DeathSpank
Ron, Ron, ¡cómo te queremos!
Como en todo juego de rol, la evolución del personaje es la clave para superar el elevado número de enemigos al que nos enfrentaremos. En la pantalla de inventario podemos seleccionar tanto las cuatro piezas que componen nuestra armadura (yelmo, coraza, hombreras y botas) como las cuatro armas a las que hacía referencia antes. Las armas y armaduras son las verdaderas protagonistas del juego y las podremos comprar u obtener como recompensa. A lo largo del juego las encontraremos simples o con poderes elementales que nos serán muy útiles contra determinados tipos de enemigos, ya sea para atacarlos (dándonos un daño adicional de fuego, por ejemplo) o para defendernos de ellos (un determinado porcentaje de resistencia al hielo, fuego, etc). También contaremos con anillos, pócimas y alimentos que se asignan y activan con el D-Pad. Esto es de agradecer, ya que así no hay que interrumpir el juego cada vez que queramos curarnos o usar una simple pócima.
Nuestro personaje también evoluciona, aunque no es un sistema tan profundo como en otros juegos de rol, donde por cada subida de nivel obtenemos un determinado número de puntos que asignamos a fuerza, destreza, melee, etc. Cuando Deathspank suba de nivel, se nos dará a elegir entre varias cartas que nos darán, por ejemplo, un 10% más de ataque, un 15% de velocidad, más protección y demás. Es un sistema efectivo, pero mucho más simplificado que en otros juegos como Elder Scrolls.
El aspecto técnico es muy bueno y su apuesta es de todo menos genérica: música desenfadada que cambia según la situación, sonidos estrafalarios y gráficos coloristas incluso en los momentos más sombríos del juego, con una estética que me ha recordado por momentos a Medievil y que en este caso lo alejan mucho de otros juegos de este estilo. Sin embargo, puede que por esta apuesta –que a mí me encanta– no llegue a algunos. Me explico: no esperéis que vuestro personaje lleve las tremendas armaduras de otros juegos, ya sabéis, yelmos imposibles que dan al protagonista un aspecto temible, corazas brillantes y demás parafernalia sacada del sueño húmedo de un heavy. Recordad que éste es un juego de Ron Gilbert. ¿Cómo estaría Guybrush Threepwood con armadura? Pues eso.
En definitiva, Deathspank es muy buen juego, tremendamente divertido y muy adictivo si te gustan los juegos donde la evolución del personaje es la clave. La búsqueda y combinación de armas y armaduras es uno de los puntos fuertes del juego y de por sí puede ser ya un motivo para seguir avanzando. El único punto negativo destacable que se le puede achacar es el de no estar traducido, algo que puede ser verdaderamente decisivo para ciertas personas. No obstante, si esto no os importa, no lo dudéis y haceos con él. No os arrepentiréis.