Avance de Battleborn
Probamos el modo Incursión.
Con Overwatch, Paragon y LawBreakers en el horizonte, no es descabellado tener la sensación de que ese nuevo microgénero que ya se define con toda naturalidad como hero shooter es el next big thing dentro de los juegos de acción en primera persona. El primero en anunciarse -y el primero que llegará a las tiendas, marcando el camino a seguir- fue Battleborn, lo nuevo del estudio texano Gearbox, famoso por su fantástico trabajo con la franquicia Borderlands. Lo curioso es que, pese a haberlo jugado ya en varias ocasiones, durante la Gamescom y la Paris Games Week, todavía no había visto con claridad en él esos elementos de MOBA de los que tanto hablaban sus desarrolladores. Hasta ahora.
Incursión, el último modo multijugador que pude probar en las oficinas de 2K Games en Windsor, es donde se empieza a apreciar de verdad la influencia de gigantes como League of Legends o Dota. Es, de hecho, un MOBA en primera persona, tal cual; un enfrentamiento en una arena entre dos equipos de cinco jugadores, con la doble misión de destruir a dos robots centinela (que serían el equivalente a las torres) y proteger a los esbirros que concentran el fuego enemigo y destruyen los escudos de los objetivos. El trabajo en equipo es esencial, y la comunicación con los compañeros se torna indispensable a la hora de encontrar el equilibrio perfecto entre la defensa del territorio, la escolta de esbirros y el ataque a los centinelas del equipo contrario.
Hay cierto componente estratégico, también. La recolección de esquirlas (unos cristales que se encuentran desperdigados por el mapa) permite comprar torretas automáticas o estaciones curativas, básicas si queremos tener alguna posibilidad de éxito. En el escenario, además, hay varios puntos con mercenarios Thrall que puedes reclutar para tu bando, los cuales se descubren como una distracción perfecta para entretener a tus rivales mientras te concentras en atacar con menor oposición a los centinelas. Y, evidentemente, también resulta vital elegir un equipo compensado con personajes de varias clases que se complementen entre si.
Detengámonos un momento en esos personajes, porque los veinticinco carismáticos protagonistas de Battleborn no son solo uno de los grandes alicientes del juego de Gearbox, sino también una agradable sorpresa. Repartidos en clases de sobra conocidas (de apoyo, de sanación, de rango, etc.), a lo largo de varias horas pudimos probar un puñado de ellos, descubriendo que todos ellos son muy divertidos a la hora de jugar, y que poseen puntos débiles que no resulta complicado identificar y que deben ponderarse con sus fortalezas y habilidades especiales. Quizás los únicos que flojean son los que utilizan golpes melee en vez de armas, aunque es muy probable que esto sea más una fobia mía que no un problema que vayan a sufrir todos los usuarios.
Es pronto para saber si todos los personajes estarán bien equilibrados, pero la primera impresión es francamente positiva. De hecho, no es solo el roster lo que da una reconfortante sensación de solidez, sino todo el diseño general: los escenarios están muy bien pensados, los tiempos bien ajustados, los diferentes sistemas jugables encajan a la perfección y las nuevas mecánicas como el teletransporte (que permite volver a la base para recuperar toda la vida, en vez de esperar a un respawn cuyo tiempo va aumentando a medida que avanza la ronda) parece que darán mucho juego. En la primera partida ya salta a la vista que Incursión es un modo con mucha profundidad y horas de vida útil, pero también se muestra accesible incluso para aquellos que, como un servidor, no son precisamente fans de los MOBA.
Dicen que golpear primero es golpear dos veces, pero a Battleborn no le bastará solo con llegar el primero teniendo en cuenta el calibre de la competencia a la que deberá enfrentarse. Gearbox lo sabe, y es por ello que su nuevo juego se muestra rotundo, carismático y con las ideas muy claras, despejando muchas de las dudas que teníamos sobre él hasta ahora. Si le bastará con eso es algo que ya comprobaremos más adelante, pero de momento las sensaciones que nos ha dejado esta última demo son tan buenas como esperanzadoras.
Este avance se ha escrito tras asistir a una demostración hands-on de Battleborn en Londres, en la que los gastos de viaje y alojamiento fueron cubiertos por 2K Games.