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Avance de Sonic: Lost World

Probamos las versiones 3DS y Wii U.

No es del todo fácil concretar qué fue mal (aunque tampoco es muy difícil intuirlo), pero Sonic lleva ya bastante tiempo en no tan buena forma dentro del género que le hizo célebre. La comparación es evidente: mientras que Mario se ha acostumbrado perfectamente a dar saltos en tres dimensiones, Sonic no ha sabido desenvolverse tan bien. Le ha ido mejor en otros terrenos (su último juego de carreras es mejor que los últimos Mario Kart), pero no en las plataformas. Sonic Lost World intenta devolver al erizo a sus buenos tiempos, metiendo en el mismo saco varias de sus últimas buenas ideas, algunos niveles en 2D y un poquito de inspiración de terceras partes.

Y con terceras partes me refiero a Super Mario Galaxy, que es quizá la referencia que más pronto le llega a uno a la cabeza cuando ve Lost World. No cuando se juega; aunque es inevitable atar cabos difíciles de desatar, este Sonic sigue sintiéndose Sonic, y de una manera mucho más parecida a lo que más de uno considera (consideramos) que tiene que ser: la velocidad es un punto clave del juego, pero ni en Wii U ni en 3DS (las consolas en las que sale) se olvida Sega de la exploración y el plataformeo. Y no son planetas, claro, sino niveles alargados, más parecidos a tubos.

Es interesante hablar de versiones porque, aunque comparten nombre, historia y ambientación, el Sonic Lost World de Wii U no es exactamente el mismo que el de 3DS, y no sólo por las limitaciones evidentes de la consola portátil en relación con la de sobremesa. La diferencia es algo más profunda: ni siquiera intentan hacer lo mismo, y, así, en 3DS tenemos un juego que hace un poco más de énfasis en la optimización de las partidas, en terminar los niveles en el menor tiempo posible, con el mayor número de anillos y rescatando a cuantos animales podamos; en Wii U, por su parte, los niveles están más dilatados, apuestan más por el diseño complejo y las múltiples rutas, por la búsqueda más compleja de anillos rojos (cinco por nivel, otro coleccionable muy Mario) y la rejugabilidad enfocada a la exploración más profunda de los niveles que ya nos hemos pasado, y no tanto a terminarlos rápido.

"En 3DS tenemos un juego que hace un poco más de énfasis en la optimización de las partidas, en terminar los niveles en el menor tiempo posible, con el mayor número de anillos y rescatando a cuantos animales podamos."

En 3DS, por ejemplo, los niveles no son completamente tubulares; no podemos girar 360º alrededor de ellos, sino que nos tenemos que limitar a una zona delimitada, más o menos pasillera, que se presta más a la carrera, a la velocidad. Exclusivo de esta versión es la puntuación por letras, de F a A (que yo viera; quizá exista una S, para los que lo hagan perfecto), y también ciertas licencias en el control que facilitan la tarea cuando jugamos en una pantalla más pequeña; por ejemplo, la retícula que autodirige nuestros saltos y ataques se fija aquí no sólo en enemigos y ciertos bumpers, como ocurre en Wii U, sino también en las cápsulas que guardan objetos o wisps. Es una versión más directa, más ágil, que no busca complicarse tanto la vida (el mapa, por ejemplo, nos marca los caminos sin demasiada oportunidad para las variaciones o los desvíos, al contrario que el de Wii U, muy abierto y lleno de objetivos secundarios), aunque mantiene las señas de identidad de la versión grande: niveles largos, complejos, saltos entre las 3D y la vista lateral...

El Lost World de Wii U es mucho más denso, mucho más explorable y con, parece, mucho más contenido. Los niveles aquí sí son, excepto cuando la situación lo requiere, totalmente tubulares; su extensión y complejidad es mayor, las rutas se ramifican constantemente incluso cuando no nos damos cuenta, ir rápido no tiene tanta recompensa como ser minucioso a la hora de visitar todos los recovecos de las pantallas. Cuando la perspectiva es lateral, la cosa recuerda a los mejores momentos de Sonic CD, con mapas llenos de secretos que saben sorprender incluso cuando no es la primera vez que los hemos visitado.

"El Lost World de Wii U es mucho más denso, mucho más explorable y con, parece, mucho más contenido."

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Habiendo jugados los primeros mundos de cada una de las versiones, me resulta todavía complicado saber si Sonic Lost World va a acabar saliendo bien. Por un lado, vi demasiadas distracciones; demasiadas tareas que nos alejan, aunque no por mucho tiempo, por suerte, de los niveles principales; sistemas demasiado complejos de creación de objetos, de inventario, de navegación del mapa. No voy a ponerme de morros porque el juego quiera ser ambicioso e intentar ofrecer al jugador más tareas divertidas aparte del plataformeo y la carrera, pero cuanto más intenta recordarnos a los Sonic clásicos más chirría todo lo que resulta imposible pensar en esos juegos de hace dos décadas, y aquí hay mucho. Me sobra un poco la historia, aunque los vídeos (en Wii U; en 3DS la compresión es desastrosa) sean puro caramelo para los fans de Sonic; hay más de la cuenta, en todo caso, y, de nuevo, distraen de lo realmente importante.

Lo que sí creo que puedo decir es que Sonic Lost World es el primer plataformas del erizo en años que es legítimo esperar con ganas, con ganas de verdad, con ganas de esperar algo que nos vaya a gustar sin peros amortiguados por la nostalgia. El 18 de octubre saldremos de dudas.

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