Bodycount

Bodycount se aproxima al género de la acción en primera persona de una forma un poco distinta a la que nos han acostumbrado los últimos shooters que nos han bombardeado. De hecho, dice el director del juego, Andy Wilson, se ha tomado la deliberada decisión de alejarse de esa fórmula tan familiar.

"Queremos que juegues a este juego con una sonrisa en tu cara, como lo hacían antes cuando jugaban a los arcade clásicos de scroll horizontal", explica". "Lo que queríamos hacer mejor que nadie es recrear la sensación de disparar una bala y los efectos que tiene en el mundo, cómo lo destrozan".

"Esa es la razón por la que hemos construído un mundo con el mayor nivel de degradación posible. Queremos darle muchas opciones tácticas al jugador, especialmente cuando las áreas de cobertura empiecen a romperse y todo se aclara un poco, dejándote disparar desde todos los ángulos posibles".

De una forma u otra, Bodycounts viaja a los días en los que los shooters eran más sobre la alegría de matar que sobre cuidadosas escenas cinemáticas que te llevan de un lado a otro. Niveles abiertos e inteligentemente diseñados te dan la oportunidad de elegir la ruta en cada momento, mientras que la acción va sobre asestar el mayor daño posible.

Según Wilson, cada camino y táctica de combate lleva a una experiencia distinta. Para demostrármelo, me deja jugar en un nivel situado en los confines de una mina africana.

Empieza la misión. Está todo tranquilo pero veo algunas patrullas enemigos. No pasa mucho tiempo antes de la prometida carnicería: segundos más tarde ya le estoy disparando a la primera oleada de enemigos.

Mis oponentes se cubren rápidamente antes de dispararme ráfagas cortas. Repitiendo una y otra vez el mismo cacho, descubro una ruta por la parte de atrás que me deja flanquearlos y pillarlos desprevenidos.

Una de las opciones más únicas de Bodycount es el sistema de cobertura en primera persona. Apretando el gatillo izquierdo puedes quedarte parado donde estés y utilizar el stick izquierdo para salir de la cobertura. Y aunque no es tan perfecto como en los juegos en tercera persona, pareció lo bastante sólido para ofrecer un sistema táctico que le falta a muchos FPS.

Pero lo que más destacan, volvamos a ello, es el nivel de destrucción al que puedes llegar; piensa en un Bad Company 2 dopado. Cualquier cobertura que no esté hecha de metal o piedra puede ser desmembrada por una ráfaga de balas, mientras que una granada bien tirada puede hacerlo volar todo por los aires.

Esto te fuerza a que vayas de un lado para otro, y los tiroteos se convierten en frenéticos y bastante sorprendentes.

"Tenemos un variado número de enemigos que actúan de forma única", explica Wilson. "Todo va sobre cómo dejes que se desarrollen las situaciones. Así que por ejemplo, si no matas a los médicos enemigos, correrán a revivir a sus compañeros, y te harán la vida mucho más difícil".