Braid: Dos visiones
Desmontando a Jonathan Blow.
Las ciudades invisibles de Braid
por Jaime San Simón
La estructura de este artículo y parte de su contenido está basada en el libro "Las ciudades invisibles" de Italo Calvino. El propio Blow reconoció que esta obra fue de especial influencia a la hora de crear Braid, así que no dudo en recomendaros su lectura, no sólo para comprender mejor el juego, sino por su contenido de gran valor humanístico.
I
La visita de un extranjero cargado de ideas siempre es bien recibida. Mientras hablo con Jonathan Blow sobre videojuegos, me entra la duda de si realmente habría conocido las maravillas que describía. En todos mis años como jugador jamás había oído hablar de las obras que me describía, de forma tan abstracta y a la vez tan material que uno no podía saber si los datos venían de su memoria o de su imaginación.
Los videojuegos y los ojos
Habrás de creerme cuando te cuente las maravillas de los dominios de Amanita Design. En realidad, Amanita no es una única entidad, sino varias de ellas. Todas ellas diseñadas por el mismo arquitecto. Comparten paisaje y materiales de construcción, pero es el toque humano el que termina diferenciándolas y haciendo de cada una de ellas una obra única. El necio y el inculto objetarán que sus formas apenas definidas no pueden competir en belleza con las ciudades de grandes templos y rascacielos, donde levantan el cuello para admirar obras de aparente perfección que les ocultan la inmundicia que esconden sus suelos.
II
Durante una tarde entera me detalló Blow el admirable entorno de un juego antiguo, píxel a píxel. Tras reflexionar unos segundos, le pregunté:
- ¿Cuál de los píxels es el que hace que el escenario sea bello?
- Ninguno concreto, el escenario es la suma de todas sus partes
- Entonces, ¿no deberías hablarme del escenario y olvidarte de los píxels?
- Sin píxels no hay escenario.
Los videojuegos y los muertos
Con el tiempo, las leyendas que llegaban a mis oídos del Príncipe de Persia se fueron haciendo cada días más inverosímiles. De sus hazañas en las luchas contra demonios se pasó a historias que le situaban burlando en diferentes ocasiones a la misma Parca, se dice que con el poder de manejar el tiempo a su antojo. Dudo que alguien llegue a conocer la verdad sobre su persona. Sólo recuerdo que en mi visita a su reino pude encontrar a un hombre de cuerpo lozano que atesoraba la expresión de sabiduría más propia de aquellos que saben que el camino que les queda por recorrer es más corto que el andado, como un Dorian Gray que ha mirado de refilón su retrato.
III
La muerte tan poco valor para nosotros... un estado transitorio entre la pantalla y el anterior checkpoint. La muerte no significaba nada. Quizá por eso, la ausencia de muerte me producía un sobresalto tan solo de pensar en ello. ¿Merece la pena una vida donde tus actos no tengan consecuencias?Jonathan replanteó la pregunta; ¿en qué se convertiría un ser humano inmune a los errores?
Los videojuegos y los intercambios
Hasta que conocí al hijo del Rey del Cosmos, pensaba que el reciclaje tenía un límite. Que sólo podían reutilizarse ciertos elementos de la naturaleza para componer otros nuevos, de calidad ligeramente inferior. El Príncipe me enseñó que si me atrevía a dar un paso adelante y pasar por encima de las cosas más queridas obtendría resultados superiores a los que podría imaginar. Una reinvención a partir de lo anteriormente apreciado que lograba que el sacrificio no fuera en balde.
IV
Cada vez que Blow describía un juego, en cierto modo sentía como si en realidad nunca pasara de uno a otro, simplemente sufrían una transposición de características. Puzzles diferentes con las mismas piezas. Por una vez, decidí ser yo el que comprobara si cierto juego existía:
- He soñado con un plataformas donde un hombre coge una bola y empieza a absorber todos los elementos del ambiente para crear vida nueva. ¿Conoces de su existencia?
- No me estás atendiendo. Precisamente ahora te hablaba de ese mismo juego.
- ¿Cómo se llama? ¿Dónde puedo jugarlo?
