BattleForge

En cualquier caso, el proceso de diseño de la baraja no se limita a la estrategia, sino que pide un compromiso online: dispondremos de nuestros espacios para intercambiar, comprar, vender o subastar cartas en función de nuestras necesidades. La obsesión por encontrar cartas exclusivas o muy poco comunes, pujar por esa unidad que es justo la que necesitamos para completar la colección o para coronar nuestra triunfante baraja de hielo… La dimensión pura y dura del coleccionismo nos acompañará en cuanto le dediquemos un mínimo de atención.

Del mismo modo, el aspecto MMO será absolutamente decisivo: en BattleForge encontraremos desde una campaña con historia y misiones contra la IA para un solo jugador (o para varios en modo cooperativo), hasta batallas multitudinarias en mapas preparados para enfrentamientos de hasta doce jugadores, cada uno con su propia baraja. Todo ello en un mundo persistente que no requerirá de cuotas ni de pagos adicionales para poder jugar.

El otro elemento central de Battle Forge es precisamente aquél espacio que da nombre al juego: la Forja. Consiste en una suerte de metaespacio o de lobby en el que nos prepararemos para las incursiones y en el que podremos poner a prueba las capacidades de nuestras tropas, enfrentando a unas unidades con otras a modo de sparrings para poder ensayar estrategias y evaluar resultados.

Consideradlo como un campo de entrenamiento en el que simular cualquier situación que creáis posible: mediante este sistema, podremos refinar nuestra capacidad de selección y optimizar las diferentes barajas para mejorar su rendimiento ante diferentes eventualidades. La Forja es el lugar desde el que comenzaremos a ganar los combates y todo el tiempo que empleemos allí -creedme si os digo que parece tan divertido como los enfrentamientos reales- redundará en nuestro beneficio.

BattleForge saldrá a la venta en breve, pero goza ya de una extensa y muy activa comunidad de usuarios que han participado en la beta. No perdáis de vista este título porque, si todo se sustancia en el producto final con la frescura y el buen aspecto que mostraba la beta que pudimos probar, promete ser una mezcla explosiva: la acción y la intensidad de un RTS con la dosis justa de microgestión, la capacidad de interacción social y de adicción propia de un MMO y la motivación y atenta dedicación que generan los juegos de cartas coleccionables, todo en un mismo paquete.