Cry of Fear
Jugando gratis.
Según la RAE, el miedo, del latín metus, consiste en una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. Una sensación primaria y poderosa capaz de nublar la razón y bloquear por completo a un individuo. No es sencillo experimentar terror absoluto ante una película, un libro o un videojuego, pero algo similar es lo que barruntarás en determinados momentos cuando eches una partida a Cry of Fear (Team Psykskallar, 2012).
Más clásico que un traje chaqueta, este survival horror en primera persona te pone en la piel de Simon Henriksson, un joven de 19 años cuyo objetivo consiste en algo tan aparentemente cotidiano e intrascendente como es el hecho de llegar a su domicilio. Concebido inicialmente como mod de la primera entrega de Half Life, en la actualidad se encuentra disponible como título standalone, es decir, no es necesario disponer del juego de Valve para disfrutarlo.
Su condición de mod de Half Life tiene una influencia considerable cuando el código comienza a respirar. El itinerario de Simón es, pese a los laberintos de pasillos y puertas, considerablemente lineal y su control pertenece a otra época. Simón carece de peso, es propenso a quedarse atascado en esquinas y ventanas, no calcula demasiado bien las plataformas y, en general, las sensaciones que transmite recuerdan demasiado a las de aquellos FPS de hace diez años, en los que la impresión de manejar una steadycam en lugar de un cuerpo dotado de entidad física se hacía demasiado evidente.
Esta circunstancia se traslada también al combate, tosco con arma blanca y solvente con una de fuego, y a la IA de los enemigos, muy de los noventa: van a por ti a la que te han puesto el ojo encima, lo cual empobrece considerablemente los enfrentamientos pero contribuye, por contra, a generar indefensión en el jugador. Aquí desempeña un papel crucial la ausencia de autoguardado y la escasez de recursos. En dificultad normal Cry of Fear constituye un auténtico Máster en administración de inventarios, imponiéndote la austeridad implacable como norma lúdica esencial y obligándote a gestionar con prudencia cada bala o chute de morfina.
Por el camino existen, como no, puzles, que aportan ciertas dosis de variedad y sirven como excusa para peinar escenarios y estancias, pero más allá de su condición de objetivos a corto plazo, su diseño no pasa de obtener la llave o contraseña que abre la siguiente puerta. Simples zanahorias frente al jugador que, al menos, le obligan a explorar cada rincón de su alma y contribuyen, así, a que cale más profundamente en él la silenthilliana atmósfera del juego.
Cry of Fear constituye en definitiva un survival clásico de manual, exigente, de tempo pausado, contundente en su discurso y que sitúa su atmósfera muy por encima de sus mecánicas. Es, por tanto, un título conservador y que probablemente hayas jugado ya infinidad de veces si te va el género, pero ese es justamente el motivo, unido al de su gratuidad y a la actual escasez de juegos de terror, por el que deberías echarle un tiento. Lastrado en cierta medida por su condición de mod de un título de 1998, sus mecánicas resultan anticuadas, casi de museo, y se le pueden poner bastantes pegas en este sentido. Sin embargo, más allá del carácter antediluviano derivado de su propia naturaleza, es un juego que no comete demasiados errores, que se degusta razonablemente bien a día de hoy -lo cual habla bien de su juego matriz- y que termina triunfando gracias a su ambientación. Un auténtico festín, en definitiva, para los amantes de un género que una vez conoció momentos mejores y que en la actualidad parece relegado al bajo presupuesto y el formato descargable.
Puedes descargar Cry of Fear aquí.