Avance E3 2012: El nuevo Tomb Raider impresiona
Una fórmula original, con toques de supervivencia, y la vuelta a la primera división de Lara Croft.
Tras un buen rato con el nuevo Tomb Raider lo mejor que podemos decir de él es que da la sensación de que se ha hecho pasión y ganas y que el equipo ha puesto todo lo que tenía para conseguir un gran juego: se nota, a pesar de no tener los recursos de un Uncharted, un gran mimo y una atención especial a esos detalles que acaban conquistándonos y que hace que se le perdonen algunos fallos. Te sientes correspondido.
Lara empieza buscando a unos cuantos supervivientes tras el naufragio de su barco. Está en una isla llena de peligros y preguntas esperando a ser resueltas; aunque no hemos podido investigarlo a fondo da toda la sensación de que los componentes de mundo abierto estarán presentes y fomentarán esa exploración que tanto necesita una arqueóloga aventurera. Cada vez que Kyle Peschel -el productor de Crystal Dinamics que guiaba la demostración- guiaba a Lara a un nuevo escenario veíamos un mensaje de "nuevo espacio descubierto". También se solía sentar en algunas fogatas repartidas por el mapa para invertir la experiencia ganada en nuevas habilidades y salvar el juego.
Otra cosa no, pero la aventura que nos presentan es movidita como pocas y, en ocasiones, hasta cruda. Al principio, para familiarizarnos con los controles, nos limitábamos a escalar muros y a saltar de cornisa en cornisa. Al cabo de poco hemos descubierto que todo tiene más profundidad de lo que parece, y ese saliente que parecía un objetivo seguro se acaba rompiendo y nos tira a un río por el que nos deslizamos, acabamos con barro hasta la cintura, nos arrastramos por corredores guiados por la luz de una antorcha... estamos, en definitiva, en constante movimiento. El escenario es un personaje más que no para de sorprendernos y que cambia constantemente, con una profundidad encomiable -no paramos de subir y bajar frenéticamente, llevados por una acción desbocada- y al que nos podemos enfrentar de muchas formas distintas.
"Es un juego de supervivencia, en el que tenemos que cazar para comer y en el que el escenario es un protagonista más."
Es cierto, sin embargo, que muchas veces tenía la sensación de que estaba delante de un hermano pequeño de Uncharted. Tomb Raider no llega a la exquisitez del juego de Naughty Dog en la mayoría de sus detalles, y de hecho hasta copia según qué secuencias: hay una en particular en la que nos quedamos colgando de un avión que recuerda horrores al tercer Uncharted. Las animaciones tampoco son tan finas, tan de orfebrería, y la acción entra con mucho menos fluidez, casi con calzador, a veces, con cinemáticas algo más largas de lo deseable y transiciones un poco a lo loco.
A pesar de ello, como decía al principio, el mimo que le han puesto se nota y también se agradece las ganas y las ideas por las que han apostado para intentar crear una experiencia original. Lara tiene hambre, por ejemplo: llega un momento en el que consigue un arco y tiene que ir a cazar cervatillos -que mata y despedaza con una cara de penita terrible, la pobre- para poder aumentar su barra de salud. También hay cierto grado de personalización del personaje, ya que podemos elegir qué queremos potenciar. Hemos visto, para poner un ejemplo, que se podía elegir entre la habilidad de poder encontrarse con más animales o la de poder recoger las flechas que has lanzado.
La mayoría de la acción se desarrolla en tercera persona, pero el arco le da un toque de sigilo y precisión muy interesante. En la parte final de la demostración también se tenía que utilizar el sigilo para colarse entre una manda de salvajes (mientras Lara tiene las manos atadas en la espalda) que estaban incendiando un pueblo y, un poco más adelante, hemos tirado de "quick time events" para darle una buena patada en las partes nobles al jefecillo de los brutos y, poco después, pegarle un tiro en la mismísima cara de una forma brutal. Me ha gustado que Lara parezca un personaje con ciertos matices: sufre cuando tiene que ser cruel, escenifica muy bien cuando está sufriendo y no se esconde cuando tiene miedo o se siente perdida. Será interesante ver hasta qué punto lo desarrollan, pero todo parece apuntar a que están reconstruyendo el icono con inteligencia y respeto, devolviéndole parte de ese carisma al que injustamente le había robado protagonismo el creciente tamaño de sus pechos. Del mismo modo, también nos encontramos con otros personajes que ya nos han clavado la astillita del misterio: hemos compartido camino con gente de personalidad diversa y todavía no sabemos qué pensar de cada uno. ¿Nos fiaremos de ese sabelotodo? ¿La amabilidad de ese viejete es fingida o nos la quiere jugar?
Todavía tendremos que esperar hasta 2013 para sacar conclusiones, pero todo indica a que este nuevo Tomb Raider será un reboot moderno y espectacular y, sobre todo, digno de la saga. Lo que hemos visto es suficientemente original como para diferenciarse de prácticamente todo lo que hay en su género, y se nota fresco y divertido. Da ganas de jugarlo. Quizás le falte finura y algo de maña en algunos apartados, que parece que hayan querido meter acción casi con embudo y en ocasiones es algo más brusco de lo necesario, pero nos ha encantado la forma que han tenido de actualizar esa esencia de Tomb Raider: toques de survival e infiltración, más abierto que algunos juegos de la competencia -menos guiado, en definitiva, y eso es algo que ya hacía falta- y un séquito de personajes y escenarios que prometen una profundidad por la que merece la pena navegar.