- No tiene nombre ni plataforma, es una expresión de tus deseos.
- No poseo deseos concretos. Mis sueños se rigen por mi mente o el simple azar, no por deseos.
- También los juegos creen regirse por el azar o una mente humana, pero con eso solo no se sostendrían. Ellos son simplemente la respuesta a una pregunta que sólo tu puedes formular, aquello que estás buscando.
Los videojuegos escondidos
Cuando entré en los asépticos laboratorios de Aperture Science esperaba encontrar razas venidas de confines del universo más allá de la imaginación humana, explosiones y armas que parecieran sacadas de la ciencia-ficción más retorcida. En su lugar, encontré puzzles que desafiaban las leyes de la física. ¿Pudiera ser que la rutina haya terminado por invadir mis sentidos, y que los portales lograsen darme una bocanada de aire fresco, como un bofetón que recordara la verdadera naturaleza del juego? Ahora tengo miedo de volver a los laboratorios; puede que todo fuera un espejismo y mis restos mortales estén siendo devorados por una criatura Lovecraftiana.
V
Los diferentes emisarios que mandé en busca de los más extraordinarios videojuegos no supieron dar con el adecuado. Todos se perdían en medio de un mar de títulos clónicos, daban cifras de frames por segundo y alababan maravillas gráficas, pero seguía sin conocer nada cómo eran esos juegos realmente. Ninguno sabía captar la esencia de aquello que buscaba. Sólo el extranjero era capaz de hacerse entender sin ni tan siquiera hablar mi mismo idioma.
Los videojuegos continuos
Sin duda la destrucción de la metálica ciudad de Canabalt significó la ruina para muchos seres humanos, pero tan sólo encontré a uno que decidiera permanecer allí para asistir al espectáculo. Una vez comenzó, la gente señalaba a la centella que atravesaba los edificios que unos segundos después estarían en ruina. No sabemos si trataba de huir de la catástrofe o tal vez dirigirse a su mismo epicentro; avanzar por aquella ciudad en cualquier dirección era un retroceso en cualquier caso, aunque en sentidos completamente diferentes.
Los videojuegos sutiles
Tras experimentar el control de toda clase de criaturas, decidí dejarme llevar. Ser uno con el viento y arrastrarme a través de floreados campos inundando sus superficies de colores. Volverme etéreo y dejar que todo siguiera su curso. Escuchar las notas que provoca la naturaleza y dejarse guiar por las melodías ocultas en ella. A veces lo más complicado es dejarse llevar
VI
- Tus juegos no existen. Jamás lo han hecho. Probablemente jamás lo harán. Tratas de negarme la decadencia de los videojuegos alentándome con fábulas fantasiosas ¿Por qué tratas de engañarme?
- Es cierto que estamos en un entorno enfermo, pero precisamente lo que trato de hacer es desechar los malos hábitos, buscar los resquicios de luz en la oscuridad. Si te centras en lo actual tus proyectos serán fallidos desde un principio. Tienes que mirar más allá y analizar las cenizas de los proyectos muertos para encontrar en ellos los fragmentos de perfección que necesitarás para que el resultado final pueda ser llamada obra de arte.
Los videojuegos y el cambio
Decía Heráclito que un hombre no puede bañarse dos veces en el mismo río, pues cuando vuelva ni el río ni él serán los mismos. Los designios del destino provocan cambios sustanciales en nuestra alma. Se da el caso de un hombre que conocí en un pueblo apartado de la montaña, en una fría mañana nublada, al que la corrupción de su alma le llevaba a ver monstruos que no existían, atormentado eternamente con pesadillas mientras estaba despierto. Su alteración de la percepción terminó por convertirlo a él en el auténtico monstruo; creyendo que estaba purgando sus errores los repetía de nuevo.
Los videojuegos y el deseo
Me he cruzado a lo largo de mi vida con mucha gente vagando sin rumbo sin ninguna pertenencia, más que el propio mundo que habitan. Conocí, sin embargo, a un hombre que vagaba incluso tras haber encontrado un objetivo. Una mujer aguardaba aletargada en un altar a que el vagabundo lograra derrotar a las colosales criaturas que permitirían su despertar. Me volví a encontrar en el ecuador de su camino y me di cuenta de que la tarea había mellado su espíritu: el medio se había convertido en fin.
