Battlestations: Pacific
Postales desde Iwo Jima.
Todo esto se complementa con unos efectos sonoros muy buenos, sobre todo en cuanto a explosiones y, cómo no, los espectaculares disparos de artillería, todo un clásico. La música, prácticamente sólo presente en los menús, ralla a un buen nivel aunque no es nada que no hayamos visto: marchas militares con tintes épicos al más puro estilo Battlefield 1942.
Lástima que de las voces no podamos decir lo mismo. Se agradece els esfuerzo y sin duda es algo que no se puede reprochar, más bien aplaudir. Peeero... Algunas localizaciones consiguen que uno prefiera jugar en inglés. Sencillamente, no mola escuchar a una de las típicas voces —más bien sosas— de Discovery Channel entonando el "Tora! Tora! Tora!" o "Banzaiii!" con nula gracia, ni una forzadísima voz de general japonés explicando como si fuese un cuento el plan de la misión. Muchos dobladores son conocidos, pero en mi opinión pocos consiguen darle realismo a la escena. Como mucho, se salvan las notificaciones de cuando perdemos unidades o se detectan enemigos.
Como he comentado al principio, el modo historia está muy bien y es prácticamente necesario completarlo, sobre todo porque se desbloquean unidades como el portador de Kaiten (torpedos humanos) o el poderoso acorazado Yamato. Los podremos usar en el principal divertimento del juego, el modo online; es muy entretenido aunque algo frustrante debido a una mezcla entre lag, falta de gente y pérdidas de conexión. Se organizan partidas de máximo 4 contra 4 a través de Windows Live, y como suele ser habitual, nadie puede unirse una vez comienzan. También hay rangos, logros y clanes para dar un poco más de emoción al asunto.
Nos encontramos con cinco modos: Duelo (enfrentamiento entre los dos equipos sin más), Asedio (unos atacan y otros protegen una base), Escolta (unos atacan y otros protegen a unidades aliadas), Competición (cooperativo contra la máquina a ver quién mata más) y Conquista Insular (la crema). Este último modo de juego es la sublimación de todo lo que ofrece Battlestations: Pacific. Cada equipo comienza con varias bases y cada jugador con una cantidad de recursos limitada, con la que empezar a sacar unidades. ¿El objetivo? Capturar bases neutrales y ganar por puntos, o capturar el cuartel general enemigo. Así como en el resto de modos debemos preocuparnos más en apuntar que en organizarnos, aquí será vital la cooperación entre el grupo, y el ganador de la batalla será el que haya utilizado una mejor estrategia. Por supuesto, además de dar órdenes, siempre podremos tomar el control de algún avión y enzarzarnos en 'dogfights' contra cazas enemigos, o torpedear personalmente con las rápidas y enclenques lanchas.
Conquista Insular es sin duda la esencia del juego, donde cualquier jugador que haya completado las campañas y haya practicado un poco irá de cabeza a subir de rango. La curva de dificultad, que en general es bastante accesible, en este modo se inclina hasta tal punto que se hace realmente difícil ganar. Aprender lo básico para defendernos será fácil, pero pasar del aficionado al maestro, ser capaz de contribuir a la victoria de nuestro equipo, se complicará mucho más.
Obviamente este juego tiene sus pegas. Al tratarse de una fusión entre géneros, nunca será tan profundo como un juego centrado exclusivamente en la estrategia, aunque no hay que infravalorarlo. Luego están los problemas de conexión en el modo online, además del mencionado doblaje, que por suerte tiene arreglo. Y al centrarse exclusivamente en el Pacífico, echaremos de menos las escarpadas costas de Normandía y el típico paisaje europeo que tanto vemos en otras sagas. Otros detalles menores molestan a veces, como no poder cambiar entre los 3 aviones de cada cuadrilla (hasta que no explote el "nuestro" no podemos manejar el siguiente) o que a veces la IA se haga un lío haciendo maniobrar a una gran embarcación.
En definitiva, es un buen juego. El modo historia requiere unas cuantas horas ya que algunas misiones son largas (y con checkpoints, que al parecer la precuela no los tenía) y tiene cierta rejugabilidad, ya que para desbloquear algunos extras necesitaremos cumplir ciertos objetivos ocultos. Y como ya he dicho un par de veces, lo mejor es jugar online que permite mucho pique, sobre todo en su modo estrella. El funcionamiento no excesivamente complicado atraerá a mucho público no aficionado a los simuladores aéreos o navales, mientras que los que gustan de éstos se encontrarán con un juego a priori sencillo pero con mucho potencial en su vertiente multijugador. Sus gráficos y sonido son la guinda del pastel; conseguirán que cualquiera que entre en la habitación mientras vuestro acorazado bombardea indiscriminadamente la flota enemiga suelte alguna expresión de admiración, como mínimo.