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Castlevania Judgment

Chupasangres de segunda.

Castlevania es una de las sagas más longevas del mundo de los videojuegos. Son ya 23 años de aventuras cazando vampiros y enfrentándonos a Drácula, pero siempre manteniendo un nivel muy alto. La historia nos ha dejado joyas como Symphony of the Night o Rondo of Blood, e incluso su última entrega para Nintendo DS, Order of Ecclesia, es un buen ejemplo de buena aventura en 2D. Cuando uno compra un Castlevania sabe perfectamente lo que esperar de él, y también sabe que tiene un mínimo de calidad garantizada. Teniendo eso en cuenta, resulta incomprensible que Konami haya decidido poner a la venta algo como Castlevania Judgment.

El primer punto, y básico, es que Castlevania no funciona bien como juego de lucha, y menos tal y como lo ha planteado Konami. No basta con recuperar a un elenco de personajes carismáticos de la saga si no les das una historia de fondo que tenga un mínimo de coherencia. Ver que Simon Belmont tiene objetivo volver al pasado para ser mejor luchador en vez de querer eliminar a Drácula es algo que hacer rechinar los dientes de cualquier fan de la saga. La historia es ridícula, las motivaciones de los personajes también, y durante el poco tiempo que aguantemos jugando al juego tendremos la sensación de que Konami se ha limitado a dar pequeñas pinceladas para que el juego aparente ser un Castlevania cuando realmente no lo es.

Hay principalmente dos aspectos (aunque el resto tampoco ayuda) que hacen de Judgment uno de los peores juegos de Wii publicados en lo que va de año: la cámara y el control. Se supone que uno de los objetivos que Konami pretendía alcanzar era ofrecer una experiencia similar a la de usar un látigo en la vida real, pero al final resulta que lo único que acabas haciendo es agitar de forma nerviosa y compulsiva el WiiMote. Existe la posibilidad de utilizar el mando clásico o un pad de Gamecube, lo cual mejora ligeramente y permite encadenar algún que otro combo, pero tampoco supone el cambio radical que Judgment necesitaría para resultar mínimamente entretenido.

Y por si el control no fuese suficiente, tendremos que sufrir un sistema de cámaras caótico y mal diseñado. Aparte de ofrecer continuamente el peor ángulo posible para representar la acción, la falta de un sistema de apuntado automático hace que tengamos que alinearnos de forma manual ante el enemigo para asestar un golpe. El problema es que el alcance de las armas es muy limitado, lo cual es verdaderamente frustrante, máxime cuando la IA de los enemigos no padece dichos problemas. Además, los escenarios son grandes y no tienen demasiados límites, con lo cual estaremos más tiempo persiguiendo a nuestro contrincante que luchando con él de forma efectiva.

Castlevania Judgment ofrece los modos de juego típicos de un juego de lucha: historia, arcade, versus, supervivencia y online. Ninguno de ellos ofrece ninguna novedad destacable excepto el de historia, que parece estar fuertemente influenciado por Ghouls 'n Ghosts: deberemos completar el juego trece veces con cada uno de los personajes (que además no tienen final propio) para poder enfrentarnos al verdadero jefe final. Y tras ello... un simple mensaje de texto; recompensa nada acorde al tedio que supone complear el juego. Quizás lo más positivo que podemos decir sobre los modos de juego es que el online no tiene más lag que el resto de juegos de lucha de otras consolas, lo cual es un punto a favor. Pero, y al igual que ocurre con los demás, jugar online no es ni mucho menos tan satisfactorio y fluido como hacerlo en local.

Gráficamente Judgment es un juego del montón, con un motor gráfico propio de PS2 que, si bien se mueve con soltura, no resulta espectacular ni parece haber sido demasiado pulido por parte del equipo de programación. Además, y para acabarlo de rematar, el juego luce un diseño artístico mediocre, el que personajes tan básicos como Simon Belmont o Maria no se parecen en nada a sus anteriores encarnaciones. Todo tiene un aspecto genérico y falto de personalidad, que deja al jugador con la idea de que de no ser por algunos detalles concretos, el juego de Castlevania sólo tiene el título.

El sonido, por su parte, es capaz de lo mejor y de lo peor. La música, por ejemplo, es quizás el aspecto más conseguido de todo el juego, recuperando algunas de las melodías más recordadas de la saga y dándoles un toque moderno bastante bueno, principalmente a base de riffs de guitarra eléctrica. El doblaje, en cambio, es de los peores que hemos visto en los últimos años: recuerda a aquellos oscuros tiempos en que las compañías usaban actores amateur para las voces o, quizás, a los propios programadores, con resultados que variaban entre lo ridículo y lo insultante.

Castlevania Judgment es una mancha negra en el historial de una saga mítica. Incluso dejando de lado los prejuicios de convertirla en un simple juego de lucha, es imposible obviar que se trata de un juego mediocre, en el que prácticamente todos sus aspectos adolecen de decisiones erróneas en su diseño e implementación. El conde Drácula debe estar revolviéndose en su ataúd: Judgment falla estrepitosamente como intento de revitalizar una saga que, para más inri, no necesita cambios profundos, pero también falla como juego de lucha, con una mecánica muy mejorable y una cámara que destroza por completo la experiencia.

3 / 10

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