BioShock 2: Protector Trials
El ángel de la guarda de Rapture.
¿Adicto a Rapture? No eres el único ni se trata de una patología extraña. El universo creado por Ken Levine y 2K Marin es uno de los más inmersivos (valga la redundancia) y atractivos que nos ha regalado la actual generación de consolas, y tras una brillante primera entrega llegó una secuela que, sin superarlo, al menos sí conseguía mantener el nivel de su antecesor. Hasta ahora 2K Games ha ido nutriendo a BioShock 2, convertido ya en una franquicia estrella, con DLC's centrados en el apartado multijugador (no con poca polémica, eso sí) y ahora es el turno del primer pack de contenido descargable centrado exclusivamente en la experiencia individual.
En Protector Trials encarnamos a un Big Daddy de la serie Alpha (sin ninguna relación con el protagonista de la campaña principal) al que la doctora Tenenbaum encarga la misión de proteger a las Little Sisters mientras recogen Adam. Dado su funcionamiento tampoco es que lo necesite, pero resulta irónico que toda la historia y narrativa del DLC se limite a esa pequeña premisa argumental, siendo BioShock un juego en el que el trasfondo de la aventura supone su principal aliciente.
El DLC se divide en seis arenas con tres niveles cada una. En cada escenario hay un único cuerpo del cual la Little Sister extrae el Adam, siendo nuestro objetivo protegerla de diferentes oleadas de splicers y monstruos. El primer aspecto destacable es que no podemos escoger ni las armas ni los plásmidos, lo cual obliga a tomar diferentes estrategias según la combinación que se nos asigne y la disposición del escenario. Es un detalle interesante, porque puede darse el caso de que tengamos que usar un plásmido que durante la aventura no quisimos usar o no pudimos desbloquear, o un arma con la que no nos sentimos particularmente cómodos. Otro detalle es que cuando empezamos la arena nuestros bolsillos están vacíos, pero a medida que eliminemos enemigos iremos ganando dinero con el que adquirir munición, EVE y vida en las máquinas expendedoras desperdigadas por el escenario, algo básico si queremos sobrevivir a los diferentes asaltos.
El problema es que eso es prácticamente todo lo que Protector Trials tiene para ofrecer: una sucesión de combates más o menos inspirados (aunque todos bastante frenéticos) en escenarios reciclados del juego original. La mayoría son bastante compactos, siendo los mejores Persephone Cellblock F y Adonis Baths y el más flojo Pauper's Drop. También hay siete nuevos logros / trofeos y artworks desbloqueables, pero no es algo que vaya a centrar tu atención durante demasiado tiempo.
Protector Trials va dirigido a un tipo de público muy concreto, razón por la cual es muy posible que no termine de agradar a gran parte de los fans del juego de 2K Marin. El combate nunca ha sido una de las grandes virtudes de BioShock, y este primer DLC individual para la secuela se basa única y exclusivamente en él, sacando precisamente a relucir sus defectos (un control algo tosco y un HUD poco práctico). Es entretenido y proporciona algunos retos interesantes, lo cual ya podría justificar los cuatro euros que cuesta, pero su rejugabilidad es escasa y deja de lado lo que hace grande al universo de Rapture: la historia. Como aperitivo no está mal, pero no hay duda de que el plato fuerte será el recién anunciado Minerva's Den.
Bioshock 2: Protector Trials puede descargarse ya previo pago de 400 Microsoft Points (4.80€) en Xbox Live y Games for Windows Live, o por 3.99€ en la PlayStation Network.