VII
Blow sacó de su maleta una especie de atlas que contenía los elementos utilizados en un videojuego. Técnicas narrativas y gráficas que conformaban un conjunto en el cuál no solo se veía el pasado y el presente de los juegos; también su dirección en el futuro, a través de la reimaginación de lo ya existente. Unos pocos visionarios serán capaces de ir más allá y ver donde no existe, crear de donde no hay nada.
Los videojuegos y y la memoria
La gente recuerda las obras que ha ido consumiendo a lo largo de sus años de dos formas diferentes: por momentos concretos que les fueron salpicando de emoción o por la unidad, sin lograr destacar un único punto. Sin embargo, la grandeza de Passage está en responder a ambas descripciones. Cada uno de los breves segundos que el jugador pasa en su mundo, aterrado posteriormente de volver, es una experiencia única y, muy especialmente, irrepetible. Como la vida misma.
VIII
Finalizar un juego en presencia de Blow provocaba más incertidumbre que recompensa. Me dí cuenta de que algo fallaba. Los juegos ya no me motivaban. Terminaba los juegos hasta dejarlos cerrados, pero luego me olvidaba de ellos por completo. Jonathan dejó que reflexionara sobre ello, hasta que le pregunté:
- ¿Qué hace a un juego memorable? ¿Es el argumento, la jugabilidad, el carisma de un personaje?
- Sigues sin comprender. Cuando observas una estatua no piensas en su acabado o su color, admiras las emociones que es capaz de hacer aflorar en ti.
Los videojuegos y el cielo
Los psicoanalistas creen ver en los sueños una puerta al subconsciente del alma, yo sin embargo veo una ventana al exterior. Pocas veces he disfrutado tanto una experiencia como cuando soñé con un chiquillo de pelo tan blanco como la nube en que volaba, que a su vez soñaba conmigo. Al principio nos comunicábamos dibujando las nubes. Cuando logramos pasar al siguiente estadio de sincronía, dejamos que las formas indefinidas hablasen por nosotros. Las palabras hacía rato que sobraban.
Los videojuegos y los signos
He visto a hombres volar en aeroplanos, en máquina de vapor e incluso en cometas. Pero jamás he visto un caso tan singular como el del hombre de quien los vecinos del pueblo decían que era capaz de arder en llamas y salir volando simplemente acercándose a cierta muchacha. Sin embargo, pude comprobar de primera mano que su mente no alcanzaba a realizar la abstracción necesaria para comprender lo que parecía un movimiento errático y caprichoso.
IX
Tras horas hablando, se hizo un silencio incómodo, que rompí lanzando al aire la última cuestión que necesitaba conocer antes de su partida:
- Me has hablado de muchos juegos, pero todavía no me has habado de uno en concreto, aquel que más anhelo conocer.
Jonathan agachó la cabeza.
- Braid.
Pareció sorprenderse por este repentino cambio de actitud. Sin embargo, pronto se serenó y me contestó lentamente, como si quisiera saborear cada una de las palabras:
- En cada uno de los ejemplos que hemos tratado te he hablado de Braid. Está presente en cada descripción, es el modelo a partir del cual construyo las demás imágenes. En cierto modo, tengo miedo de que si trato de describirlo, puedo olvidar su esencia real y terminar hablando de otros juegos creyendo que lo hago de mi propia obra.
Los videojuegos y el nombre
Las trenzas de una princesa desencadenaron la historia que has querido que te narrase desde que nos conocimos. Temo pronunciar su nombre, porque su misma esencia se encuentra implícita en él. Una palabra que significa, un antes y un después, un cambio de etapa. A algunos les entrará por un oído y no logrará anidar en su mente. Muchos la escucharán pero dejarán escapar su significado. Los menos alcanzarán saber a través de ella. Una palabra que no tiene principio ni fin. Braid.