Dark Void
Aventura de altura.
La apuesta de Capcom por los estudios occidentales no está resultando tan bien como cabría esperar. Su último intento será Dark Void, desarrollado por Airtight Games, un juego que mezcla de forma interesante varios géneros y que apunta a aventura.
El protagonista de nuestra historia será William Augustus Grey, un héroe que físicamente recuerda (o intenta recordar) mucho al protagonista de Uncharted, chascarrillos y movimientos de ceja incluídos. Este piloto de aviones, que está sobrevolando el océano con una apuesta señorita en el lejano 1938, se estrella en el Triángulo de las Bermudas.
Nuestros dos héroes se encontrarán en lo que parece una selva convencional… pero al poco tiempo descubrirán que han entrado en algo parecido a Terminator. Mientras avanzamos hacia un poblado, que hemos visto desde el avión durante la caída, tendremos que luchar contra unos robots nada amigables. Los llaman los Observadores.
El sistema de juego empieza siendo como el de cualquier shooter en tercera persona. Es decir: armas de larga distancia (humanas y alienígenas), coberturas y combate cuerpo a cuerpo. Y funciona sorprendentemente bien. En gran parte porque la inteligencia artificial de los malditos robots es buena: se cubren cuando les disparas, intentan rodearte y huyen cuando les estás cercando. También es bastante agradable comprobar que las armas tienen cierta contundencia. Cuando disparas a esos cuerpos metálicos notas cómo las balas les impactan.
Pero Capcom sabe que sólo con esto no venderán ni un juego, y al poco tiempo descubrimos unos cuantos elementos que lo diferencian de la competencia.
Para empezar, tenemos un sistema de combate vertical que promete bastante. Hay ciertos tramos en los que tendremos que subir o bajar por plataformas colocadas una encima de la otra.
En esos momentos la cámara se pondrá arriba o debajo de ti y tendrás que ir saltando de plataforma en plataforma mientras disparas y te cubres. Mola bastante destruir a los enemigos durante este proceso y ver cómo se precipitan al vacío. Incluso tendremos que ir con cuidado cuando escalemos porque en sus caídas mortales pueden chocar contra nosotros y arrastrarnos en su fatal destino.