Avance de Monster Hunter 4 Ultimate
Nuestras impresiones tras jugar a la demo.
Seguro que cualquier fan hardcore de la serie puede dar un buen puñado de motivos para tener ganas de Monster Hunter 4 Ultimate a pesar de que el ojo poco entrenado pueda no ver tantas diferencias con la tercera parte, o de que las noticias que nos lleguen por aquí sean todas sobre cuánto vende en Japón (con motivos: son muchos los millones que mueve) y sobre disfraces. Quizá Monster Hunter 4 Ultimate no necesite venderse para vender; quizá explicar de qué va en realidad es demasiado difícil. Eso no lo sabes hasta que lo pruebas.
La demo de esta versión Ultimate de Monster Hunter 4 (la que en Japón se llama 4G, una revisión actualizada del juego original) es hostil, y eso está bien. Monster Hunter no es un juego especialmente amable. Tienes que parar para afilar tu arma cuando su poder merma; tienes que parar para recoger materiales y cocinar; por muy emocionante que esté siendo una batalla, tienes que aprender a dejarlo todo y salir por patas para recuperar fuerzas, descansar y reponerte para volver a la carga, como harán también los monstruos. Ese plano fascinante del monstruo como ser vivo y que actúa de forma impredecible sigue ahí, y quizá mejor que nunca. La manera orgánica en la que nos enfrentamos a los monstruos, sin más asistencias que las estrictamente necesarias (una ayuda a la hora de encararlo cuando entramos en su área, y ya), se mantiene igual de vibrante.
En la demo, Monster Hunter 4 saber ser incluso más impactante. Mi momento favorito es la caza del Zamtrios Tigre, una mezcla chiflada de rana y tiburón felino que trota sobre cuatro patas en el desierto hasta que se le hincha la tripa, aumenta considerablemente de tamaño y se convierte en una mezcla de bola de demolición y bomba de relojería, igual de letal cuando se abalanza sobre nosotros con su titánico cuerpo como cuando decide explotar y lanzarnos un chorro de agua a presión. Es un combate vibrante y complejo, que nos exige esfuerzo, planificación, concentración y una ejecución precisa para no acabar muertos y enterrados, un resultado relativamente sencillo de conseguir; es un ejemplo de lo que hace grande a Monster Hunter, cuando consigues entrar en su dinámica: tiene toda la lentitud y el peso y la densidad de los buenos combates del juego, es todo lo arisco y sucio y a menudo imposiblemente complejo que un jugador experimentado busca y que echa para atrás a los nuevos, pero también sabe recompensar al tozudo y al sistemático y al disciplinado. No es un juego fácil, pero sus recompensas son grandes.
Menos fácil de alabar es su conexión con Monster Hunter 3, el otro juego de la serie que pudimos jugar en 3DS. Aunque las cifras nos digan lo contrario (hay casi veinte monstruos más que en Monster Hunter 3 Ultimate, y muchos de ese total son nuevos; hay nuevos tipos de armas y nuevas formas de afrontar los combates, claro), lo cierto es que son juegos con una superficie lo suficientemente parecida como para que alguien que no tenga un conocimiento demasiado profundo de la serie pueda arquear la ceja al ver este 4 Ultimate. Yo mismo la arqueé en el E3, cuando probé una demo algo menos avanzada; no es una secuela especialmente inmediata, aunque sí es cierto que en lo técnico el salto es considerable (algunos efectos de iluminación son formidables; el nivel de detalle de algunos escenarios, como las dunas del desierto en el que nos enfrentamos al Zamtrios Tigre, destaca en comparación con lo funcional de los mapas de la anterior parte) y que todas las piezas parecen un poco mejor engrasadas: Capcom no quiere revolucionar sino pulir, y quizá eso no ayude mucho para que los jugadores que todavía no se han atrevido a meterse en la serie vean el motivo para hacerlo.
"Capcom no quiere revolucionar sino pulir, y quizá eso no ayude mucho para que los jugadores que todavía no se han atrevido a meterse en la serie vean el motivo para hacerlo."
Con todo, y a falta de jugar en mayor profundidad, lo que tiene de familiar Monster Hunter 4 Ultimate parece tener que ver más con la tradición que con la vagancia: el parecido con Monster Hunter 3 en algunos elementos básicos da la sensación de tener que ver más con el establecimiento de unas costumbres que el hardcore conozca desde el principio, para que la chicha esté en explorar, conocer y enfrentarse a la nueva colección de bestias que se nos proponen. De este equilibrio entre conservar buenas ideas y saber fusionar las con las novedades depende que Monster Hunter 4 Ultimate acabe siendo un juego memorable o se quede en una entrada decente de una serie reseñable. Los millones ya los tienen, en todo caso.
Se espera que Monster Hunter 4 Ultimate salga a la venta para 3DS en Europa y Norteamérica a principios de 2015.