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Burnout Crash!

Curso de colisión.

La base de Burnout Crash!, el juego descargable de Criterion basado en uno de los modos más populares de Burnout 3, es tan sencilla como efectiva: conduce tu coche hasta un cruce para impactar contra el primer vehículo que encuentres e iniciar así una sinfonía de destrucción y explosiones, con el objetivo de causar el mayor número posible de daños. Para hacerlo cuentas con la inestimable ayuda del Crashbreaker, una especie de explosivo recargable que te permite hacer saltar por los aires la carrocería y dirigir su trayectoria para causar un caos aún todavía más grande.

Esta mecánica, una curiosa mezcla entre el pinball y los puzzles de físicas, es simple pero bastante adictiva. Primero se pone a prueba en el modo principal, Road Trip, que también incorpora ciertos elementos propios de los tower defense; el objetivo es acabar con todo el tráfico que pasa por la intersección sin que se nos escapen sanos y salvos más de cinco coches, obligándonos a administrar el Crashbreaker con mucho cuidado y a "colocar" estrategicamente los destrozos. Luego está Rush Hour, muy parecido al anterior pero más libre (y divertido) sin la limitación de los cinco coches y los elementos de microgestión, con el objetivo de causar el mayor número de daños posible en noventa segundos. El tercer y último modo es Pile Up, donde sólo debemos eliminar unos pocos coches para iniciar una serie de explosiones y tener objetos en llamas el mayor tiempo posible.

Lo frustrante de Burnout Crash es que para poder jugar en los otros dos modos te obliga antes a completar el nivel (hay dieciocho diferentes) en el Road Trip, y éste a veces parece depender mucho más de la suerte que de la pericia del jugador. Tu actuación se puntúa sobre cinco estrellas, y esto también es origen de otro problema: para poder avanzar es necesario haber acumulado un número determinado de ellas, y muchas veces no apetece volver a jugar en Road Trip, ya sea porque no quieres aprenderte los patrones del tráfico para maximizar los daños o porque te has cansado de que el medidor de Crashbreaker sea tan exasperantemente lento al recargarse.

Esto se soluciona, en parte, añadiendo al desarrollo momentos especiales muy divertidos. Tras hacer determinados combos de explosiones aparecen vehículos con diferentes funciones: la ambulancia puede restarte un error si evitas que choque, el camión cisterna provoca una gigantesca explosión, el bulldozer (si consigues destruirlo) da puntos extra y el furgón blindado tiene dinero que se suma a tu contador de daños. Al terminar el nivel, incluso, la cosa puede irse de madre con la aparición de un huracán o un ovni que arrasa con todo lo que hay en la pantalla, en un espectaculo de destrucción que recuerda mucho a Sim City 2000. Lo más curioso, en todo caso, es la camioneta de las pizzas: haz que choque y activas una ruleta de la suerte con bonus, algo que no hace sino enfatizar ese componente de aletoriedad que va en contra de la meticulosidad estratégica.

Es evidente que el sentido del humor y el gusto por lo absurdo están muy presentes en Burnout Crash, pero por si hubiera cualquier duda sólo tienes que fijarte en los divertidos guiños que Criterion hace con una banda sonora retro plagada de éxitos de los ochenta. Durante las tormentas suena It's Raining Men, en las heladas Ice, Ice, Baby y cuando aparece el furgón blindado la mítica Gold de Spandau Ballet. El excelente uso de la música se completa con canciones de artistas como Salt-n-Pepa, Gloria Stefan (!) y muchos otros, aunque destaca especialmente el tema principal, Crash, compuesto por The Primitives en 1988.

Lo que parece un poco fuera de lugar, o al menos metida con calzador, es la implementación del cada vez más famoso Autolog. Incluida por primera vez en Need for Speed: Hot Pursuit (y que veremos otra vez dentro de poco en The Run), esta peculiar red social competitiva suena excelente sobre el papel para Crash: te permite ir viendo los récords de tus amigos y picarte para superar sus puntuaciones, generando retos a medida de cada usuario. Sin embargo, por la propia orientación hacia el score attack del juego, una tabla de clasificaciones general a nivel mundial hubiese sido más apropiada. Como no tengas una lista de amigos muy grande y muchos de ellos tengan el juego el sistema se torna bastante inútil, e incluso te imposibilita conseguir ciertos logros.

Tampoco acaba de convencer el uso de Kinect, porque no sólo no aporta nada que no podamos hacer con el pad, sino que limita bastante la precisión de nuestras acciones y uno no puede evitar sentirse algo estúpido teniendo que saltar para activar el Crashbreaker. Es bastante decepcionante, de hecho, que las opciones para jugar en compañía se limiten a Kinect y no haya ningún modo local u online con control tradicional. El modo fiesta puede ser divertido con unos cuantos amigos y algunas birras de más, obligándote a saltar, dar patadas y hacer gestos exagerados para que el tráfico explote, pero tampoco añade mucho ni es de lo mejor que hemos visto con el sensor de movimientos de Microsoft.

Burnout Crash es un juego simpático y entretenido, pero tiene algunos defectos en su planteamiento que lastran el resultado final. En buena parte, quizás, el fallo está en llamar Burnout a algo que es muy diferente de lo que esperarían los fans de la franquicia, pero en cualquier caso engancha bastante y por su precio (menos de 10€) es una opción bastante recomendable para pasar el rato.

7 / 10

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