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Darksiders

Fantasía épica.

Todo lo que tenemos que hacer ya lo hemos visto en otros juegos, pero no por eso es menos estimulante o difícil. Los de Vigil se han roto la cabeza para que nos la rompamos nosotros todavía más moviendo plataformas, redirigiendo rayos, activando cristales en orden o moviendo piedras para acceder a tal o cual puesto. Y no son nada fáciles. Por cierto, un apunte: si a Guerra le regalasen una escalera portátil en vez de tanta arma seguramente podríamos pasarnos el juego en la mitad del tiempo. Pero, claro, no sería tan divertido.

Entre puzzle y puzzle tendremos que blandir nuestra espada como si nos fuese la vida en ello (de hecho nos va). El sistema de combate es Zelda al 100%, con toques de God of War. Con el gatillo izquierdo fijamos objetivo —aunque es opcional, pero ayuda— y con los botones efectuamos los distintos golpes y combos. Podemos dar con la espada (X o Cuadrado), la arma secundaria (Y o Triángulo) y con el proyectil (RT o R2). Cuando hayan recibido varias tortas por parte de Guerra un icono aparecerá sobre sus cabezas y te pedirá que pulses la B o la Redonda. Cuando lo hagas efectuarás un asesinato letal y sádico que descompondrá al rival. Desgraciadamente estos fatalities son demasiado escasos y se echa de menos bastante más variedad.

Y sobre el sistema de combate en sí… está bien, y cumple. Te permite hacer combos y bloquear, esquivar o contraatacar. Hasta es posible lanzar unas demasiado-poco-efectivas-magias. Pero tiene un problema: se hace un poco repetitivo. No es que sea algo grave, porque en general siempre te lo pasas bien. Como te lo pasabas bien en Zelda o en God f War. Pero necesita de más profundidad, porque ahora si se quiere destacar hay que ir un poquito más allá. Por ejemplo darle más importancia a los contraataques y a las magias, darle algún sentido a enlazar combos —porque no hay recompensa evidente— o currarse más animaciones y movimientos. Un claro ejemplo de la evolución de este sistema de combates y recompensas es Bayonetta, un juego que con la espada en la mano es superior. No en cuanto a grafismo y puzzles, seguramente, que también hay que decirlo.

A nuestro prota no lo intimidan ni los demonios más duros del Infierno. Mirad qué impasible está ante ese bicho.

Pero si con los enemigos del montón siempre solemos tener esa sensación de que falta algo… con los jefes finales quedamos más que saciados. Son enemigos enormes y en los que se nota la mano de Madureira. Son difíciles, están bien pensados y es encantadoramente bello luchar contra ellos.

Por último, destacar el alto componente de exploración que propone Darksiders. Aunque hay portales que te permiten ir de una zona a otra rápidamente es más que habitual tener que patearse gran parte del escenario de nuevo. Y hay un problema que considero grave: te indican demasiado mal hacia donde tienes que ir. Si no quieres perder el tiempo… ¡acuérdate de todos los nombres y caminos! Porque si no estás perdido y, como yo, recorrerás durante horas y horas el escenario sin saber si estás yendo hacia el sitio adecuado o alejándote infernalmente de él. De verdad, juega con un papel y un lápiz.

Darksiders es un juego artesanal y encantador. Si te gusta la temática y sus referencias (Zelda y God of War, para abreviar) te volverá loco y es una compra obligada. Tiene sus fallos y podría haber ido un poquito más allá con los combates y sistemas de gratificación y con la exploración, pero definitivamente no es algo que tenga que echarte para atrás a la hora de ir a tu tienda, comprarlo, ponerlo en la consola, taparte con una mantita y prepararte para pasar algunas de las tardes más épicas de este principio de año.

8 / 10

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