Battlefield 1943
La delgada línea roja.
Tras un parto algo complicado (los primeros días estuvieron marcados por el lag y la imposibilidad de entrar en las partidas), el remake de Battlefield 1942 para PlayStation 3 y Xbox 360 ya está funcionando a pleno rendimiento. Un juego ideado exclusivamente para ser jugado online, con el que DICE y Electronic Arts pretenden arrasar en las dos consolas de nueva generación retomando una mecánica en la que el estudio sueco ha demostrado su sobrada eficacia y adornándolo con un apartado técnico acorde a lo que cabría esperar de un juego publicado en pleno 2009.
Battlefield 1943 nos sitúa como americanos o japoneses en la campaña del Pacifíco, en tres escenarios que históricamente fueron decisivos en el desarrollo de la segunda guerra mundial: Guadalcanal, Iwo Jima y Wake Island. Los dos primeros se caracterizan por tener terrenos bastante elevados que los hacen ideales para combatir a pie, mientras que Wake Island es mucho más llano y da más juego con los vehículos.
Ambas facciones son, a efectos prácticos, iguales; ambas con tres clases (fusilero, soldado, explorador) y armas diferentes pero con mismo funcionamiento y potencia de fuego. Se echa de menos un mayor grado de especialización y una mayor de variedad de armas, aunque tenemos la solución de que EA lo irá solucionando más adelante a través de pequeñas actualizaciones y expansiones. Cada clase posee un arma primaria y un arma secundaria, además de granadas y similares. De todas formas, también se pueden utilizar las numerosas ametralladoras y cañones esparcidos por el escenario.
El objetivo en el modo principal, por su parte, es sencillo: la dominación total del escenario de batalla. Para ello habrá que capturar diferentes puntos del mapa izando nuestra bandera (algo que nos dará bastantes puntos) en instalaciones militares, como aeródromos, pueblos o incluso una estación de radar, lo cual nos permitirá marcar un objetivo en el mapa para bombardearlo con tres bombarderos. Una vez capturada la posición, también se convertirá en un punto de regeneración para nuestro bando, y en una fuente de vehículos para nuestras tropas. Hay un segundo modo de juego llamado "Superioridad aérea", en el que sólo se combate con aviones en un escenario exclusivo llamado Coral Sea. La verdad es que no está mal y otorga cierta variedad, pero es bastante inferior al principal.
Quizás lo que chocará a muchos usuarios cuando se enfrenten por primera vez a BF1943 es la dificultad. Dejadme matizar, sin embargo, que el juego no es difícil per se, sino que en consolas estamos acostumbrados a sistemas de autoapuntado que nada tienen que ver con la precisión de disparo que requiere el juego de DICE, unido a un ritmo de juego frenético que no deja un momento de respiro. El principio es duro, especialmente si creemos que el tutorial nos ha curtido para poder sobrevivir en las encarnizadas batallas online, pero a la larga se premia la práctica y la experiencia y el juego nos premia todas y cada una de las horas que le hemos dedicado.
A pesar de que se ha eliminado el fuego amigo (algo que resta realismo pero que en el fondo se agradece), Battlefield 1943 mantiene una de las grandes frustraciones de anteriores entregas de la saga: los francotiradores. Su fusil de precisión es tremendamente potente y capaz de eliminar enemigos a una grandísima distancia, lo cual hace que si uno de los dos equipos posee un buen francotirador todo el balance del juego se vaya a garete. Si se da ese caso, el trabajo en equipo será más necesario que nunca, pero muchas veces el resto de jugadores no están por la labor y van corriendo por el mapa totalmente a la suya.
Los vehículos ofrecen una de cal y otra de arena. Los jeeps son rápidos y bastante útiles, aunque demasiado frágiles ante el fuego enemigo. Los tanques, pese a tener gran potencia de fuego, son blanco fácil de la artillería, y sumado a su lento movimiento está la molestia tendencia de quedarse encallados en el lugar más insospechado. Las lanchas, desgraciadamente, sirven para poco más que trasladarnos del portaaviones a las islas en las que se desarrolla el combate. Así que los reyes de la función son los aviones, difíciles de manejar al principio pero que con práctica se convierten en máquinas de generar frags. Claro que, siendo la pieza más codiciada del arsenal, generan una situación ridícula: habitualmente veremos como varios soldados que acaban de regenerarse en la base esperan a que se regenere un avión, convirtiéndose en blanco fácil de francotiradores y demás tropas enemigas.
Técnicamente sorprende que Battlefield 1943 ocupe escasas 500MB, porque luce de maravilla. Buena parte de la culpa está en el motor Frostbite de DICE, el mismo que ya se utilizó en Battlefield: Bad Company, y que sirve para generar escenarios de considerable tamaño plagados de detalle, con vegetación, elementos destructibles y efectos visuales muy trabajados, como las espectaculares explosiones. El sonido es algo más austero, con unos correctos (aunque escasos en cantidad) efectos sonoros y un tema musical para los menús que es tremendamente parecido (si no el mismo) al que ya pudimos escuchar en Battlefield 1942.
Aunque BF1943 también tiene puntos que resultan incomprensibles, como por ejemplo un sistema de rangos y premios que no sirve para absolutamente nada. Sí, se va subiendo de nivel y con ello en el escalafón militar, y también se obtienen sellos que certifican nuestras hazañas, pero a efectos prácticos no tienen ninguna importancia para el juego en si. Subir de nivel no nos hace más fuertes ni más rápidos, ni nos da acceso a nuevas armas o habilidades. Su función (más que discutible) es únicamente poder decirle a tus amigos lo gorda que tienes... la hoja de servicios.
Pero aún con sus pequeños defectos, Battlefield 1943 es un ejemplo a seguir dentro de los juegos diseñados para descarga digital: ocupa poco, tiene un precio ajustado, ofrece muchísima diversión y no tiene nada que envidiar en el aspecto técnico a los juegos que podemos comprar en disco. Además, DICE tiene entre manos una base excelente para expandir con actualizaciones y expansiones, algo que si se explota de forma inteligente puede convertirse en el rey de la PlayStation Network y del Xbox Live durante mucho, mucho tiempo.