Avance de Army of Two: The Devil's Cartel
Acción cooperativa con un toque de gore.
Me alegra que Army of Two: The Devil's Cartel de un giro hacia lo gore. Hubo una época en la que la violencia sin mesura era bastante común en esto de los videojuegos pero, poco a poco, nos hemos ido acostumbrando a unos combates más limpios, menos exagerados, con enemigos que caen al suelo con animaciones perfectamente capturadas. ¡Ahhrg… puif! Muerto.
Visceral Games se encarga de esta tercera parte, y vísceras son lo que veremos. Y cabezas que salen volando, troncos sin extremidades tirados por ahí y explosiones impredecibles. Aunque a la versión que pudimos probar en el EA Showcase de Londres todavía le quedan unos meses de trabajo -sale en marzo- sin duda lo más impactante que vimos es esta vuelta a la violencia más irónica, más desgañitada. No es un gore desagradable, aunque sí positivamente gratuito: ya que nos ponemos, nos ponemos.
Tras Army of Two y Army of Two: The 40th Day este Devil's Cartel sigue la misma filosofía, por lo demás, que sus antecesores. La base está en la acción cooperativa en tercera persona, que puede ser también por internet. Nos juntamos con un loco hambriento de sangre, como nosotros, y nos liamos a pegar tiros contra el temible cártel mejicano de “La Guadaña”. No le queramos dar más vueltas al argumento, de momento, porque lo verdaderamente importante no serán los motivos del viaje sino los pequeños bro-momentos que nos irán regalando, llenos de chascarrillos a lo Jungla de Cristal, y situaciones que pretenden arrancarte alguna que otra sonrisa.
Hay enemigos a mogollón, que no paran de salir y que plantean unos combates bastante bien diseñados. Pudimos probar niveles que tenían varios pisos y distintas coberturas que podíais utilizar tanto tú como ellos; los rivales no paran de moverse y de intentar flanquearte. Prácticamente te obligan a comunicarte con tu amigo para sacarle provecho al agro, esa unidad con la que se mide la compenetración y la atención de los rivales. Cuando tienes vía libre puedes aprovechar para ir por detrás y sacarle partido a esa ventaja. También hay enemigos o situaciones específicas que requieren de tácticas coordinadas para poder ser vencidos.
Si además lo hacemos bien y demostramos tener buena puntería llegará un punto en el que entraremos en Overkill. Durante unos cuantos segundos tendremos munición ilimitada y seremos mucho más efectivos; el momento de activar esta habilidad posiblemente requerirá de cierta visión táctica, y tendremos que utilizarlo cuando realmente sea necesario. Ahí es donde se notará más que The Devil's Cartel corre sobre el Frostbite 2, el motor gráfico de Battlefield 3. Los escenarios son bastante destructibles, y tanto coberturas como varios elementos explotarán y se desintegrarán cuando les metamos caña. Evidentemente eso afecta a la partida y a cómo deberemos comportarnos, porque viene a ser una arma más de la que podemos disponer para provocar esa destrucción masiva.
También ganaremos dinero con el que podremos comprar nuevas armas y, claro, accesorios para personalizar a los protagonistas, aunque los desarrolladores con los que hablamos no quisieron entrar en demasiados detalles.
El juego se ve bastante sólido y divertido, pero falta por ver qué tal gestiona ese guión y esos momentos pseudocómicos. También le vendría bien algo más de flow y de contundencia en algunas partes, porque ya que se han puesto las pilas con eso de volver al gore descarriado no estaría de más acompañarlo de unos cuantos filtros, efectos gráficos y espectacularidad, y mantenerte constantemente con la sensación de que lo estás haciendo bien y de que te están recompensando adecuadamente. Army of Two lleva tiempo queriendo entrar en las grandes ligas pero la sensación general es que todavía no lo ha conseguido. Tenemos ganas de jugarlo en profundidad para ver si, por fin, se acaba convirtiendo en ese buscado referente del juego cooperativo