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Cuando mueren los servidores

La caducidad del juego online.

A finales de Julio Gamespy cerrará sus puertas. Quizá este simple titular no diga nada al lector: como mucho sonará a los más viejunos como una aplicación que se usaba en algunos juegos de PC para encontrar partidas por internet, y que empezó con el primer Quake. Aplicación que dejó de funcionar hace ya más de un año. En lo que posiblemente no caiga es que Gamespy también era la parte responsable del juego online de muchos, muchos juegos de consola. ¿Alguien recuerda un pequeño logo en las cajas de los juegos que decía "Powered by Gamespy"? Dicho logo se puede encontrar en multitud de títulos de PlayStation 2 y Nintendo DS, e incluso en alguno de Wii. Y, como decía, Gamespy cerró a principios del año pasado y en breve lo harán los llamados servidores legacy, lo que dejará sin online a multitud de juegos de Electronic Arts. Obviamente, se trata de juegos como Battlefield 2 o Crysis, que tendrán seis usuarios jugando a nivel global, como aquellos últimos que resistieron online hasta el apagado del último servidor de Halo en una ceremonia tan emotiva como estúpida.

Pero que un montón de juegos viejos se queden sin online no significa nada: ya nadie juega a estos títulos. ¿Quién va a jugar a FIFA 10 en su Nintendo DS a estas alturas? Obviamente no queda jugador alguno ahí. Pero, ¿y si decimos que en ese mismo mes Games For Windows Live, esa plataforma nefasta, cierra también sus puertas? Aquí no hablamos de juegos con tantos años a las espaldas, no. Street Fighter X Tekken, Super Street Fighter 4: Arcade Edition, Dark Souls, todos los Batman y un puñado de juegos más perderán su conexión y no serán jugables online. Cierto es que algunos juegos como Dead Rising o Red Faction Guerrilla no destacan por su online; pero, ¿Street Fighter? ¿Dark Souls? Esos juegos pierden su sentido sin la faceta online y, hay que insistir, no hablamos de juegos que hayan salido hace diez años. Algunos tienen poco más de un año.

Afortunadamente algunos de estos títulos serán salvados del olvido, pues sus compañías distribuidoras los trasladarán a servicios alternativos como Steamworks, de forma que si todo va bien podremos jugar a Steet Fighter 4 aun mejor que antes. Dark Souls parece que correrá la misma suerte y será rescatado, pero, ay... Otros juegos tienen un destino mucho más triste. Street Fighter X Tekken o Fable 3 son completamente abandonados y se ha confirmado que no habrá salvación. Incluso Warhammer 40.000: Dawn of War 2, un juego que destaca por su increíble multijugador no está claro que se salve, pues SEGA no ha dado información al respecto, y cuando SEGA guarda silencio todos temblamos.

Pero lo que debe hacernos pensar todo ésto no es en que si las compañías salvan un juego o no. Lo que tenemos que ser capaces de ver es la transformación progresiva de los juegos al modelo servicio. Esos juegos son el último bastión de los juegos con multijugador y quizá la última generación que se diseñó como juego para un jugador e incluía el multijugador como adición. Cada vez más los juegos son de uno u otro tipo y no es ya el hecho de que compremos y juguemos lo que queremos, sino que hemos de hacerlo en el momento correcto.

No se si alguno de los lectores compró en las ofertas del año pasado Battlefield 3. Yo, siendo ya usuario del juego, aproveché para hacerme con los DLC que me faltaban y correr al online para ver los nuevos escenarios... y no encontrar gente. Sí, sigue habiendo quien juega, faltaría más, pero son pocos y ya era así antes de la salida de Battlefield 4. Como todo juego, una vez pasó el boom inicial, se convirtió en un reducto de los muy pros, con servidores que nunca cambian de mapa o con reglas propias de lo más peregrino. Los jugadores de Counter Strike lo entenderán mejor si digo DE_DUST.

Y es normal, demonios: los juegos pasan por un ciclo de uso que consiste en una línea descendente a través de la cual el usuario medio pierde interés pasadas unas horas de juego y, a los seis meses, sólo quedan los verdaderos aficionados y muy especializados. Y es duro llegar a un juego cuando todo lo que hay es gente capaz de acabar contigo en milisegundos y antes de que puedas preguntarte que acaba de pasar. Pero con el ritmo del mercado, es normal: Call of Duty anual, ¿cuántos quedan jugando Modern Warfare 2? FIFA anual ¿alguien juega al del año pasado? De Battlefield 3 ya hemos hablado... pero insisto, es algo que creamos los jugadores en nuestro constante vaivén entre títulos. El aficionado normal juega una temporada, pierde el interés y ¡oh, un juego nuevo! En una persona normal, eso puede pasar una vez cada dos meses. Los hardcore, cada día. Cada media hora si lees twitter.

Así que, ¿debe extrañarnos el que EA ni quiera plantearse revitalizar servidores o que SEGA ni abra la boca? Obviamente, no: los servidores valen mucho dinero y, por dar una cifra, el máximo de jugadores en los últimos tres meses de Street Fighter X Tekken ha sido de 56, como podéis comprobar en Steamcharts. El máximo. Lo extraño es que no hayan cerrado antes, la verdad.

El cierre de los servidores de un juego jamás es algo arbitrario, pues genera mala imagen y peor ruido social. El cierre de Gamespy nos importa a los que sabemos qué era esa plataforma y el cierre de Games For Windpws Live afectará a cuatro jugadores, pues aquellos títulos con comunidad activa verán solucionada la papeleta, sin dudarlo. Pero ¿extrañarse porque cierren los servidores de un juego a que no juegan ni 30 personas? Eso sí que es vivir en el pasado.

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