Capitán América: Supersoldado

La historia, muy olvidable, está narrada en castellano y con uno de los doblajes más desganados que puedo recordar. De hecho lo es tanto que las voces se pueden llegar a convertir hasta en una atracción; hay algunos compañeros que acentúan determinadas palabras de una forma extrañísima, con una cadencia realmente graciosa, y te pasarás medio juego intentando descubrir si es español neutro o el de aquí.

Cuando no estás dando mamporrazos seguramente estés explorando el escenario con la ayuda de un desganado mapa o superando fases de plataformas. En realidad no puedes caer ni equivocarte, y el único aliciente para enlazar buenos saltos es conseguir buenos timings para así subir tu barra de ataque especial.

Y aunque el juego no es corto -dura entre 8 y 10 horas- sorprende sobremanera la cantidad infumable de coleccionables que han metido. No es que haya unos cuantos ocultos y difíciles de encontrar: hay miles, y lo digo literalmente, de pequeños objetos repartidos por el escenario. Pero como dos mil. Archivos, huevos, planos, objetos que explotan, maletines, estatuas... y puestos ahí como quien no quiere la cosa. De hecho es muy habitual entrar en las típicas salas vacías que hacen de pasillo entre fase y fase y ver unas cuatro mesas con dos o tres objetos coleccionables en cada una de ellas. Algunos dan habilidades o puntos de experiencia, otros piezas de arte... así que no hay criba, es inevitable caer en la tentación de tener que ir a buscarlos todos para no perderte nada interesante. Y eso hace que tengas que peinar todas y cada una de las miles de estancias por las que pasarás para recoger docenas de cientos de cositas. O pasar de ellos, pero es difícil.

Total, que a pesar de esta determinante peculiaridad y de una mala historia y de unas plataformas que no son plataformas el juego se las apaña para que, de vez en cuando, puedas encontrar algún momento brillante y divertido en el que olvidarte de esa producción del demonio y centrarte en las cosas buenas; que no son muchas, de acuerdo, pero sí suficientes como para que te lo pases y bien y para convertirlo en una decente adaptación del cómic-al-cine-al-videojuego.