Varias fuentes detallan el problemático desarrollo del próximo juego de Ken Levine
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El próximo videojuego de Ken Levine está teniendo un desarrollo problemático y no se espera que llegue a las tiendas a corto/medio plazo, según se detalla en un artículo publicado por Bloomberg.
Levine, conocido por su trabajo en System Shock 2 y por liderar el desarrollo de BioShock y BioShock Infinite, anunció el cierre de Irrational Games en 2014 para fundar un nuevo estudio, Ghost Story Games, centrado en el desarrollo de juegos narrativos que serían publicados por Take-Two. El motivo de esa sorprendente decisión (Irrational no estaba en problemas, dado que BioShock Infinite fue un éxito de ventas) fue que el creativo quería trabajar en otros proyectos con un equipo mucho más pequeño, de un tamaño parecido al de un estudio independiente.
El primero de estos títulos debía publicarse en 2017, pero casi cinco años más tarde sigue atascado en lo que popularmente se conoce como development hell. El motivo, según gente que trabajó en Ghost Story Games, es el propio liderazgo de Levine, así como el choque frontal entre las pretensiones del director, mucho más cercanas al de un título triple A, con el tamaño del estudio, que apenas cuenta con treinta y dos empleados.
Mike Snight, uno de los fundadores de Ghost Story Games, culpa al "proceso creativo" de Levine como el principal factor que motivó su marcha junto a la otra mitad de los fundadores. Seis de ellos han declarado a Bloomberg que ese juego se iba a ambientar en una estación espacial, con tres facciones distintas con las que el jugador se podía alinear. Una vez más, parece un proyecto mucho más complejo de lo que se podía abarcar con los recursos de un estudio del tamaño de un indie.
Según gente que ha trabajado anteriormente con Levine, en sus anteriores juegos había un momento en el que la editora (como ocurrió con 2K y BioShock) actuaba para tratar de mantener al creativo a raya, pese a que esto solía derivar en periodos de crunch. En este nuevo proyecto, sin embargo, no ha habido nadie encima de Levine para mantenerlo con los pies en la tierra.
Dos ex-empleados, por ejemplo, recuerdan que en 2016 había una versión con niveles muy elaborados y buenos gráficos. Sin embargo, había serias dudas de cómo terminarlo con menos de treinta personas en el equipo, y además había otro problema: Levine había ideado un complejo sistema de diálogos que cambiaba según las decisiones del jugador, algo que requería un enorme guion imposible de completar en menos de un año.
En el artículo de Bloomberg se define el comportamiento de Ken Levine como "voluble", apuntando además a que hubo gente que, tras discutir algunas decisiones con él, "misteriosamente dejó de aparecer por la oficina".
Todo esto, al final, se traduce en algo muy sencillo: no vamos a ver el próximo juego de Levine en bastante tiempo. Los actuales empleados entrevistados por Bloomberg dicen, de hecho, que no creen que se pueda publicar nada hasta como mínimo dentro de un par de años.