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Brink

Saltos inteligentes.

Splash Damage se ha asociado con Bethesda para lanzar su primera IP propia, Brink. Este juego tiene un planteamiento muy de multijugador; se notan las raíces modders de los desarrolladores. El modo campaña se puede jugar con 7 compañeros más en cooperativo, contra bots, y compartes mapas con el multijugador.

La partida que jugamos en el stand de Bethesda fue un paseo por unos cuantos desafíos y, luego, una misión del multijugador con otros miembros de la prensa internacional.

Pero antes nos recreamos en el editor de personajes, que es uno de los mejores que un servidor recuerda. El diseño artístico tipo cómic es fantástico, y la personalización extrema, desde la ropa hasta la complexión, los complementos, el pelo o los tatuajes. Cada personaje será único y con personalidad, que es lo interesante. Pero todavía mejor: no da palo crearlos. No tienes que retocar punto a punto desde la inclinación de la nariz hasta la altura de las hombreras para acabar con un alter ego como recién salido de la fábrica de Matel; todo es intuitivo y rápido. Las armas también se pueden tunear con mirillas y accesorios, aunque la base es de 24 tipos distintos.

Cada mapa tiene una serie de objetivos, y algunos de ellos sólo pueden ser completados por uno de los cuatro tipos de personajes: ingeniero, soldado, médico o espía. Para pasar de una a otra debes ir a unos puntos del mapa en los que, además, también elijes armas. Cada clase tiene sus peculiaridades; nosotros experimentamos con el espía, que puede disfrazarse de enemigo y colarse tras sus líneas sin ser detectado.

Con el D-Pad consultas los objetivos primarios y secundarios y eliges en qué te quieres centrar. Los menús contextuales son intuitivos y bien pensados, hechos para que puedas ir al grano, y una flecha te indica hacia dónde tienes que ir. A nosotros nos tocó volar unos servidores que estaban protegidos por estructuras metálicas aparentemente infranqueables.

Ahí es donde entra el sistema SMART (Smooth Movement Across Random Terrain). Si dejamos pulsado el gatillo izquierdo el juego interpretará qué es lo que queremos hacer y fluiremos del escenario de una forma parecida a Mirror’s Edge. Haremos parkour, vaya, corriendo por paredes, saltando de un sitio a otro. Y cuanto más bueno seas más te recompensa el juego, pudiendo llegar a obtener momentums grandiosos en los que pareceremos cervatillos casi imposibles de disparar.

Útil, sin duda, porque los tiros llueven desde todos los ángulos. Al ser un título muy orientado al multijugador nunca sabes por dónde te vendrán los enemigos, y el tener que variar rutas y estrategias será una constante. Y eso te obliga a pensar rápido, a decidir cómo accederás a tu objetivo sin ser visto por los demás, o por dónde vas a flanquear a los enemigos y dar apoyo a tu equipo…

El combate no está mal. No es la releche, tampoco, aunque lo hemos jugado demasiado poco como para juzgar adecuadamente. Con L1 apuntas y con R1 disparas, y no tiene mucho más secreto. A lo mejor es que quizás, inconscientemente, me recuerda a esos mods de los que nunca fui del todo fan, y lo encuentro poco sólido comparado con otros juegos de acción en primera persona. Pero ya digo: es cosa de echarle horas, conocerse los mapas y saber utilizar las armas. Y, claro, encontrar los compañeros adecuados para aplicar triquiñuelas y estrategias, que es lo que a priori mejor pinta tiene.

Brink será uno de esos que triunfarán si tienen una comunidad detrás que se implique, que lo juegue como debe ser jugado y que anime a los demás a entrar en su mundo. Un mundo en el que hay una guerra entre dos facciones y en la que tendremos que tomar parte.

Brink saldrá en 2011 para PC, Xbox 360 y PS3.

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