Avance de The Division
El Destiny de Ubisoft.
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Teníamos muchas esperanzas de poder probar The Division en esta Gamescom pero Ubisoft sigue guardándoselo y solo nos ha permitido asistir a una presentación a puerta cerrada en la que han jugado a la demo que ya vimos en el E3 pero, en esta ocasión, de noche y con una escena más. En esta escena íbamos con un compañero al lado -recordad que es cooperativo- y con otro que jugaba desde su tableta marcando enemigos y ayudando a localizar peligros.
El objetivo de ese fragmento inédito era liberar un pequeño supermercado por el que rondaban unos enemigos armados con lanzallamas y que son más poderosos de lo habitual: si nos enfrentamos a ellos frontalmente tenemos todas las papeletas para acabar siendo su cena, así que han apostado por tácticas de distracción. "The Division es un juego de rol", nos han comentado desde Ubisoft, "pero no queremos que el usuario lo perciba así". El menú de habilidades es, de hecho, muchísimo más intuitivo que el del RPG medio y se representa mediante unos hologramas que salen del reloj de tu personaje. Algunas habilidades tienen que ver con tu salud, otras modifican armas, otras permiten personalizar granadas... y cada una de ellas tiene, a su vez, varios niveles extra de personalización. La habilidad de las granadas, que es la que han utilizado, permitía equipar explosivos y cegadoras, y además tenían la característica especial de que salen rodando y buscan automáticamente a un objetivo para estallarle cerca.
Así es como se han enfrentado a estos titanes con lanzallamas: primero los han cegado y luego han ido a por ellos con la escopeta. No han durado mucho, y a pesar de que un enemigo ha salido de la nada y ha complicado un poco la vida del que jugaba el que iba con la companion app lo ha despistado y han acabado con él. Cuando disparan a los enemigos salen esos puntos de vida encima de la cabeza de cada uno que le aportan ese toque un poco a lo Destiny; de hecho hemos salido de ahí un poco con la sensación de que The División vendría a ser algo así como el Destiny de Ubisoft. Los dos juegos tienen muchísimo más en común de lo que pueda parecer a primera vista -sistema de combate y de armas, misiones cooperativas...- y falta por ver si el título de Ubisoft logrará ser tan extenso y duradero como promete el de Activision.
Tras liberar el supermercado han abierto el mapa y se podía ver un punto verde a su alrededor: había bajado el "nivel de peligro" y lo habíamos convertido en una "zona recuperada". Aquí se intuyen esas mecánicas tan de Ubisoft, tan de Assassin's Creed y Far Cry, de ir liberando partes del mapa y conseguir, poco a poco, el control de ciertos barrios y así establecer bases y pisos francos a los que viajar rápidamente. En otras zonas, en cambio, había limitaciones que nos hacían intuir que el mapa no estará abierto al completo desde un principio, ya que necesitábamos objetos concretos para poder entrar en ellas; hemos visto que al querer pasar por cierta calle nos indicaban que el nivel de contaminación era demasiado alto y que si no teníamos una máscara de gas de un nivel concreto moriríamos intoxicados.
El gran reto de The Division está precisamente en vencer esos vicios en los que tan a menudo caen los juegos de Ubisoft. Necesita de una historia interesante, y tiene los ingredientes para que así sea, pero también de una progresión de personaje muy medida, de una personalización que pueda compararse a la de Destiny y de un arsenal y unos objetivos que justifiquen echarle horas e implicar a amigos para que formen una escuadra con nosotros.
Los gráficos de la versión de Xbox One, que es la que nos han enseñado, son tranquilizadores: no hay un downgrade tan evidente como el de Watch Dogs. De hecho es sorprendente el nivel de detalle y de interacción con el escenario. En cada esquina vemos elementos dispuestos de tal forma que cuentan pequeñas historias; tiendas de campaña abandonadas, mantas y suministros, botes de pintura que saltan con cada bala, barricadas... en ciertos escenarios, de hecho, aparecen una especie de flashbacks que reconstruyen una escena impactante a partir de teléfonos abandonados y cámaras y que enseñan la desesperación de una población que no ha podido escapar de este virus que lo ha inundado todo.
The Division es quizás el proyecto más ambicioso de Ubisoft, y tenemos muchas ganas por ver cómo adaptan su habitual fórmula para un jugador a mecánicas cooperativas y persistentes. El año que viene, con un poco de suerte, podremos jugarlo.