Command & Conquer 4: Tiberian Twilight
Pura pirotecnia.
Cuando la jugabilidad ya parecía limitadísima, el "más difícil todavía" irrumpe a escena en forma de pequeños detalles. Por ejemplo, las unidades se mueven a un ritmo demasiado pausado y su capacidad para reaccionar por voluntad propia está muy restringida. Asimismo, la IA del título podría significar Incompetencia Artificial, ya que incluso en el modo de dificultad máximo comete errores de principiante. Por no olvidar del problema del sistema del contenido desbloqueado persistente: no existen opciones para limitar el nivel de los jugadores en una partida, así que en muchas ocasiones se producirán injusticias -y destripes- cuando el menos experimentado sea vencido con armas que todavía no están a su alcance.
El diseño de las unidades no encaja del todo con el estilo de la narración, ya que mientras los soldados y asociados muestran una apariencia un pelín de dibujo animado, la trama es oscura y melodramática. A parte de este detalle, los gráficos cumplen con creces su cometido y no exigen demasiado. No obstante, la reina indiscutible es la banda sonora ya que sabe cómo irrumpir en los momentos culmen y cuándo contentarse con un meritorio segundo plano.
Se nota bastante que EA ha intentado crear un desenlace diferente, seguramente para evitar críticas sobre un posible desgaste de la fórmula de la serie. Ahora bien, los extremos son malos. Tiberian Twilight es tan sólo un resquicio de lo que es Command & Conquer, un experimento que no ha salido del todo bien. Debido a su falta de tensión, caos y de batallas a gran escala, sólo es recomendable para todos aquellos que quieran saber cómo terminará la historia, y aún así ésta se toma demasiado en serio. Kane y compañía se merecían un final más explosivo, una traca final digna de San Juan. Quizás la ingente inversión en las secuencias cinematográficas sólo dejó un ínfimo presupuesto para piulas.