Avance de FIFA 15
Haciendo más grande el rascacielos.
Hace unas semanas, pudimos jugar a una demo de FIFA 15 que estaba al 75%. Es bastante más que lo que probamos antes del E3, y ofrecía pruebas más palpables del progreso de esta nueva entrega: Sebastián Enrique, que de nuevo se encargó de presentarnos las novedades, esta vez tenía material más jugoso que ofrecernos, algo importante si pensamos en la preocupación con la que recibimos el discurso del primer contacto, centrado en detalles más o menos pequeños.
Los porteros, por ejemplo. "Si hay algún movimiento que falla" en cualquier jugador, nos explicaba Enrique, "te das cuenta de ello, pero si falla el portero es gol": por eso el énfasis que han puesto durante los últimos dos años para mejorarlos. Son más conscientes, tienen tiempos de reacción más cortos y tratan de adaptarse a la trayectoria variable del balón de manera más parecida a la vida real; se han aumentado los tramos de decisión, los puntos en los que el portero puede intentar cambiar su movimiento para parar el balón, y, claro se han ampliado las animaciones para que esta mayor variedad de reacciones tenga sus correspondientes movimientos. Un ejemplo: pueden intentar parar el balón cerrando las piernas cuando ven que va a entrar entre ellas, un movimiento muy natural y que no estaba en FIFA hasta ahora.
Todo esto ya no es césped más realista, o gente en las gradas que se mueve mejor: es una parte importantísima del juego que cambia de manera considerable. No pudimos comprobar hasta dónde llegaba la mejora, porque en la build que teníamos no estaban implementados del todo, pero cambiar los porteros es una mejor prueba del compromiso de EA Sports por llevar el juego hacia delante. En una entrevista que realizamos durante el evento, Sebastián Enrique iba más allá y nos comentaba que "el día que sienta que no puedo seguir llevando las cosas más allá, que no puedo mejorar FIFA, me voy, dejo de trabajar en esto. Por suerte, trabajo en lo que amo y la visión del equipo es, año tras año, acelerar a fondo y mejorar, mejorar e innovar. Tenemos una visión no a quince años vista, pero sí del camino que queremos seguir, y eso nos ayuda a saber qué objetivos tenemos".
Una novedad menos vistosa pero que se nota bastante más de lo que esperábamos es la microsimulación del contacto del pie con el balón: una serie de físicas mínimas que influyen en cómo los jugadores controlan el balón durante la carrera, y que hacen que el movimiento se note más natural, menos perfecto y más parecido a la realidad. También se ha aumentado el número de animaciones para otra serie de movimientos, aplicados a distintos momentos de la partida: hay tirones de camiseta para cuando los jugadores se enfrentan, hay segadas con las que podemos recuperar el balón en lugar de simplemente quitárselo de los pies al rival y lanzarlo lejos.
"Para nosotros, la mayor competencia de FIFA 15 es FIFA 14. Queremos hacer un juego que sea superior en todos los aspectos"
Sebastian Enrique
Son el tipo de adiciones más difíciles de explicar pero que acaban haciendo que las echemos en falta si decidimos volver a las entregas anteriores de la serie, porque con las animaciones llegan nuevos tipos de jugada y nuevas posibilidades estratégicas, claro. También nuevas formas en que la inteligencia artificial se comporta: aquí, las opciones de gestión de las alineaciones han aumentado para cambiar las instrucciones que queremos dar a los jugadores, y que hacen que sus reacciones sean distintas en diferentes escenarios posibles.
Las mejoras en la inteligencia artificial son quizá lo más importante en un FIFA, en el que la mayor parte del tiempo jugamos rodeados de personajes que dependen de la máquina para funcionar en condiciones. De nuevo, no pudimos jugar lo suficiente durante la presentación como para comprobar en vivo qué tal funcionaba todo esto al detalle, pero sí estaba bastante claro en las demos, con situaciones muy concretas, que nos enseñó Sebastián Enrique. Es un paso más allá hacia la simulación total, y uno que no es fácil: la cantidad de variables que existen es abrumadora, incluso para que un jugador las pueda conocer y controlar todas, y la forma en que entran las novedades y cambios es tan moderada (ni conservadora, ni tacaña: moderada, procurando no dejar flecos) que acaban resultando naturales en muy poco tiempo.
La versión para PC del juego será exactamente la misma que las de PlayStation 4 y Xbox One, algo que tiene sentido y que coincide con el salto visual, más visible pero aun así calmado. Se nota, esta vez sí, una mejora en efectos y texturas; la climatología es mucho mejor y afecta al césped de manera mucho más visible. Las novedades en lo audiovisual, más que por el músculo, gustan por el detallismo: por cómo la nieve interactúa con el campo, por todo el material oficial de la Premier League que se usa en marcadores y carteles (y más allá: están escaneados los 20 estadios oficiales, de los que hasta ahora solo había ocho), por el sistema de determinación de gol similar al del Mundial. También por cómo ha cambiado en general la presentación: los menús son considerablemente distintos, y se han modificado desde el menú de cambios hasta las pantallas de Football Club, que ahora son contextuales y cuya información es distinta en función de lo que estemos haciendo cuando lo llamemos.
No son los únicos cambios que vimos. Hay un buen puñado de cambios más pequeños, de organización y presentación de la información, que buscan mejorar la fluidez con que se desarrollan las partidas. El avance en FIFA 14 parece más escueto comparado con esta nueva entrega, que sí parece sentir la necesidad más inmediata de ofrecer cosas nuevas y cambios que afecten a la experiencia global. Cambios tan visibles y tan tontos, en apariencia, como los que se han aplicado en los menús son definitivos: a partir de septiembre, FIFA 14 ya será visiblemente viejo incluso cuando estemos haciendo cambios en el equipo, desde el menú. "Para nosotros, la mayor competencia de FIFA 15 es FIFA 14", decía Sebastián en la entrevista. "Queremos hacer un juego que sea superior en todos los aspectos". Es normal que se tomen a ellos mismos como competencia; a estas alturas, FIFA ya no está intentando llegar a su techo: está haciendo más grande el rascacielos.