Avance de Berserk and the Band of the Hawk
Guts and glory.
Berserk and the Band of the Hawk empieza con un sueño febril, una alucinación premonitoria que nos descoloca de partida. En cuanto lanzamos el primer ataque perdemos el halo de extrañeza; esto es un musou de Omega Force, una compañía que lanza una cantidad de títulos tan grande que casi se han convertido en su propio género con entidad propia.
Golpea tras golpe barremos a decenas de enemigos, eliminamos a los jefes de zona y capturamos los territorios del enemigos. Los muertos se elevan a las tres cifras, los combos a las cuatro. Rellenas una barra para entrar en un modo especial donde hacemos más daño, matamos a enemigos en ese modo para activar un devastador ataque especial. Repite de nuevo desde el primer paso.
No deja de ser un género apropiado para un manga tan violento y sangriento como Berserk, que sigue las andanzas de Guts, un mercenario habilidoso que termina por convertirse en el temible "Espadachín Negro". Sin salirse de lo que es el musou clásico, se ha permitido el lujo de apostar por un combate más crudo y descarnado de lo que estamos acostumbrados a ver en el género, con mucha sangre en pantalla.
Creo que si Omega Force ha llegado tan lejos es porque ha sabido añadirle un ligero toque a cada juego para apelar al fan más acérrimo, para hacerte olvidar que manejas a Luffy, Link o Kenshiro igual que podrías estar manejando a un líder chino del Romance de los Tres Reinos. Quizá no sea algo grande, pero sí es algo significativo.
En el caso de Berserk, ese toque pasa por el peso. Cada personaje tiene una manera muy definida de actuar en función de su estilo en el cómic. Guts se nota pesadísimo, cada golpe tiene un impacto descomunal, mientras que Griffith atraviesa los enemigos con sus ataques como si su espada no pesara, moviéndose a la velocidad del rayo. Lo mismo con Casca, Judeau y compañía; cada uno tiene una personalidad particular en combate.
Al terminar una batalle se meten unos toques de RPG: elección de equipamiento, subida de estadísticas, coleccionables que se desbloquean al cumplir ciertos objetivos, compra de objetos, etc. Podemos incluso comprar caballos para llevarlos a los combates, aunque el control en combate de estos deja un poco de desear; es mejor bajarse de la montura al llegar a un grupo de enemigos.
Los combates se acompañan de cinemáticas sacadas directamente de las películas de animación, con ese extraño estilo 3D tan de moda en ciertas producciones japonesas. Si os interesa echarle un vistazo, estas películas se pueden encontrar en Netflix. El caso es que son fragmentos bastante prolongados; no sé si los cuatro primeros capítulos son representativos del resto del juego, pero la sensación que da es que quieren contar la historia al completo desde el propio juego, que te puedas enterar de todo aunque no sepas nada de la saga.
Más allá del clásico modo historia, el protagonismo recae en el modo Eclipse Infinito, en el que nos enfrentamos a horda tras horda de enemigos. Se han dividido en "encargos" de cinco mapas con dificultad creciente, y parece que aquí es donde realmente tendremos que sacarle chicha al sistema de combate. El tramo que pudimos probar estaba justo al principio, así que todavía no se notaba ese salto de dificultad con respecto al modo historia, pero viendo los encargos que se desbloqueaban parece fácil adivinar que no es ni mucho menos el caso durante todo el modo. La experiencia y oro que obtengamos se puede emplear en el modo campaña, así que si tenemos problemas podemos pasarnos a este otro modo y grindar algo de XP.
Berserk and the Band of the Hawk no parece que vaya a salirse demasiado del esquema de los musou, pero sí que va a hacer lo que mejor se le da a Omega Force: introducir suficiente contenido que agrade al fan como para atraer incluso a los que les cuesta dar una oportunidad al género. Ha funcionado con Zelda, ha funcionado con Dragon Quest y lo que he visto me hace pensar que puede funcionar sin ningún problema con Berserk.