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Avance de Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon

Pimpollo.

Después de tanto tiempo esperando al lanzamiento de Bayonetta 3, el anuncio tan temprano de la vuelta al ruedo de la icónica protagonista de PlatinumGames nos pilló a muchos por sorpresa, aunque fuese a través de una precuela que, spin-off y cambio de género mediante, se alejaba un poco del estilo al que el estudio nos tenía acostumbrados para plantear una aventura muy diferente. Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon nos presenta a una jovencísima Bruja de Umbra que todavía está aprendiendo a utilizar sus poderes bajo la tutela de su estricta mentora y que, en medio de su entrenamiento, decide probar su valía adentrándose en un bosque mágico. En un principio, ella no cree que sea tan peligroso, pero pronto descubre que está habitado por unas malvadas hadas que estarán dispuestas a hacerle la vida imposible para impedir que salga de allí.

Afortunadamente, la pequeña Cereza contará con la ayuda de Cheshire, un demonio con forma de gato que esta es capaz de invocar a través de su pequeño y preciado peluche. Juntos, avanzarán y desentrañarán los distintos niveles con los que nos iremos topando; Cheshire asistirá a Cereza en combate, y Cereza ayudará a Cheshire a resolver rompecabezas e ir avanzando por las plataformas y fases.

Lo primero que nos llama la atención del juego, claro, es su apartado estético. Niveles muy coloridos, muy llamativos, con textura como de acuarela, se entremezclan con animaciones suaves y luces y sombras tenues, de ensueño. En un principio nos costará un poquito encontrar los límites entre los objetos interactuables y los que simplemente forman parte del decorado, y no ayuda particularmente que no tenemos un botón dedicado para escalar o para saltar, sino que los personajes se agarran a bordillos o efectúan los movimientos automáticamente. No obstante, conforme avancemos, iremos identificando de manera mucho más sencilla los puntos de interés. El segmento del juego que hemos podido probar ha sido bastante extenso - cinco capítulos, alrededor de un 25% del juego, según el contador interno - y, a pesar de que los dos primeros tramos del juego eran puramente introductorios, alrededor del tercer capítulo ya nos sentíamos capaces de movernos con fluidez por su mundo. Más allá del posible choque estético inicial, lo cierto es que lo que hemos podido jugar de Cereza and the Lost Demon nos ha dejado muchos momentos visualmente memorables.

Mecánicamente también hay bastantes peculiaridades. Lejos del estilo de juego frenético al que nos tiene acostumbrados PlatinumGames, el gameplay de este nuevo Bayonetta se caracteriza por un ritmo relajado y, sobre todo, accesible. En casi todo momento controlaremos a Cereza con el Joy-Con izquierdo y a Cheshire con el Joy-Con derecho, y cada uno de ellos tendrá dinámicas diferentes y funciones distintas con las que aproximarnos a cada situación.

Cereza tiene la posibilidad, claro, de utilizar distintas magias para interactuar con el entorno. Pero, a diferencia de en los juegos de la saga Bayonetta, no puede combatir. Pulsando el botón ZL, podremos realizar distintas magias que nos harán realizar, por ejemplo, un pequeño “tiempo bruja” que nos hará interactuar con las plantas. Al hacerlo, se nos desplegará un pequeño minijuego de ritmo que nos permitirá hacerlas crecer, por ejemplo, en forma de puente que nos dejará alcanzar zonas previamente bloqueadas. Cuando aparezcan enemigos, por otro lado, Cereza podrá lanzar unas zarzas que les inmovilizará temporalmente, impidiendo que lleguen hasta nosotros. Esto creará la apertura perfecta para que Cheshire, por su parte, les golpee. La mayor potencia de los zarpazos de Cheshire hará que sea perfecto para, además, romper obstáculos en nuestro camino. Eso sí, el gato-demonio es más pesado, y sensible al romero y a otros dispositivos antidemonios. En muchas ocasiones, parte de la gracia de superar las fases tendrá que ver con ingeniárnoslas para que Cheshire pueda acceder a zonas que le son inaccesibles, pero a las que Cereza puede llegar sin problemas, y viceversa.

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En un principio estas situaciones son bastante sencillas y evidentes, pero se van haciendo más interesantes conforme los mundos se hacen más complejos y los caminos se bifurcan. Sobre todo, su universo se vuelve más interesante de explorar conforme nos sentimos más cómodos con las mecánicas que se plantean y el juego se va soltando y dejándonos experimentar con ellas. A pesar de que Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon se plantea como un juego para fans de la saga Bayonetta y está plagado de pequeñas referencias y guiños a mecánicas y personajes que ya conocemos, creo que en el estudio son plenamente conscientes de que su estética llamativa y sus dinámicas amables pueden llamar la atención de muchos usuarios que no la hayan probado nunca antes, o de jugadores a los que les llame la atención la estética del juego pero no sean tan fans de las dinámicas del hack and slash. Es por eso que este título pone mucho hincapié en las opciones de accesibilidad - podemos simplificar casi todos los inputs que tienen que ver con la habilidad, por ejemplo - y nos reitera constantemente los tutoriales. A los jugadores más avezados, claro, esto puede resultarnos un poco pesado a la larga, pero es un pequeño precio a pagar para que el juego sea disfrutable para todo el mundo. La parte positiva, eso sí, es que la exploración es bastante satisfactoria. En todo momento sentimos que tenemos tiempo y espacio para probar rutas alternativas o pasar unos minutos intentando coger ese cofre o probar si podemos subirnos a esa plataforma: no hay riesgo de atascarse irremediablemente o de perder demasiado progreso, y la recompensa suele merecer la pena.

El aspecto más flojo del conjunto, al menos en lo que hemos probado de momento, es el combate. La idea de manejar a cada personaje con uno de los mandos es bastante llamativa, pero se traslada notablemente peor a las secuencias de acción, en las que se hace dificultoso mover a ambos personajes a la vez cuando hay varios enemigos en pantalla. Teniendo en cuenta que el peso del daño recae sobre Cheshire, es difícil no caer en la dinámica de intentar simplemente aislar a Cereza mientras mantenemos al demonio en un lugar central en la pantalla e intentamos que la atención de los enemigos recaiga, sobre todo, en él. Es posible que, conforme desbloqueemos más habilidades y movimientos, la situación mejore a largo plazo; pero, al menos en el tramo inicial, parece ser el aspecto menos fino de todo el título. Aun así, y a pesar de que queda claro que el título no aspira a ser un juego de grandísimo calibre, la propuesta de Bayonetta Origins: Cereza and the Lost Demon es mucho más llamativa de la que parecía a priori, y puede llamar la atención tanto de los fans como de quienes nunca se hayan acercado, todavía, a las aventuras de nuestra bruja favorita.

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