Gamescom 2012: Avance de Assassin's Creed III: Liberation
Mestizaje jugable.
Si hay una cosa de la que Vita puede presumir, ésta es que durante una presentación sus juegos pueden mostrarse en pantallas de tamaño considerable sin que nos acaben sangrando los ojos. Y es que si algo tiene la portátil de Sony es potencia suficiente como para que las demostraciones públicas no le saquen los colores a los creadores de los juegos ni a la audiencia - como sí que ocurre con muchos juegos para 3DS. Assassin's Creed: Liberation, el capítulo de la saga exclusivo diseñado exclusivamente para Vita, es uno de los mejores ejemplos de esto último.
Sus creadores, Ubisoft Sofia, un estudio distinto del que se está encargando de Assassin's Creed III en Montreal, nos muestran el juego en una pantalla de unas 40'' y la verdad es que aguanta bastante bien el tipo. No cabe duda de que el principal objetivo a la hora de plantear este desarrollo ha sido trasladar con la mayor fidelidad posible la experiencia Assassin's Creed de las consolas de sobremesa a Vita - una visión que se nota en aspectos jugables y también en lo técnico, pero que sin embargo no comparto ni veo positiva.
"El problema de muchos juegos de Vita que hemos visto en esta Gamescom es que están planteados como adaptaciones los más fieles posibles a sus homólogos de sobremesa"
No negaré el mérito técnico que hay detrás de una adaptación tan fiel a un sistema inferior, pero creo que este camino no es el adecuado. Quizás sí para vender juegos - es innegable el atractivo que tiene para un fan de la saga y que quiere la misma experiencia pero en portátil - pero no para convertirse en título auténticamente emblemático dentro del catálogo de una consola, un juego pensado desde buen principio para una plataforma en específico. Es un error en el que ya cayó Uncharted: Golden Abyss y en el que también van a tropezar otros tantos juegos para Vita como Call of Duty: Black Ops Declassified.
A pesar de que a nivel gráfico es un título espectacular tiene también aspectos que se resienten. El primero de ellos es la tasa de frames, que a pesar de parecer correcta podría ir más fluida. A nivel estético, otro aspecto que no me gusta es el tono algo pastel y apagado que tiene como herencia de su hermano mayor, algo que se nota más cuando es trasladado a una pantalla pequeña. Finalmente, también en el apartado técnico me decepciona mucho el pobrísimo tratamiento del apartado sonoro. Los malos efectos de sonido, la deficiente sincronización de todos ellos, el uso poco inteligente y brusco de la música son pequeños aspectos que se notan muy verdes durante la presentación de la Gamescom - imagino y espero que lo arreglarán para cuando el juego llegue a las tiendas a finales de año.
"Nuestra protagonista podrá cambiar de atuendo y con ello cambiará su forma de actuar y cómo el mundo del juego reaccione ante su presencia"
Afortunadamente, sí que me gustan otras cosas de este Liberation. Para empezar el planteamiento de la entrega y el hecho de que se sitúe durante la misma época que Assassin's Creed III, pero con una nueva heroína y una ciudad distinta que explorar, la Nueva Orleans de entre 1765 y 1780 . Como siempre en la saga, es interesante ver cómo se aprovechan de ciertos elementos históricos para crear un contexto más rico. En este sentido, Martin Capel, el productor del juego, nos explica que la historia de Liberation se enmarca dentro del proceso de mestizaje que se originó con la llegada de los europeos al nuevo continente y subsecuentemente de los esclavos africanos que vinieron con ellos. Las mujeres negras, pobres y desprovistas de cualquier derecho, podían moverse por todos lados pero corrían el riesgo de ser asaltadas por los soldados blancos, que tenían acceso sexual ilimitado a ellas; una practica tristemente habitual en aquella época y que tuvo un especial impacto en las grandes ciudades sureñas de Estados Unidos, sobre todo en Nueva Orleans. Es en este contexto en el que ha crecido Aveline de Grandpré, la asesina de orígenes africano-franceses que controlaremos en esta entrega.
No obstante, la mejor idea de Liberation es todo el tema de las identidades y la vuelta de tuerca que suponen sobre el mantra ese de que en Assassin's Creed siempre puedes hacer una misma cosa de varias formas distintas. Por primera vez en la saga esta entrega nos permitirá que en cualquier momento que nuestra protagonista pueda entrar en una tienda de ropa para cambiar de atuendo y con ello cambiará su forma de actuar y la forma como el mundo del juego reaccione ante nuestra presencia.
Para ilustrarlo nos enseñan una misma misión tres veces y cómo dependiendo del atuendo que llevamos se resuelve de una u otra forma. Así, con el traje normal la navegación es 100% Assassin's Creed. Aveline se mueve de tejado en tejado sin ser detectada, acaba con sigilo con los guardas, salta desde las alturas para esconderse en un carro con paja, acaba con un soldado con sus cuchillas secretas, etc.
El tema de las armas es curioso porque a pesar de ser un juego contemporáneo con Assassin's Creed III, todo el armamento será algo distinto por el hecho de que Connor es un indio Moahawk y Aveline tiene sangre francesa y dispone de algunas armas que utilizarían los esclavos negros. Así, el hacha se sustituye por un machete y en lugar de arco y flecha lleva cerbatana con dardos venenosos. Tampoco hay que olvidar el uso que hará de mosquetes y pistolas de pedernal.
Cuando la protagonista va con el traje normal el desarrollo es muy parecido al de los Assassin's Creed de toda la vida. Lo más distinto en términos de control tiene lugar durante los combates, ya que Liberation utiliza la pantalla táctil y el touch-pad trasero de Vita para enlazar combos mediante pequeños toquecitos. Es una opción controvertida y que echará para atrás a muchos que solamente querían un juego que se controlase igual, así que esperamos que al menos haya la opción de desactivar estos controles especiales. Además, durante la demo que nos hacen da la sensación de que con este sistema los combates son extremadamente fáciles.
Si en lugar de ir con el traje normal decidimos vestirnos de aristócrata el juego cambia por completo. En esta identidad nuestra protagonista puede hacerse pasar por una mujer famosa y de recursos, algo que puede utilizar para la misión. Por ejemplo, puede sobornar a los guardias, hacer que la acompañen para acabar sigilosamente con ellos, etc. Es otro ritmo y tiene sus ventajas, pero también sus desventajas, como no poder saltar o esprintar.
Por otro lado, el traje de esclava le sirve a Aveline para pasar desapercibida entre la multitud, pero además le permite que otros esclavos se unan a su causa. Es bastante curioso como cuando se acerca un guardia podemos disimular barriendo el suelo, o si queremos pasar por una zona protegida podemos hacer ver que estamos transportando una caja a un sitio sin levantar sospechas.
El tema de la identidades hace que el mundo del juego reaccione de maneras distintas y dota a Assassin's Creed III: Liberation de una nueva dimensión muy interesante en términos jugables. Al mismo tiempo, esta característica es la demostración más clara de que las nuevas ideas pensadas para un nuevo formato son las que mejor funcionan. El problema de muchos juegos de Vita que hemos visto en esta Gamescom es que están planteados como adaptaciones los más fieles posibles a sus homólogos de sobremesa. Es cuando van más allá de esta obsesión que pueden acabar siendo buenos juegos, y Liberation nos ha dejado con buenas impresiones a pesar de que en algunos aspectos, como todo lo relativos a la presentación, tiene peligrosa tendencia a querer hacer los mismo que sus hermanos mayores en lugar presentar una experiencia pensada al 100% para una consola portátil.