Visitamos las oficinas de Daedalic para celebrar su décimo aniversario
Y probamos sus próximos juegos.
Como una montaña rusa. Así se podrían definir los diez años que han transcurrido entre 2007, cuando Carsten Fichtelmann decidió fundar Daedalic, y la celebración de su décimo aniversario. Una década en la que han cambiado muchas cosas, desde los propios objetivos de la compañía, que inició su actividad como una simple editora pero que más tarde empezó a desarrollar de forma interna sus propios títulos, hasta su tamaño, que ha pasado de poder contarse con los dedos de una mano a una plantilla formada por más de ciento veinte personas. Otras, sin embargo, no han cambiado tanto; la empresa continúa teniendo su sede en Hamburgo, pese a haber podido trasladarse a un centro urbano más internacional como Berlín, y sigue teniendo una excelente reputación entre los jugadores, principalmente de PC.
Esto último es gracias a que, durante todo este tiempo, han hecho las cosas francamente bien y han mimado bastante a una comunidad bastante fiel. Su especialidad son las aventuras gráficas con un cuidado apartado gráfico en 2D dibujado a mano, siendo conocidos por títulos como Deponia, The Dark Eye, The Whispered World o Edna & Harvey, pero también han probado el rol táctico con Blackguards o los rompecabezas con la franquicia Ravensburger. Daedalic ha tenido incluso una influencia positiva en la industria española, apostando por títulos como Dead Synchronicity, Randal's Monday o Candle para su distribución internacional. Ahora mismo no tienen nada proveniente de nuestro país entre manos (o, por lo menos, no lo han anunciado públicamente), pero a principios de esta semana estuvimos en sus oficinas probando sus tres próximos lanzamientos y todo parece indicar que el estándar de calidad que los usuarios esperan de sus juegos se mantiene inalterado.
El primero de ellos, como no podía ser de otra forma, es una aventura gráfica para PC, consolas y dispositivos móviles. Basada en el popular best seller de Ken Follett, Pillars of the Earth (Los Pilares de la Tierra) vuelve a apostar por arte hecho a mano, conformando un título visualmente muy atractivo con las mecánicas clásicas del point & click, aunque también han incluido la opción de jugar con pad usando un esquema de control bastante efectivo y cómodo. La historia nos traslada a la Inglaterra medieval, con una trama que gira alrededor de tres protagonistas -Jack, Phillip y Aliena- y en la que las intrigas, traiciones y conspiraciones son el pan de cada día.
Es un proyecto ambicioso para Daedalic, en el que se nota que no solo han dedicado mucho esfuerzo, sino también bastante cariño por una propiedad intelectual con muchas posibilidades. Los desarrolladores explicaban que han estudiado con profundidad la arquitectura e historia de la época en la que se ambienta el juego, y que también han trabajado para hacerlo todo comprensible para aquellos jugadores que no hayan leído el libro o hayan visto la serie de televisión que se emitió en 2010. Habrá que ver hasta qué punto es fiel la adaptación, pero la primera toma de contacto es bastante esperanzadora, y la compañía alemana ha decidido dividir la aventura en tres entregas para perder lo menos posible del complejo texto de Follett, que en papel alcanza la friolera de las mil trescientas páginas, y no ha evitado tratar algunas de las situaciones más escabrosas que se plasmaban en el libro. Primer minipunto para ellos en este aspecto, por cierto: solo habrá que comprar el primero de los juegos, y los otros dos se podrán descargar sin coste adicional. Así, sí.
Y del pasado nos vamos al futuro. State of Mind nos lleva hasta 2048 y nos pone en la piel de un periodista, Richard Nolan, que se ve involucrado en un atentado y pierde parte de su memoria. Es un relato de ciencia-ficción que une dos mundos, uno distópico (el real) con uno utópico (el virtual), y que combina cierto realismo (toda la tecnología que aparece en él se basa en proyectos que actualmente realizan grandes corporaciones como Google) con algunos ingredientes propios del género, bebiendo de películas como Desafío Total o Yo, Robot. Lo que más sorprende en sus primeros compases, sin embargo, es el protagonista; Richard no es el típico héroe fácil de digerir, sino un tipo con una moral bastante ambigua, que engaña a su mujer con una amante y muestra un desdén y agresividad con los robots que hace incluso dudar de su capacidad de empatía. Ver su evolución durante la aventura promete ser uno de los aspectos más interesantes, sin duda.
State of Mind será un juego largo (veinte horas, según su productor) en el que podremos controlar hasta seis personajes, siendo uno de los elementos principales la resolución de puzzles combinando a varios de ellos (casi siempre con dos) para encontrar la solución. Y a diferencia de The Pillars of the Earth, State of Mind abandona esas 2D en las que Daedalic se encuentra tan a gusto para apostar por un apartado gráfico tridimensional con el motor Unreal Engine 4; lo hace, eso sí, de forma bastante personal, con un estilo low-poly curioso y bastante resultón. Para Daedalic es un título especial, porque será el primero que publican en Switch (saliendo también en PC, Xbox One y PlayStation 4).
En tercer y último lugar tenemos The Long Journey Home, el primer título desarrollado por el estudio Daedalic West. En esta ocasión no es una aventura gráfica, sino una mezcla de rol y juego de gestión espacial, donde el objetivo es devolver con vida a la tripulación de una nave que acaba atrapada a miles de parsecs de distancia de la Tierra tras un fallido salto tipo el warp de Star Trek. La galaxia se genera de forma aleatoria a partir de un algoritmo a la No Man's Sky, pero se incluye una interesante opción mediante la cual el juego ofrece un código alfanumérico que podemos enviar a nuestros amigos, por si queremos compartir con ellos la misma experiencia.
En términos jugables The Long Journey Home guarda algunos parecidos con el clásico Star Control II de Accolade. Por un lado tenemos la gestión de la tripulación (escoges cuatro personajes de entre diez posibles, cada uno con su propia personalidad y habilidades diferenciadas) y de recursos, los cuales se pueden obtener aterrizando en los planetas que encontremos a lo largo del viaje. Por el otro está la diplomacia; encontraremos diferentes razas alienígenas, y habrá que decidir si comerciamos con ellas, tratamos de entablar una relación cultural o bien si nos mostramos puramente beligerantes. La guinda son las partes en las que controlamos la nave, trazando trayectorias que se ven afectadas por la gravedad y las físicas particulares de cada sistema solar. El conjunto de todas las mecánicas es divertido y goza de bastante profundidad, haciendo que The Long Journey Home sea un título capaz de ofrecer muchas horas de juego, guardando siempre alguna sorpresa gracias al componente procedural de cada partida. En breve podremos hablar más de él, puesto que la versión para PC estará disponible a finales de este mismo mes de mayo, con las de PlayStation 4 y Xbox planeadas para más adelante, siempre dentro de 2017.