Crysis 2
Vestido para matar.
El apartado multijugador, desarrollado por el antiguo estudio Free Radical (TimeSplitters, Haze), hereda parte de ese aire fresco de la campaña, aunque también intenta acercarse mucho más a las convenciones típicas de un Call of Duty. De él toma elementos como su sistema de progresión con niveles de experiencia, la idea de los kill streaks (que aquí se realizan tras recoger un determinado número de dog tags de los cadáveres de nuestros rivales) o las cuatro clases principales de personaje (que podemos personalizar a nuestro gusto). Sus seis modos de juego (Acción Instantánea, Acción Instantánea de Equipo, Punto de Impacto, Extracción, Asalto y Captura del Relé) no se desmarcan demasiado de los habituales en cualquier FPS moderno, pero aún destacando por el buen diseño de sus doce mapas una vez más es el nanotraje el que se convierte en el factor diferencial de Crysis 2.
Gracias a que el uso de los poderes está limitado a un corto espacio de tiempo y se tienen que dosificar debido a su tiempo de recarga, el equilibrio de las partidas no solo no se ve alterado sino que se enriquece gracias a la variedad estratégica que aportan. El único problema que podemos achacarle al multijugador es que su sistema de niveles provoca un importante handicap adicional para los nuevos usuarios: la ventaja que suponen algunas de las mejoras que se pueden conseguir en los niveles avanzados es enorme, y ya en el primer fin de semana con el juego a la venta se aprecia una diferencia altísima entre los niveles 1 y 10 (cuando se puede llegar a 50).
Gráficamente, y aunque hubo incomprensibles críticas hacia la demo por parte de algunos fans, el trabajo de Crytek solo puede calificarse como brillante. Se puede argumentar que la ciudad de Nueva York quizás no es el escenario más adecuado para predicar las bondades del CryEngine 3 (desde luego, en ese sentido, la isla de la primera entrega daba mucho más juego), pero es innegable que técnicamente es un verdadero monstruo. El nivel de pequeños detalles que vemos en pantalla, el espectacular sistema de iluminación (quizás el mejor programado hasta la fecha), la calidad de sus efectos visuales y atmosféricos o el exagerado realismo que produce su motor de render sitúan a Crysis 2 como uno de los juegos más bellos de esta generación... si es que se puede calificar como bello a un título cuyas imágenes en ocasiones pueden llegar a parecer sacadas de una grabación del 11-S.
Pero todo ese despliegue de fuerza bruta tiene un precio, y tanto Xbox 360 como PlayStation 3 lo pagan caro a partes iguales. Aparte de cierta tendencia al pop-in de texturas, en las situaciones con más carga gráfica (que no son pocas), y resultando especialmente sangrante durante los tiroteos, Crysis 2 puede llegar a tener una tasa de refresco incluso por debajo de los 20FPS, afectando no solo a la fluidez visual sino también a la respuesta del control. Aquí es donde los usuarios de PC salen ganando respecto a los de consola, porque el juego está muchísimo más optimizado que su antecesor hasta el punto de que con un equipo moderno lo suficientemente potente (i7 + GTX580, en otras palabras) se puede alcanzar una resolución de 1080p a 60FPS sin demasiados problemas.
Conviene resaltar como positivo el apartado sonoro, porque aunque puede casi pasar desapercibido ante el apabullante despliegue gráfico, Crytek ha hecho un uso excelente del sistema surround y ha programado un sistema que simula a la perfección los matices y la direccionalidad del sonido en función de las características del entorno. También merece la pena destacar el excepcional tema principal de la banda sonora, compuesto por Hans Zimmer (creador del brillante acompañamiento musical de películas como La Roca, El Caballero Oscuro o Inception).
Crysis 2, más allá de resultar un portento a nivel técnico, es uno de los pocos shooters actuales que ofrecen algo diferente a la tendencia que marca Activision con su Call of Duty (especialmente en su vertiente individual). Aún siendo menos abierto que su antecesor, lo nuevo de Crytek destaca especialmente por no limitar la capacidad de elección del jugador, por darle un alucinante set de herramientas (el nanotraje) y la libertad absoluta para escoger cómo desplegarlas en el campo de batalla. Es una pena, sin embargo, que todas esas bondades se vean ocasionalmente emborronadas por culpa de problemas graves de frame-rate, una IA errática y algunos bugs especialmente molestos, señal inequívoca de que a Crytek le han faltado por lo menos un par de meses más de desarrollo para acabar de pulir el conjunto. Si lo arreglan a posteriori a través de uno o varios parches Crysis 2 se convertirá en un serio candidato a shooter del año. De lo contrario, seguiría siendo un más que notable shooter y uno de los mejores títulos del momento, lo cual no es poco.