Avance de The Order 1886 en el E3 2014: Una lección en dirección de arte
El exclusivo de PS4 nos sorprende con su espectacular tratamiento visual.
La dirección artística de The Order 1886 es de lo que más me ha sorprendido de lo que llevamos de E3; tras la cinemática inicial he estado parado durante unos diez segundos esperando a que mi personaje se moviese hasta que me he dado cuenta de que ya podía moverme.
Lo que marca la diferencia es la implementación de filtros para que el juego adquiera una personalidad y una estética muy concreta. Me he acordado de inmediato de los Killzone o hasta de los Need for Speed: Shift; son juegos que sacrifican nitidez y la cambian por atmósfera, y lo hacen bien. Es como cuando ves el making-of de una película y te enseñan las escenas sin tratar, que parecen casi de una película casera, y luego lo comparas con el resultado final tras el etalonaje y parece algo totalmente distinto. The Order 1886 nos ha hecho preguntarnos por qué no se aplica más este tratamiento en nuestra industria, porque en cuanto a dirección artística juega en otra división.
La historia nos lleva a una Londres victoriana en un pasado alternativo y en la que como miembros de una Orden antiquísima tenemos que proteger a la humanidad tanto de una raza de bestias como de, de rebote, de un levantamiento popular. En la breve demo de apenas 10 minutos que hemos jugado, que es de un nivel del comienzo, nos introducen las mecánicas más básicas y alguna de las armas que llevaremos; la ambientación de la que hablábamos no solo se ve apoyada por los gráficos sino que también la arropa la acción. El arma principal de la misión era un rifle de termita que con un botón disparaba esta sustancia y con el otro una bengala que lo prendía y provocaba un efecto parecido al del napalm. Podías lanzar primero uno y luego lo otro, o al revés, que los enemigos de alrededor se incendiaban y caían como moscas. Por lo poco que hemos visto todavía no podemos saber si la campaña tendrá suficientes armas del estilo, que se aparten de lo que hemos visto en otros juegos, y que ayudaría a que el título de Ready at Dawn tuviese una personalidad todavía más acentuada. Lo que sí que parece una constante en el arsenal es ese aire steampunk, rudimentario, de metal que cruje, como el de la pistola que también podíamos disparar en nuestra partida.
Esa variedad armamentística, junto con la espectacularidad visual, sería un punto diferencial importante que le sentaría bien, realmente, porque las mecánicas de shooter en tercera persona parecen más bien clásicas. Podemos pasar de cobertura en cobertura y eventualmente ralentizar el tiempo, pero todavía no nos ha demostrado -y tiene tiempo para hacerlo, que sale en febrero de 2015 y hemos visto poquísimo- si podrá evolucionar una fórmula que otros juegos se han encargado de quemar durante los últimos años.
La clave para que The Order 1886 se convierta en un exclusivo de peso y con continuidad estará precisamente ahí, en que sepa apartarse del clásico juego de género del que decimos, a los cinco minutos de verlo, "ya sabemos de qué va esto". Si consigue sorprendernos en lo jugable lo mismo que lo ha hecho en lo visual -es realmente impresionante en directo- no lo borraré de mi lista de los más esperados del año que viene.