Bleach: Dark Souls
Frenéticas luchas anime.
Y si bien las peleas están realmente bien, las insípidas pruebas del estilo “coge todos los objetos antes de que caigan al suelo” o incluso algún test bastante peculiar rompen bastante el ritmo y se nota a la legua que son de relleno. En ninguna batalla podremos elegir el luchador, sino que este se acomodará a lo que esté sucediendo. Casi siempre llevaremos a Ichigo, que como buen protagonista es bastante equilibrado en todos los aspectos, así que tampoco habrá mucho problema.
La cosa mejora mucho con respecto al modo historia en Arcade, donde se acabó tener que escuchar tonterías y pasamos directamente a escoger personaje y luchar tratando de conseguir la máxima puntuación posible. Tenemos bastante opciones para personalizarlas, aunque casi siempre tocaremos únicamente la dificultad. Hay nada menos que 44 personajes desbloqueables, muy meritorio sabiendo que cada uno tiene un estilo de lucha totalmente diferenciado y fiel a lo visto en la serie. Los modos Contrarreloj y Supervivencia son un añadido que se agradece, ya que alargan mucho la vida útil del título.
Hasta 4 amigos se podrán unir en las partidas multijugador, aunque lo ideal son sólo dos. Las batallas a 4 son un festival de desorden y ataques dirigidos al azar. No es que sean aburridas, al contrario, pero deberían haber ajustado la velocidad un poco, ya que casi siempre es imposible seguir la acción en pantalla cuando se juntan todos en una melé. En las partidas que probamos no se apreciaba excesivo lag.
La tienda de Urahara apela directamente al fan de la serie. Podremos comprar ilustraciones, sonidos y alguna carta especial, así como introducir contraseñas con la pantalla táctil (un sistema muy mal implementado, por cierto). De ahí pasarán a la galería, donde podremos visualizar todos estos elementos. El juego también incluye una especie de glosario/relación de personajes muy completa donde los profanos podrán enterarse mejor de lo que está sucediendo y los más otakus podrán investigar hasta la fecha de nacimiento de cada protagonista.
Los sprites son correctos, sin más, aunque en ciertas batallas los Hollows de mayor tamaño se notan excesivamente pixelados. Los escenarios no son muy variados, aunque todos serán fácilmente reconocibles por los fans de la serie. Las melodías pasarán completamente desapercibidas entre el barullo de las voces (gritos más bien) y los FX de los golpes y ataques especiales, lo cual es una pena porque no son precisamente malas.
Bleach: Dark Souls destaca por méritos propios como juego de lucha, centrándose en lo más importante: la jugabilidad. No pretende revolucionar (de hecho su precuela ya incluía casi los mismos elementos), pero resuelve las papeletas de una forma muy destacada, sobre todo para un juego basado en una licencia. Un modo historia bastante deficiente y el hecho de que se dirija casi en exclusiva a los fans acérrimos de la serie puede apartarle de las preferencias de un mayor público, pero desde aquí os animamos a que le deis una oportunidad incluso si no conocíais la serie previamente. Y si sois de los que no os perdéis un capítulo, podéis añadirle un par de puntitos a la nota.