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Blacklight: Tango Down

Algo está cambiando.

De un tiempo a esta parte los juegos que pueden comprarse en exclusiva a través de Internet están evolucionando. Mientras los amateurs siguen programando y vendiendo sus pruebas las compañías más serias se han metido de bruces en un mercado que cada vez reporta más beneficios.

Es el caso de este Blacklight Tango Down, un producto pensado para ser vendido a través de Internet, diseñado teniendo en cuenta el multijugador por encima de todo y distribuido a través de las tiendas de Microsoft y Sony en exclusiva, de forma que podemos adquirir la versión para Windows o la de Xbox 360 por un lado –eso sí, por separado-, y la de Playstation Network por otro.

Mientras los FPS evolucionan y uno de ellos, Modern Warfare 2, se sitúa entre los títulos más vendidos de los últimos años, otros, como es este caso, apuestan por ser más baratos y ofrecer una acción directa y una mecánica archiconocida. De hecho la propia evolución del género haría palidecer al mismísimo Doom, por ello Blacklight sale a la calle con un modo individual que dispone de cuatro niveles para el "jugar solo" o cooperativo de hasta 4 jugadores, suficiente para como mínimo ser considerado una alternativa y con un nivel de personalización que también se encuentra en el multijugador y que permite millones de combinaciones de armas posibles.

Sin embargo su fuerte estriba en los mapas en línea, doce en total. Desarrollado por Zombie Studios, BlackLight: Tango Down tiene lugar 25 años en el futuro. El jugador toma el control de un grupo de élite encubierto que ha sido enviado para encontrar al coronel americano Klein, y a su equipo BlackLight. Además, si eres seguidor de su página en Twitter, @playtangodown, tienes la posibilidad de adquirir complementos –insignias- para el juego, a razón de cinco por semana y desde ya.

La personalización es lo más destacable, básicamente se trata de modificar el arma con complementos conseguidos que mejoran algunos de sus aspectos. Con tantas posibilidades es difícil que dos jugadores tengan las mismas armas exactamente, lo que ofrece un plus en cada uno de sus siete modos de juego.

Después ya entramos en los aspectos más comunes con el resto del universo FPS. Y aquí Blacklight no sale tan bien parado, porque a pesar de tener un motor gráfico interesante dista de ser una maravilla, ni en PC ni en consola. No es malo, de hecho se mueve con bastante fluidez, pero da la sensación de ser siempre un poco escaso. Y no sólo en el diseño de los escenarios –que podría pensarse que propician las situaciones directas-, sino en la calidad de las texturas y algunas animaciones, que se antojan demasiado rígidas. Basta con observar cómo se mueven los enemigos, o los efectos en pantalla tras una explosión. Técnicamente mejorables.