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Dead Island

Muertos y más muertos.

Los de Techland están haciendo un buen trabajo si lo que quieren es tenernos confundidos. Primero nos prometieron unas vacaciones en el trópico en la que gastábamos nuestros días de verano junto con zombis y, luego, tras unos cuantos años de silencio, vuelven a llamar nuestra atención lanzando una niña por la ventana (pero hacia atrás, por descontado; esta distorsión temporal nos ayuda a soportar esa imagen).

El juego ofrecerá mucho más allá de lo que nos mostró su afamado tráiler, contando con multitud de situaciones tumultuosas en las que -a base de hacha- deberemos abrirnos paso rompiendo huesos a diestro y siniestro, que es mucho más divertido que ser un controvertido asesino de niños.

Dead Island es parecido a una especie de Frankenstein, cosido con diferentes ideas del género zombie y puesto en marcha con un chispazo creativo de Techland: es una aventura en primera persona desarrollada en un mundo abierto, al mismo tiempo que es un survival de cuatro jugadores a lo L4D, por lo que sería injusto considerarlo un simple juego de zombies.

La herencia de Valve se nota desde que elegimos a nuestro persoaje. Tendremos cuatro disponibles, a cada cual con una historia más loca: Sam B, un ex rapero que se despierta tras una noche de juerga y se encuentra metido en el pastel; Xian Mei, una recepcionista de la isla; Logan, ex futbolista de profesión y Pruna, de la que poco se ha revelado.

Los personajes son algo más que cuatro rediseños con nuevas texturas: cada uno tendrá sus propias habilidades y nuestra elección será crucial en el desarrollo de la aventura. Sam B es el mazas, capaz de repartir leña a tope pero con la contrapartida de ser el más apetecible para los zombies; Xian Mei es muy rápida, aunque muy vulnerable a ataques; Pruna es una experta con armas de fuego, mientras que Logan es el más equilibrado.

Las diferentes habilidades de los personajes se mezclan maravillosamente en el juego - el mazas estará normalmente en el centro de la acción repartiendo cazos, Pruna desde algún punto elevado nos dará cobertura con alguno de sus juguetitos, mientras que Xian Mei se dedicará a hacer rápidos y certeros ataques.

Es posible que el modo cooperativo valga realmente la pena, ya que en solitario probablemente el equipo acabe desperdigado con el consecuente festín zombie. Tener un equipo 'humano' no solo nos dará una mayor presencia numérica si no que nos vendrá de perlas para revivirnos mutuamente.

Por supuesto que también existen otros beneficios: podremos intercambiar objetos con nuestros compañeros, por lo que contaremos con un extenso inventario al cual accederemos rápidamente a través de un interfaz con forma de ruleta de ocho puntas. Las armas se degradarán con el paso del tiempo, por lo que sus cualidades decrecerán al mismo tiempo que veremos reflejado en pantalla ese desgaste de forma gráfica.