elementos: viajes en el tiempo, personajes secundarios a cada cual más estrafalario, un surrealista sentido del humor, un villano del que solo sabemos su alias ("D") y un estilo visual que recuerda a películas como A Scanner Darkly. Bienvenidos al nuevo videojuego surgido de la mente del excéntrico Hidetaka "Swery" Suehiro, creador del ya considerado clásico de culto Deadly Premonition.

La forma más sencilla de definirlo es como una mezcla del estrambótico estilo narrativo de su autor, las mecánicas jugables y estructura episódica de The Walking Dead y el control gestual con Kinect; una aventura donde la investigación y las acciones se realizan mediante movimientos contextuales con las manos y detección de voz, mientras la trama avanza como si de un episodio de televisión se tratase, tomando incluso elementos prestados de series como 24 (dividiendo la pantalla en varios cuadros con diferentes ángulos simultáneos de un mismo suceso) o Lost (por eso de integrar elementos paranormales y de ciencia-ficción en una trama aparentemente más mundana).

"D4 es el juego que puede empezar a redimir a Kinect a ojos de los jugadores más tradicionales: el control gestual se adapta perfectamente a la acción, funciona de forma natural y no parece un gimmick innecesario."

Se que es una pantomima que habéis escuchado cientos de veces y que jamás se ha cumplido, pero realmente tengo la sensación de que D4 es el juego que puede empezar a redimir a Kinect a ojos de los jugadores más tradicionales (los mal llamados hardcore, vamos). Aquí el control gestual se adapta perfectamente a la acción, funciona de forma natural - ni siquiera te obliga a estar de pie para hacer grandes aspavientos - y no parece un gimmick totalmente innecesario. Se podría jugar perfectamente con un pad, claro, pero teniendo en cuenta que el sensor viene de serie en la caja de todas las Xbox One está bien tener algún juego con el que aprovecharlo.

Lo que no se aprovechará tanto es la potencia que ofrece la nueva generación. No se si es una decisión premeditada, como si se tratase de una especie de tradición para su diseñador, pero al igual que Deadly Premonition llamaba la atención por su desfasadísimo apartado visual, impropio de Xbox 360 (y más tarde de PS3), no parece que D4 vaya a destacar lo más mínimo por sus gráficos. El estilo cel shading maquilla hasta cierto punto su simplicidad, pero en términos de resolución y detalle está muy por detrás de lo que esperarías de un título first-party para la nueva consola de Microsoft.

Es un detalle secundario, claro: en este juego lo más importante será la historia y esa extravagante ambientación que impregna la obra de Swery. Es una lástima que D4 no esté listo para la llegada al mercado de Xbox One (no tiene, de hecho, una fecha definida de lanzamiento), pero sí que parece que podríamos estar ante uno de los tapados de su catálogo inicial y en una de las propuestas más interesantes de Microsoft Game Studios para los próximos meses, ni que sólo sea por su valentía al intentar hacer algo diferente.

Este artículo se ha escrito en base a un viaje a Londres para asistir al evento preview europeo de Xbox One. Microsoft cubrió los gastos de transporte.

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