Avance de World of Warcraft: Mists of Pandaria
¿Cómo se renueva un juego con siete años?
Accesible a aquellos jugadores que hayan contratado un pase anual para el juego, quizás no es la más apetecible de las recompensas - es difícil rivalizar con regalar Diablo 3 - pero acceder a la beta de la nueva expansión del venerable rey de los MMO es interesante desde el punto de vista del desarrollo de videojuegos. ¿Cómo se renueva un juego con siete años a la zaga?
Las novedades que llaman más la atención de esta nueva expansión Mists of Pandaria son la nueva raza, los pandaren, y la nueva clase, el monje. Y, ¿cómo no? los reinos de prueba están plagadas de auténticas legiones de monjes pandaren.
De la nueva raza cabe destacar, sobre todo, su aspecto. Comparado con las razas más ancianas de Azeroth, el salto cualitativo es impresionante, y deja a éstos como una mofa de lo que podrían ser con gráficos de hoy en día. Los hombres pandaren son rechonchos y grandes, mientras que las mujeres son más pequeñas pero no esqueléticas - algo de lo que se quejaron muchos jugadores con la mujer huargen - y tienen una constitución más similar a las enanas. Como curiosidad, los colores de la piel de los pandaren combinan el blanco con, o bien negro, o bien rojizo, de forma que se puedan asemejar ya sea al panda gigante o al panda rojo (de hecho, las mujeres pandaren rojo tienen la cola de estos animales). La mayoría de emociones ya están implementadas y son muy expresivos con ellas, pero aún les faltan los sonidos.
Tal como podéis ver en el siguiente vídeo, igual mejora gráfica tienen los paisajes, tanto en la Isla Errante, una tortuga gigante que transporta en su concha el país donde transcurren los niveles iniciales de los pandaren, como en la misma isla de Pandaria. Estos paisajes tienen clara ambientación china, incluyendo bosques de bambú, planicies y alta montaña. Además, en estos escenarios también hay nuevos modelos de animales y otras criaturas, como garzas, puerco-espines o tigres.
Aunque lo más llamativo del pandaren no es tanto su aspecto ni su hogar como el poder pertenecer a cualquiera de las dos facciones del juego. Por ese motivo, los pandaren no tienen ningún contacto con el exterior y al terminar las misiones en la Isla Errante se muestra una pantalla con una explicación breve de la personalidad pretendida por cada facción con su respectivo botón de reclutamiento.
"Mists of Pandaria sigue la tendencia de hacer de World of Warcraft un juego más accesible a un público más amplio, pero sin hacer el cambio radical que busca su competencia"
La nueva clase monje tiene algunas novedades. Es una clase que puede hacer las tres funciones clásicas (tanque, daño cuerpo a cuerpo, y sanador) y equipa armadura de cuero. Usa dos recursos: energía como los pícaros y chi, que es parecido al poder sagrado de los paladines. Las rotaciones de daño combinan ataques que gastan del primero para proporcionar el segundo, que es el que se usa en los poderes más devastadores. No obstante, el sanador no usa energía y ésta es sustituida por maná. No tiene, por lo tanto, una mecánica que sea muy rompedora con lo ya visto, al menos si no hay cambios más radicales.
Lo que sí es muy diferente son las distintas animaciones que usan los ataques del monje, ya sea girar, dar patadas, o rodar. Vistas en el pandaren parecen bastante definitivos, pero con las otras razas no están aún implementadas. Eso podría dar vida al rumor que decía que las razas antiguas recibirán un remozado de apariencia, algo que, como ya he dejado entrever, les haría mucha justicia.
Dejando de lado las novedades más obvias de la expansión, de nuevo hay cambios en las mecánicas de todas las clases, pero no son, ni mucho menos, tan drásticos como los que hubo en Cataclysm. El principal de ellos es el nuevo sistema de talentos, que se limita a escoger una opción de entre tres cada 15 niveles (hasta llegar al 90, el nuevo tope). Las opciones que no se escojan a un nivel no pueden ser elegidas luego, y se basan en opciones que hacen funciones parecidas pero de modo distinto. De esta forma, no son opciones vitales para maximizar las estadísticas necesarias para cada función, sino que sirven para adaptarse a la forma de jugar de cada uno.
Los glifos también han cambiado y ahora vuelven a ser de dos tipos distintos en lugar de tres, y entre ellos se incluyen muchas opciones que antes eran talentos. De entre los glifos menores hay muchos que son cambios estéticos o con un impacto muy pequeño, como que los guerreros suelten llamas en ciertas ocasiones o que la forma del viaje del druida sea un venado que permite un pasajero.
Algunos otros rasgos añadidos son el nuevo despojo en área, ya visto en otros juegos como Star Wars: The Old Republic, o la recompensa de misiones inteligente, de forma que los objetos que se pueden obtener de ellas son filtrados según la competencia que tengamos en ellos. Los nuevos duelos de mascotas acaban de ser implementados, pero sólo están disponibles a nivel 90 y las restantes novedades anunciadas aún no asoman la cabeza, como los escenarios JcE, los modos de desafío y los nuevos campos de batalla, mazmorras y bandas.
La intención de Blizzard con esta expansión no parece ser abandonar la tendencia que empezó durante los últimos meses de Wrath of the Lich King y vista en Cataclysm de hacer de World of Warcraft un juego más accesible a un público más amplio, pero sin hacer el cambio radical que busca su competencia. No obstante, quizás aún sea demasiado pronto para empezar a sacar conclusiones sobre el valor del producto final.