Batman: Arkham Asylum
Why so serious?
La relación entre cómics y videojuegos no ha sido tan exitosa como a muchos nos hubiera gustado. Al igual que con las adaptaciones de películas, en el caso del noveno arte nos hemos acostumbrado a ver juegos deficientes que no hacían justicia al material original. Quizás sea por ello que cuando se anunció Arkham Asylum por primera vez mis sensaciones eran contradictorias: por un lado me emocionaba que un videojuego, aparentemente, representara correctamente a mi personaje de cómic favorito, pero por otro dudaba de la capacidad de los desarrolladores de trasladar correctamente la novela gráfica de Grant Morrison al formato interactivo. Esto último resultó ser irrelevante, porque el juego de Rocksteady y Eidos no se basa en el cómic de 1989 y tiene su propia historia, pero tras jugar a la versión de preview puedo asegurar que no sólo estamos ante el mejor juego de Batman hasta la fecha, sino también ante un excelente juego de acción con muchos aciertos y muy, muy pocos fallos.
El juego comienza cuando Batman captura por enésima vez al Joker y lo traslada al asilo de Arkham. Sin embargo, ya desde el principio muestra sus reservas: no ha opuesto resistencia y, casualmente, muchos de sus matones han sido trasladados a Arkham debido a un misterioso incendio. Tras una pequeña introducción interactiva (y algo tediosa, para ser sinceros), en la que iremos internándonos dentro de Arkham, ocurre lo que tenía que ocurrir: el Joker escapa y nos deja encerrados en el asilo, junto a un montón de psicópatas sedientos de sangre. A partir de ahí se desarrolla una aventura en la que no falta la aparición de numerosos personajes conocidos por los fans (desde Harley Quinn a Croc, pasando por Bane o Poison Ivy) hasta ciertos giros y sorpresas que emocionarán a los seguidores del cómic (por ejemplo, "algo" que se esconde bajo Arkham... y hasta ahí puedo hablar).
Arkham Asylum basa su jugabilidad en la dualidad del combate cuerpo a cuerpo y el sigilo. En las ocasiones en las que no nos quede más remedio que enfrentarnos directamente a nuestros enemigos, la mayoría de veces contra grupos de varios matones, es cuando que podremos probar el interesante sistema de lucha ideado por Rocksteady, denominado Freeflow Combat. En esencia todo se basa en realizar combos formados por ataques, bloqueos y contraataques, obteniendo mayor cantidad de puntos de experiencia cuantos más movimientos enlacemos de forma seguida. Si estamos atacando a un enemigo y otro se acerca otro por la espalda, mediante un pequeño símbolo en su cabeza se nos indicará cuando vamos a sufrir el ataque, momento en el que deberemos apretar el botón de bloqueo para realizar un agarre y contraatacar. Lo bueno de este sistema es que solventa de forma muy inteligente uno de los grandes problemas de los beat 'em up: hasta ahora nunca tenías la sensación de luchar contra un grupo, sino contra varios enemigos individuales juntos. En Arkham Asylum, sin embargo, los grupos de enemigos actúan como si fuesen uno solo, lo cual produce combates más llamativos y coreografias más espectaculares.
En cambio, habrá momentos en los que Batman deberá extremar la cautela, actuar de forma sigilosa y pasar desapercibido ante sus enemigos. En estos casos nos será extremadamente útil el modo detective (que se activa pulsando el gatillo L2), con el cual la vista pasará a ser similar a la de rayos X, pudiendo localizar fácilmente en el escenario tanto a los enemigos como a los elementos interactivos (gárgolas, repisas sobre las que ascender usando el gancho, etc.). Para que os hagáis una idea, el aspecto de este modo es similar al del vídeo de Hey Boy Hey Girl, de los Chemical Brothers, con los personajes representados como esqueletos y con los objetos y paredes semitransparentes. Su uso a nivel jugable también es muy espectacular: imaginad por un momento que estáis encerrados en una sala con varios enemigos. Podemos subir rápidamente al techo usando el gancho, lanzarnos con una patada sobre un enemigo desprevenido, ocultarnos otra vez en las sombras y acechar al siguiente enemigo. Las posibilidades son infinitas, y resulta tremendamente satisfactorio "limpiar" una zona de malos sin que ninguno de ellos llegue a enterarse de qué les ha golpeado. Es Batman en su estado puro.