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Avance de NFS: The Run

Viajamos a Londres y probamos el modo campaña, el multijugador, los desafíos... y entrevistamos a Irina Shayk.

El otro día viajamos a Londres para probar el multijugador de Need for Speed: The Run… y para entrevistar a la impresionante Irina Shayk -la novia de Cristiano Ronaldo para los amigos- que sale en el juego e interpreta el papel de una millonaria rusa que compite por los 25 millones de dólares que te dan si ganas "The Run".

El multijugador

La experiencia multijugador es totalmente arcade, igual que el juego, y todo está pensado para que puedas estar corriendo en un par de pasos. No busquéis aquí nada relacionado con la simulación y la personalización extrema porque no lo encontraréis; en cambio los que queráis pillar el mando y darle caña a carreras frenéticas y espectaculares estaréis en vuestra salsa.

Nos gusta, de hecho, que todo esté orientado a que la experiencia sea rápida y dinámica. El juego te ahorra varios pasos y no hace falta configurar la sala y las carreras en las que competirás. Hay varios packs de carreras de distinta temática (ellos los llaman "playlists", o "listas de reproducción") y cada uno de ellos tiene de tres a seis tramos. Por ejemplo puedes elegir un pack de carreras de autopista, de campo, urbanas, de determinados tramos de una misma zona geográfica... cuando completes uno te darán una serie de puntos, pasarás un breve rato en una sala de espera y a por la siguiente. El que acabe con más puntos gana.

Empiezas con el coche ya en marcha, y no hay ningún circuito cerrado: todo son tramos con un principio y un final, no repites escenario. Compites contra hasta ocho personas, y para igualar un poco más la experiencia han decidido que cada "pack" tenga sus propios bugas asociados. Así, en algunos solo podrás elegir vehículos "exóticos", o muscle cars, etc, dependiendo de lo que sea más adecuado.

No hay demasiadas diferencias entre ellos más que algún ajuste de control. La conducción es tremendamente arcade. Sí que es verdad que unos derrapan más que otros, que la velocidad punta varía o tienen una aceleración distinta; lo justo para darle un toque de personalidad, pero no suficiente como para que tengas que aprender las peculiaridades de cada uno de ellos para llegar a dominarlos. Eso permite, más o menos, que cada cual pueda elegir el que coche que más le guste sin desigualar la carrera. Hay bastantes decisiones, de hecho, que intentan favorecer esa integración entre jugadores de varios niveles. Los que estén en la cola tendrán más nitro, por ejemplo, y eso provoca que no se queden demasiado rezagados y que siempre haya posibilidades de volver a competir por el liderazgo. A veces se pasan un poco, como cuando entras en una carrera en marcha, y sales con 30 segundos de desventaja y tienes que hacer casi de Vin Diesel y darle un turbo extremo, no chocar e intentar pillar a los demás.

No es solo el hecho de que no haya circuitos cerrados lo que le da dinamismo a esta modalidad. Nos encontraremos, constantemente, con tráfico y con atajos. Lo primero es una arma de doble filo: por un lado puedes intentar aprovecharlo a tu favor y estampar a los rivales contra camiones o gente que vaya en contra dirección -tendrá que hacer un respawn y perderá varios segundos-, pero también debes que ir con mucho cuidado porque constantemente verás coches atravesados en la carretera y si no reacciones en una décima de segundo serás tú el que estará soltando maldiciones.

Todo esto está arropado por un sistema de personalización del que todavía no sabemos demasiado; hay varios coches que tienen distintos modelos y colores, pero falta por ver qué aporta la experiencia y el ir subiendo de nivel. Porque sí, evidentemente, el Autolog es algo que está más presente que nunca. Cada victoria y cada maniobra exitosa van sumando puntos a tu contador, y esta progresión se transformará en premios.

Los premios más interesantes y estimulantes, sin embargo, son los que conseguirás con la curiosa ruleta que hay antes de cada partida. Nos gustan estas cosas. Este sorteo define qué premio se lleva el o los ganadores, y va desde nuevos coches hasta puntos de experiencia.

