Avance de Crysis 3
Nanotrajes en la gran manzana.
No es difícil imaginar que más de uno llegue a Crysis 3 por sus gráficos y se quede por su jugabilidad; es evidente que el juego de Crytek llama la atención por ser vistoso y llevar la técnica un poco más allá con cada lanzamiento, pero no parecen conformarse con ofrecer sólo una aplicación para medir la potencia de un ordenador: la profundidad jugable de Crysis 3 merece también ser tenida en cuenta.
Sigue la estela de la segunda parte a la hora de estructurarse en áreas abiertas conectadas por medio de zonas pasilleras, generalmente responsables de hacer avanzar la historia; aquí, ya sabemos, estamos en una Nueva York apocalíptica a la que regresamos, 24 años después de lo ocurrido en Crysis 2, para evitar que los malos dominen el mundo: nada nuevo, y tampoco pudimos ver demasiado en la demo que probamos hace unos días en las oficinas de Electronic Arts; lo nuestro se centró en la acción pura y dura.
Algo distinto a otros shooters actuales, Crysis 3 se hace fuerte en el pensamiento estratégico y el trazado de planes más o menos efectivos para encarar esas grandes zonas abiertas de las que hablábamos antes; tan importante como disparar con precisión y andar rápidos de reflejos para salir por patas cuando haya que hacerlo es planificar antes cómo vamos a alcanzar nuestros objetivos, conociendo el terreno y escogiendo con cuidado las armas y poderes del nanotraje que vamos a utilizar. No es lo mismo, evidentemente, usar armas pesadas y reforzar nuestra resistencia para ir a lo juggernaut que tirar de camuflaje óptico y aprovecharnos del plus de sigilo que nos da el arco, que nos permite seguir siendo invisibles incluso mientras lo disparamos; ambas formas de afrontar el juego, y todas las que pueda haber en medio, son válidas, pero las dos requieren una planificación previa meticulosa para llegar a buen puerto.
Ya decimos que, después de los buenos resultados de Crysis 2, parece que Crytek se quedan en terreno seguro en lo referente a lo que tenemos cuando nos ponemos a los mandos. La jugabilidad sigue siendo sólida y divertida, y el desarrollo del juego se basa en lo satisfactorio que resulta su flexibilidad: un desliz no nos obliga a repetir desde el último punto de control, sino que generalmente nos lleva a modificar nuestro enfoque, improvisando sobre la marcha una nueva estrategia que, combinando bien las herramientas que el juego nos da (armas y poderes, principalmente, pero también el escenario y sus coberturas y escondites), nos lleve a buen puerto.
En lo audiovisual, claro, intachable; pudimos probarlo en las mejores condiciones posibles, además, en un ordenador muy potente que permitía que el juego se mostrara con todos los detalles y efectos posibles. Muy impresionante todo, desde las partículas y explosiones hasta el agua y, por supuesto, los enormes y detallados mapas. Quizá por el contraste lo sonoro no impacta tanto, aunque se ha puesto cuidado para que todo suene intenso y potente.
Aprovechar las navidades para agenciarse un PC que pueda ejecutar Crysis 3 a plena potencia de cara al 22 de febrero, fecha de lanzamiento del juego, parece una buena idea, aunque para un monstruo como este quizá sea mejor esperar ganar la lotería que tirar de ahorros. La versión de consola, dicen, aprovecha al máximo el hardware para que la cosa esté lo más nivelada que sea posible; como sea, como poco podemos estar seguros de que lo nuevo de Crytek apunta a ser otro juego sólido a los mandos e impresionante a la vista, así que los fans de los nanotrajes pueden marcar sin demasiado miedo una fecha más en sus calendarios.