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Batman: Arkham Asylum

La broma asesina.

Rocksteady, además, ha sabido dosificar los elementos del cómic en el argumento a la perfección. La solución fácil hubiese sido meter con calzador a todos los villanos posibles en Arkham, pero en vez de eso se centra en unos pocos (con el Joker como maestro de ceremonias, obviamente) y los desarrolla para mostrarnos su personalidad y factores característicos, mientras que los demás aparecen en forma de guiños y referencias. Ahí está Poison Ivy y su enfermizo amor por las plantas, la sed de venganza del Cocodrilo, la descerebrada e infantil Harley Quinn y el Espantapájaros con su obsesión por sacar a relucir los miedos ocultos de Bruce Wayne.

Es precisamente este último quien protagonizará algunos de los momentos más memorables, con secuencias oníricas (o más bien infernales, según se mire) en las que el juego cambia el sigilo y la acción por las plataformas, y en las que veremos a un Batman atormentado por el sentimiento de culpabilidad producido por la muerte de sus padres. Y los usuarios de Xbox 360, ojo al último "viaje psicodélico" provocado por la toxina del Espanpájaros, que os provocará un vuelco al corazón con un truco que bien podría haber firmado Hideo Kojima con la secuencia de Psycho Mantis en Metal Gear Solid. Avisados estáis.

Es también otro de los villanos clásicos del cómic, Enigma, quien propone uno de los añadidos más interesantes: a lo largo de la aventura principal hay desperdigados 240 secretos y acertijos, que desbloquean extras como biografías, fichas de audio, figuritas en 3D o el que seguramente sea el más interesante, un relato sobre la historia del asilo de Arkham de la mano de su propio creador. Lo importante es que todo está tan bien colocado y su búsqueda resulta tan gratificante que sin darte cuenta te verás absorto en la exploración del escenario para buscar estos enigmas, olvidando el objetivo principal momentáneamente. Hemos visto muchos otros juegos en los que los coleccionables son añadidos tediosos, pero desde luego no es el caso de Batman: Arkham Asylum.

A medida que el juego progresa podremos vez como el traje y la capa de Batman muestran cortes y magulladuras.

Una vez terminada la aventura, de una duración aproximada de 10 horas, e incluso después de haber encontrado todos los secretos escondidos por Enigma, todavía os quedarán más cosas por hacer. Uno de los grandes aciertos de Rocksteady es la inclusión de las llamadas Challenge Rooms, que se van desbloqueando a medida que avanzamos en la aventura principal, y que proponen retos de supervivencia y velocidad en pequeñas habitaciones. El juego lleva de serie unas cuantas, pero se espera que periódicamente se publiquen otras nuevas en Xbox Live y la PSN.

A nivel gráfico el trabajo de Rocksteady solo puede calificarse como excelente, con una ambientación lúgubre, oscura y bastante tenebrosa, herencia directa de los cómics del personaje que se empezaron a crear a finales de los 80 y en los 90. El Unreal Engine luce de maravilla, el frame rate es estable en todo momento, el modelado de los personajes es tremendamente efectista (buena parte de la "culpa" es del estudio de cómic Wildstorm, dirigido por Jim Lee, que se ha encargado de su diseño) y las animaciones rallan un gran nivel. La única pega que hemos podido encontrarle son unas texturas que chirrían ligeramente al verse muy de cerca, y unos entornos no destructibles y bastante estáticos, que además no son interactivos durante los combates. De todas formas estos pequeños defectos no empañan un resultado que en líneas generales es sobresaliente.

Resultado que también se mantiene en el apartado sonoro, con contundentes efectos de sonido, una soberbia banda sonora (claramente inspirada por la de Hans Zimmer y James Newton Howard en las dos últimas películas de Batman) y un impecable uso de los sistemas surround 5.1. En la versión original la voz de los personajes corresponde a la de los actores de la serie animada, con Kevin Conroy como Bruce Wayne y Mark "Luke Skywalker" Hamill como Joker a la cabeza, pero en España nos los perderemos debido a la falta de un selector de idioma. Sin embargo, también es cierto que hay que aplaudir su excelente doblaje, con el doblador de Christian Bale como Batman y un Joker que demuestra a la perfección su locura tan sólo modulando su timbre de voz.

El Joker, tan desequilibrado y salvaje como siempre. O más.

Pero no todo en Arkham Asylum es perfecto. La IA de los enemigos es excesivamente simple, y los bosses finales son demasiado fáciles y tienen patrones demasiado predecibles. Los gráficos, aparte de los errores mencionados anteriormente, muestran algo de tearing (poco en Xbox 360, algo más en PS3). Y el tramo final del juego pierde algo de fuelle respecto al principio, más que nada porque Rocksteady ya ha mostrado todas sus cartas y no tiene nada con lo que sorprendernos. Aún así, se trata de fallos menores y bastante limitados, que no ensombrecen el resultado final.

Al final, Arkham Asylum resulta un rotundo éxito. Rocksteady no sólo ha conseguido crear el mejor videojuego que se ha hecho jamás sobre el caballero oscuro, sino que probablemente ha firmado el mejor videojuego de superhéroes hecho hasta la fecha. La fórmula es aparentemente sencilla: un profundo respeto por el material original, un juego creado en torno al personaje (y no al revés), unos excelentes valores de producción y, sobretodo, aplicar amor y mimo en todos y cada uno de sus aspectos. La nueva aventura de Batman es un fantástico trabajo de orfebrería, un reloj de maquinaria suiza en el que todas sus piezas encajan funcionan a la perfección. Quizás no sea el juego más novedoso de 2009 (en realidad no, no lo es), pero sí es uno de los mejores y más completos que hemos probado en lo que va de año. Y eso, la verdad, son palabras mayores...

9 / 10

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