La entrevista a Irina y el modo campaña

Luego vino la oh, entrevista a Irina Shayk. La guapa modelo tiene un papel en el juego. Ella misma nos comentaba el papel que interpreta: "es un personaje que se llama Mila Belova, es rusa pero vive en Nueva York y creció en una familia muy rica. Su padre tiene un garaje enorme lleno de coches. Todos deportivos. Un día ella va ahí y se enamora de los coches, y decide hacer una carrera de San Francisco a Nueva York para ganar los 25 millones y ayudar a su amiga, que también compite, para donar el dinero a una fundación contra el cáncer porque su madre murió de esta enfermedad. Así que básicamente creo que es muy interesante que un videojuego se haga eco de este mensaje, que es muy importante. Ganar el dinero y darlo a una buena causa. Corremos por una buena causa, básicamente".

Efectivamente, y como sabréis -no nos extendermos demasiado en esto- el modo para un jugador nos pone en la piel de Jack, un tipo con problemas con la mafia, que se embarca en una carrera de San Francisco a Nueva York para ganar un premio de 25 millones de dólares. Tendrá 225 corredores que batir.

La estructura es muy similar durante todo el juego; eso es, por lo menos, las conclusiones que hemos podido sacar de las casi dos horas que jugamos -dicen que la campaña dura de seis a ocho-. En algunas ocasiones hay que adelantar a un número determinado de coches, y en otras tienes que "dominarlos". Esto último quiere decir que tienes un tiempo determinado para adelantar a cada uno de ellos. La fórmula no varía mucho más que esto; ¿es algo bueno o algo malo? Eso ya cada uno que juzgue, pero a nosotros nos ha gustado. Últimamente, en los juegos de coches arcade, hemos visto miles de modos. Y a veces tanta variedad puede llegar a agobiar, porque hay unos que te gustan y otros que no. NFS: The Run tiene claro que eso de adelantar mola y que los tramos por los que vas a ir son suficientemente atractivos, y no tiene la más mínima intención de desviarse de ese camino. Quizás el toque diferencial sean las breves escenas cinemáticas interactivas -hay poquísimas- en las que bajamos del coche y tenemos que pasar unos cuantos quick time events. Tras algunas de ellas nos dan la posibilidad de cambiar de vehículo, pero esto también lo podemos hacer entrando en gasolineras y eligiendo nuestro favorito.

El motor gráfico es el mismo que el de Battlefield 3, pero no es ni de lejos tan espectacular. Sí que hay cierta flexibilidad con las físicas, pero posiblemente se quede corto en comparación con las expectativas generadas. Puedes romper algunas verjas o pasar por tramos bastante guionizados en los que hay aludes de nieve o tormentas extremas, pero en general tienes que seguir la carretera o te reiniciarán al último punto de control. Tampoco nos convenció que se perdiesen algunos de los logros conseguidos en los últimos Need for Speed, como la cámara interior y los efectos de desenfoque para crear mayor sensación de velocidad o aumentar el impacto de las colisiones.

Desafíos y conclusiones

Finalmente también le dimos un tiento al modo Desafío. En esta opción hay varios retos, y bastante complicados, que nos llevan a situaciones muy dispares. Puedes correr en rallies, en la nieve contra otros coches, contra el reloj... y hasta hay pequeños homenajes a otros juegos de la saga Need for Speed. Además de competir contra tus amigos vía Autolog ésta es la modalidad más hardcore; los expertos tendrán aquí la oportunidad de pelear por medallas de platino y sacarse sus logrillos. Como todo en el juego, estos retos son "action packed", que dirían los ingleses, o "lleno de acción".

Queda poco para que Need for Speed: The Run llegue a las tiendas. Es un NFS distinto, original y que va dirigido a los que quieran acción sin contemplaciones. Han aplicado algo así como un "diseño por sustracción": quita todas las mecánicas que no funcionen y céntrate en las divertidas. Es un juego que va de acelerar y de correr, y eso es lo que da. Cada día que pasa nos gusta más.

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